No me niego
a quedar
expuesta a la pirueta textual
que me impones;
a merecer el filo de su tacto,
a lo largo de la noche;
a expensas de tu genialidad
que me dispensa,
sin disimulo,
el celo
que se abre paso en sobregiro;
a pagarlo caro, contigo,
en la extracción de este plano supuesto;
a embarcarme
en la alfombra mágica de tu dote;
a darte mi voluntad,
hasta caer presa de lo propio que destilas
para rendirme al roce
de tus ojos de tinta,
evidencia salvaje
que me entromete en su juego
vogeur,
ahogándome de su versión inexplorada;
ida del mundo a tu mundo,
haciéndote mención
con afán de placer…
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