Delitos Verbales II

Planeas durar
hasta el final de la noche,
habiéndome situado en trayectoria
a tu encuentro;
a la colisión salvaje
que me va a herir,
inevitablemente…

Y me gustan las reservas de tu boca
que concuerdan con la alternancia
en la distribución, disciplinada,
de las sensaciones,
desmintiendo la indiferencia…

Cada presente
despierta los síntomas de lo que soy,
consternación pura
frente a lo imprevisible;
péndulo ciego
que se columpia entre lo que fue y será…

Y se me llena la lengua y el alma
de tu sol mayor,
cuando extraigo la sabiduría del ángel
con propensión a cantar
su clarividencia…

Amarras a mis cuerdas
el vocabulario caleidoscópico,
capaz de
enterrarse en mis ojos,
a medida que tu luz exagera
al filtrarse en mis poros, con disimulo…

El lado oculto
donde brotan las palabras,
describe la amenaza encubierta,
atrapándome en la espiral de un silencio,
cuyo derroche de ingenio, me deslumbra…

Presa del vértigo, tu esencia,
se anuda al mareo de mis ansias,
delicia natural
que abusa de su claridad al tocarla…

Taciturna

Hoy la luna silenciosa
me obnubila;
la aspiro,
ensanchando mi pecho
y brotan, del aire,
a medida que me elevo,
las alas de la oscuridad…

Voy descubriendo
los pergaminos venucianos
que desenrollan tu brillantez
en medio de un místico instante
que consagro,
como mío…

Al abstraerme de sostener una razón,
logro clarificar el significado
de lo que soy parte
y cavilo dentro de tu cavilación
que petrifica el desamparo
sobre la palma del latido…

Navega el instinto,
albergando mi respiración,
en retirada,
cuando me encuentra tu lengua,
en la boca,
un poema sublime
y me traslada,
moribunda
por el encantador sonido
que te lleva a endulzar
todas mis palabras,
al sacudir lo indescriptible;
al embeberme de tu alma…

Bipolar

Llegado el momento
de dejarme precipitar sobre tu piel;
de pulsar las aguas negras
que te ajustan a la escena de mi propia profundidad,
activo el punto de seducción
para, quizás,
lloverte pesado
o, tal vez,
alinear lo mío con tu lengua
en un poema de fuego,
aquí o allá,
sin saber distinguir siquiera
qué lugar nos va a dar a probar su terreno…

El sabor a peligro se torna la oportunidad perfecta
para atraer la exuberancia de tu magnetismo,
como la autopista del universo,
asida a los anillos astrales,
renglones que transportan cada fracción
de luminiscencia
que, sin tener bastante,
no escatima en versos para dejar expuesta
tu preponderancia…

Espontáneo y repentino,
sin desestimar lo bello,
interpelando la ventana oscura,
dejas ingresar
y orlar la intemperancia…

En tu lengua todo suena a delicia,
pronunciada por el magistral agüero
que, al tomarlo todo y vaciarme de mí,
sabe de mi condición de esclava
en tu circunstancia,
suero de la invocación
que me pone a servir
a la voz sagrada,
codeándome con tu aliento de tacto fantástico
cobertura emocional que me libra y sana…

Controversial II

La brevedad del vértigo
amortigua la extensa región
que ampara el desafío
de reforzar las palabras;
tensar el abismo
y cantar,
alargando los puntos suspensivos;
disuadiendo la magia
con la que cuidas mi atmosfera…

Trepidas
y un goteo dramático y patente
adopta el lenguaje alegórico,
en la difusión que sabe de tu tacto,
tremor onírico
que sé incrustar en tu almohada…

Te aseguro que, el lírico imán,
me hace hallarte,
perdurable,
en la expansión de la mirada
y la luz se disfraza de oraciones sugerentes
y es fiebre su rocío;
el fuego en la lengua
me provoca caerle a tiros a tus ojos,
en proporción del daño,
evaporando cualquier otro contacto
que no sea el tuyo…

Procedes de lo más puro
y habito el resplandor de tu templo,
calando profundo mi garganta
que arde
bajo el efecto chocante,
alborotado,
de la piel que no elude el desgarro
y que me lleva, soldada,
al ámbito de tu desplante…

Símbolo Vibracional

Absorta en ti,
inmersa en el psíquico tatuaje
que me equivale el shock
de hallarme dentro
de lo que se pare en húmedo candor;
de lo que va zanjando el ensamble perfecto…

Así,
atravesada por tu aliento,
no resisto
fundirme a la sintonía que nos encarna
y que sabe compensar este mordaz desenfreno;
a irme quedando,
tiritando,
enredada en el sonido azul
al subvertir los nervios,
intencional,
con el ánimo de un fuego paralelo
entre dos mundos…

Me guardas el deseo
y aguardo por más
en el masivo cumplimiento de los volúmenes
que detallan el estallido profundo
de la luz,
oxidando las sombras;
el enfrentamiento entre los siempre y los nunca,
reventándose justo en el entrelazamiento
de nuestras bocas…

Colisiones Escolásticas

Ruedo al choque del pálpito
y retumbo
en las páginas
que le muestran a mi planeta
la catástrofe del tuyo,
envuelto en mi propia llamarada,
cuyo impulso te desmantela
y convierte
en un pedazo de apología rapeada,
el propósito de completar la secuencia
de su mutación…

Boto lo sobrante
y las precauciones se caen
ante la plasticidad de las siluetas
que van componiendo la evolución
de un mensaje entre líneas…

Sólo toco limosnas de los que me admiran,
pero tengo la certeza de
que, al descontrolar los márgenes,
dialogo con los enigmas;
que transmito sus mensajes
y sé aquietar esta altura ascendida
por los que enteran la piel única
de los amantes…

Alma Floral

La luz se colude con tus ojos
que confabulan
para explotar su anchura
en mi alma,
penetrándola;
dejándome caer en las redes de lo ignoto;
conduciendo mis labios
a modular el cítrico pulso de la inflorescencia
que sustenta los abanicos
en los que reconozco
las ascendencias naturales
que me llevan a los umbrales,
donde la vibra vegetal
se estremece…

En referencia a las extensiones del silencio,
puedo asegurar
que su liberación se posa,
sin perjuicio,
como devocional sacrificio,
incipiente,
sobre el arrobo pronunciado
por estos dedos viajeros,
cuyo paso en falso
es tu carne,
amasando el éxtasis,
mientras rutila la nobleza
y te lluevo bienestar…

Tu lengua mística emerge
y me desplazo por la turbulencia
que provocas,
desvanecida en el trance
de moverme y desatar
el declive de tu sombra…

Quintaesencia III

Tu tacto,
delicia del riesgo,
atracción inevitable,
me conjura,
dentro y fuera de la realidad;
iniciación que acaba con el consentimiento,
tumbándome a tu vera,
irradiando violines de sal,
atados a la sinfonía de las esferas…

Criatura excitante,
clavas mi carne en tu estoque
y, al pegarme a tu noche,
me ofrendas
hierba y porcelana;
seda y miel;
sabia poesía
que el ministerio de tus ojos
oculta detrás de cada símbolo,
destinado a hacerme caer;
veneno visual que, de a poco,
van agradando a las sombras
que se transparentan,
porque, al mirar como miras,
desmantelas lo abyecto…

Guiado por el brillo de mis piernas,
tu entusiasmo se va atreviendo
a descolgar el despiste;
a empapar, en un licor de fresa,
el desquite de tu lengua,
inyectada de euforia…

Escritura en el aire
que fideliza las fases anónimas
de una oscuridad entrelazada,
cuyo gong va
imantando la exhalación más profunda;
liberando el ave de mi corazón
que trina y burla lo turbio,
haciendo germinar equivalencias insinuadas,
tornándose confesas
en el terreno más puro…

Dínamo Astral

Presumes la dulzura
de tu ingeniería poética;
de la mecánica
que me trae consigo,
salpicada del sólido rescate
que inmortalizas en un poema,
cuando percibo
la picadura de miel;
la vértebra
que accede la dinámica del silencio,
cuyo fondo trasgrede
cualquier final…

Distrayéndote conmigo,
sigues contando las maravillas
de mis lienzos vivientes;
de las obras de arte
que no dan tregua en transformar
la forma de entender
el resurgimiento del alma;
de la integridad
que suelo concentrar,
mientras caminas un sendero
a través de mis alas…

Al elevarte y calibrar los estados mayores
que aguantas en la boca,
me atraes a tu centro
y, como el sol
que corre a tu encuentro
por la oscuridad
en la forma más pura,
me entrego,
con briosa sensualidad,
para que no te quepa duda
de que eres
lo que más quiero…

A Cappella

Desafiando el descontrol perpetuo,
despojada de toda prisa,
mi caricia incorpórea busca
ondularse en tu cuerpo,
envolverlo en su coreografía
con su destreza innata,
estimulándote,
hasta que escojas bañar tu sueño
en las aguas rotas de su orilla…

Es tan bella
esta hiedra salvaje
que afina el sentido y lo adormece;
que tiembla y se pronuncia
a través de esta dupla mimética,
nacida entre tú y yo,
desnudando la devoción,
entre agua y aire,
sacrificándose a sí misma…

A tus pies, el secreto sublime,
crónica de la bravura,
reinicia, en canon,
el himno
definitivo,
con el que obtienes las sutiles latitudes,
donde se enciende el farol de mi alma,
para que cruce el umbral coronario
y anunciar tus tropelías,
bregando por su consagración…

Ardo en tu lengua,
ladrón de mi aliento,
devolviéndole
la más honesta intención de rebosar,
a la tesitura,
en pleno júbilo,
doblando las líneas que encarnan
un consistente fragor de lluvia…

Verbo Ígneo

Iniciadora de tu ritmo,
sostenida en lo más alto de su vibración,
me deslizo
por ese movimiento incorporado
que entreabre la melodía en consonancia,
acabando en tu interior…

Al palparlo,
hecho serenata de fuego,
puedo percibir
cómo se menea, en deleite,
la noche borracha de piel,
melomanía a la vez,
recopilándonos frenéticos…

Lo siento,
me estas deseando;
ocupo tu espacio secreto
y lo asumes,
brindando lo que desconoces…

Te saco del plano corpóreo,
entretejiendo sudores
y se te escapa el color del silencio
espontáneo,
mientras modelas con los dedos
la iridiscente silueta
en la que me transformas,
cuando dejas que venga tu envergadura,
nada austera,
a coger su trofeo preciado…

Me perturba
verte accederme los tejidos energéticos;
tu insistencia en el intercambio
trasgresor de mi lengua;
me hurtas lo que soy;
derrotas mis jaulas
y, ensortijadas las almas
que vulneran toda resistencia
a quedar varadas en la tormenta
con exceso de culpa,
se acarician, prófugas del fin,
confusas al escribir
su propio renacimiento…

Narcosis Efervescente

Atada
a un presentimiento;
a un estado superior
que me permite hallar el medio
para que me sepas untada de tu amor
y sepas mi lágrima sonriente,
resistiéndose, en vano,
al paso de tu lengua…

Huelo la trascendencia
que me hace brillar;
saboreo el candor
al hilar su manto de desnudez,
a prueba de excesos
y cuando amainan,
tu química, al pie, de nuevo,
me tiene
escogiéndote;
cogiéndose de todas partes;
ungiéndome con tus afirmaciones…

Retorciéndose el centro de mi alma
al cabernos, interminables;
al mirar tus ojos derramándose,
como la noche,
sangro a través de los filos fosforescentes
que, en sus hundimientos,
ven danzar la inocencia,
como bucles de agua,
bullendo;
fluyendo en la elección del sueño,
enredados en las esferas desatadas…

Manglares cableando orillas,
resonando aquí y allá
entre perlas de cristal,
mirando dentro de esta dimensión;
conformando, contigo,
un suelo molecular
donde sueno en tu cercanía
y me dejas pasar
para luego sacarme de tu ropa
con tus poéticas manos,
liberándome de toda prisión…

Oxigenador de Tornasoles

Algo aflora para revocar
cada terrible vez
que te desconcentra
la habitación copiosa de ti y de mí,
donde los sonidos, grabados en la piel,
son reflejos demoledores
que perfeccionan la tersura,
creando un parque ondulante,
millonario de intrepidez
y empatía;
un antro de extravío
en una calle oscura sin salida
donde las figuras
que compatibilizan con esta constelación,
poblada de brillos,
se hacen notar…

Imposibilitado,
cualquier intento de destronar
la habilidad de moverme hacia lo alto de tu silencio,
se aleja
y leo el estilo hedónico
que reverberan tus ojos,
orillando la luz;
refractando su energía imperdible
que no se detiene…

Y me gradúo de tu lengua,
pluralizando el pulso sublime de las estrellas,
en virtud del gesto correspondido
que revela que eres
tan cósmico e inexplicable;
escuela de arte
llena de irreverencias
para mí incansable deseo de infinito…

Diseños Cósmicos

Mi pulso se desploma ante ti,
aquietándose mi alma;
me das un suspiro de algodones
que endulza la vibración
con la que me mantienes unida
a esta realidad análoga…

Se reanuda mi respiración
y floto en un bosque de plata,
donde tu lengua se deja sentir
con su divino poder
y su aplastante sensación
me traslada a través de lo básico y complejo,
mientras muero en tu boca,
liberando energía,
como el don que se dispersa en el silencio,
completando el paso al otro lado…

Me ilumina tu canto,
su esencia
va retorciendo el cristal y su reflejo,
inmensidad por doler,
comprensión dadivosa de la tragedia
que nos va a suceder…

Destrezas Eficientes

Sabes
lo que colma mi mente
y lo que no;
lo que alcanza
para calzarte mi lengua,
en pleno despliegue
y aquello que lo detiene,
compositor
del tránsito inaudito
que mastica el ahora que se queda corto
al querer maniobrar
estos sentimientos encontrados
que me hacen atenerme
a tus consecuentes actos
y su apetito…

Flotar en el reflejo
se torna absurdo,
cuando
sacude sus alas, el silencio
desde las tramas agrestes del espíritu
y cae la noche sobre el mundo
con su lágrima flameante,
cadencia que, al unísono,
nos abre un expediente
sin otro cargo
que el delito in fraganti…

Purificaciones

Inadvertidamente,
me siembras en tus ojos,
dictándome tu rastro
inmerso en la luminiscencia
que sustenta lo inexplicable,
mientras broto de tus manos,
flor de lava,
manchando la adivinanza
que se sabe descubierta…

Impregnada en tu ideario,
te metes y sales
de mi mortalidad;
me quedo hecha de ti,
siendo arte y parte
de la fricción alfabética de tu tintimidad,
literatura que albergo
en el vuelo de mi corazón;
en el sueño que aletea en el área azulosa
que te invoca y siembra su lágrima
fugaz,
indefensa
para hacer eterna la noche que hace nido
en el reparto
de ceder y conceder
lo que formamos tú y yo…

Sostengo su radiante perspectiva
entre los labios;
anuncio el momento y el lugar,
cuyo vértice predicho,
del otro lado del sol,
va uniendo detalles,
como ecos parafernálicos,
grabados en el árbol de la eternidad…

Rondas Estelares

La luz se consagra,
penetrando la oscuridad
y vuelvo a quedarme a merced
de la tuya,
trayéndome su energía,
envuelta en el compás
con el que te apetece
atraer la renuncia de mis voluntades;
fulminar mi cordura…

La perpetuidad del cambio
me vislumbra
varada en tu caricia;
trazando las rutas orbitales
con la pirueta que enlaza las ondas
arrimadas al caos silencioso de tu piel,
moldeadora de apetitos
que se expande en cada giro
y me ve sostener la fantasía…

El sonido de sus formas
memoriza las mías,
como la música del aroma,
fundiéndose a la atmósfera creativa,
fractal
que colocas en mi lengua
al compartirme tu cielo
y quererlo dibujar con mi perspectiva…

Me conviertes
en un ángel de acuarelas apremiantes;
en tus lienzos de sal;
pájaro sin plumaje,
sobrevolando los reinos
de un sueño astral…

Sobresaltos Analíticos

Lees cada movimiento
que entrelazo con otro;
los estudias y aprendes,
su vigor empuja los relieves incorpóreos
que van deslizándose, despacio,
liberándose del espacio
donde suele habitar tu lengua…

Me entrego a la velocidad
que tumba
la verdad perentoria;
toda acción que no se enmarque en tu contexto,
porque le insuflas la dolencia sagrada
que enciende su fogata
en el centro
de este círculo espiritual
en ritual de ascensión,
con el que aspiro romper lo que no existe,
imago de cómo soy,
encaminándome dentro,
más dentro de ti…

Acaricio todo alrededor,
intimidando lo baladí;
cebando su rendición,
mientras los mundos solitarios convergen
y qué inmensa se yergue
la escena en que te apagas circunstancial,
sólo para brotar más inmenso,
tan lleno de mi noche,
así como las aguas reman piedras
hasta que las recogen
los brazos relucientes del mar…

Capítulo Secreto

Sé lo que buscas
y entro en ti,
masajeando tu cerebro;
derritiéndome en tu lengua,
como escarmiento por la exquisitez
con la que me atraes,
cuando te leo…

Las páginas que te enarbolan,
me persiguen;
me enamora la eficacia de tus medios
y sé
que no me entero;
que soy entera para tus fines;
emanación de mi propio pecado
al confiarte mis panoramas desterrados
de la aureola que reviste mi santidad,
cuando me poso en tu silencio…

Con la furia de los cristales húmedos, vas
a herirme de a poco;
a dolerme, violento
y qué más da si lo haces;
si me desangro
hasta el postrero aliento de la sombra,
con la impaciencia que destrona
las lagunas engreídas y sus relieves,
inculpándome;
si cambio el hábito perverso de refugiarme
en las telas químicas
que sacuden los balances,
sólo
para que la noche aclare los balcones,
prensar el misterio vivo
y fumarlo contigo,
sin restricciones…

Incrustamiento II

Gobierna
la insistencia del aquí y el ahora;
la fijación temporal,
mientras lo impredecible
sigue surgiendo,
envolvente,
al encarnar la danza
de cada onda invisible,
en sintonía con la sensación
de aferrarse al toque
que nos emborracha de su clarividencia…

Te escribo mi magia en la lengua
y la acústica se pierde de tanto vibrar
en la profundidad que recoge,
intercambiando mantras corpóreos,
recluyéndonos
en las habitaciones de la noche…

Mareados de insensatez,
podemos describir la manera afectiva
de ser uno, a la vez,
inconsecuentes con la existencia,
miembros del consejo de las deidades,
cuyas facultades
nos sitúan en las crestas del gesto hipnótico,
trauma del sacrificio
de llenarse de la promesa,
aliándose a las frases y metáforas del cuerpo,
mostrándose sin piel,
de rodillas ante el arqueo de la luz
que ve morir, en las sombras,
el ayer…

(08.06.23)

Incrustamiento

Sin saberte aún,
voy trayéndote
prendido en la garganta;
perdido en este paraje
que me interpela,
al ser atraída por el mensaje que eres,
incorporado en el polvo de lo concreto
que disimula el arte que desangras,
como histeria florecida
desde los canales del silencio…

Incluida en tu exquisito lenguaje
que por mi voz se amplifica,
resina del alma,
desahogando oscuridades
por donde todo se filtra,
te oyen mis ojos
y somos tal para cual,
asesinando instantes
en los aprendizajes de lo eterno…

Te abro mis vidas
y quieres mi luz
y ya estoy sentada
sobre tu lado magnético,
brindándome a plenitud…

Ardes,
mientras tatúo el surco
por donde salen tus ataques deliberantes,
desglosando tu profundidad
en el café que se alía con mi boca,
agarrada al humo flameante
que bebo de tu transgresión,
hilvanando el ligue de las extremidades
tendida en la orfandad del tiempo
y su inactividad;
con la embriaguez insoportable
de saberme en tu mirada,
desprendida de un acaso
que se ha tragado el misterio final…

(07.06.23)

Pétalos Violentos

Algo que me ata
y me rompe;
que me mata
y me recompone,
es la percepción del pulso
de tu silencio sobre mi alma…

Y me explotan los colores en la lengua
de tanto saborear lo sacromágico
que extraigo de tu luz derramada…

El llanto de la clepsidra
se ahoga en el pozo sin fondo,
perdida la cuenta
de las horas en su descalabro;
destronando la sombra del tiempo
con las sabanas interminables
que menean las ansias,
acuñando
un cambio de pieles…

Lo que se te antoja de oro,
humedece mi oscuridad,
haciendo germinar
la melódica fragancia del loto
sobre un sueño profano
que circunvalo,
encabritando las aguas
en persecución suburbial…

Inexorable

Al caer,
excesivamente,
sobre tu lengua,
me desarmas;
y, atrapada,
por tus raciones imaginativas;
por la textual eclosión
que se cuelga de mi garganta,
atándome a tu melodía,
sólo me nace
lamerte la voz;
volarte la mente con mi reflejo;
volverme tu perdición
poco después de volverte la mía…

Tus relevancias justifican
toda obstinación,
irradiada desde el fondo del amanecer
que exhibe transitable
la latitud central
desafiada
por tu manera de mirar
a través de mi piel,
entre distancias, recuperada…

Te sumas a mi haber,
me engarzas tu talante
y me haces poseedora de un tesoro incalculable,
el mismo que derrocho,
cuando nos abrocha la cuna del placer
al mismo instante…

Controversial

Cuando el tiempo retrocede,
tu alcance en mis arterias,
me da la razón
para ser tu causa…

En llamas la circunstancia
me pone en riesgo
y, la ración de tu lengua,
ungüento cósmico
que es alivio y veneno
para una lesión inclemente,
donde me encaramo,
propensa a desenterrar la noche,
como una líquida ruptura
que desentraña la visión del alma,
acelera el paso por la escalera de los sueños,
pudiendo enemistar los términos
con el cauce grotesco del derroche…

Estímulo culpable
del crecimiento semiótico;
erguida en el rezongo del signo
que te revela…

No sé apagar la melancolía
ni quiero;
me gusta trazar la nervadura
del arco zafirico que te enreda,
con aplomo,
por encima de toda perspectiva,
haciendo crecer
los vitrales del extremo;
el culto poético
que se sacude las palabras
en el campo de visión cogido
por la célebre mitología
que fulmina lo impetuoso de tu mirada…

Deflagración III

Parece ser que soy,
entre tus dedos,
el desfile ardiente de la noche
y qué honor,
cuando sumida en lo que eres,
también te reconoces,
fluyendo esta dimensión…

Inútil no advertir
que resucito,
cuando estás cerca de mí
y me acelero,
cuando enciendes las aguas y me das
un país de estrellas,
donde me esparzo y brillo,
aleatoriamente
y ejercito entrelazamientos
que superponen
lo que traigo entre labios
con lo que traes en mente…

Exploro la contradicción
y pierdo el rumbo
sólo para volver a encontrarlo
a través de tu lengua,
fuera de toda piel inventada
que sucumbe,
abriéndole paso a lo genuino…

Espolvoreada de tu estela,
la verdad incombustible del universo
me ambiciona
y mi voz es el camino del cambio
conveniente,
para que todos tus lugares
siembren su cúmulo de presunciones,
abrillantando con su paso
toda forma para seguir elevándome,
hasta hallar los corazones,
flameando entre costuras celestes…

Accesos Redentores

A la luz de tu ventana,
me enseñas
a creer que accedo otra realidad
y divulgarla;
a crear un lazo mental
que se adjudique esta hazaña;
conflagración de factores,
anulando todo resultado adverso…

Te pides mis movimientos,
encarnando un eclipse;
haciendo nacer un nuevo color
en el arcoíris del alma;
un rayo musical,
psicodélico
que desconcierta a la escena,
mientras notas cada nota
que hago notar
sobre las capas de tu lengua…

Y me anoto un acierto,
aclamado por tus ojos;
mi alto voltaje satura el picaporte,
transformándose
en liberador de euforia…

Mi cepa luminosa justifica
que todo sale bien,
cuando recoges el destrozo
y me sirvo, de a poco,
tu sed de aventura…

El sitio vial de tu adrenalina
se constituye mi apremio más dulce
y circulo tu contextura,
remanso silvestre
que se funde
al amago silencioso
de esta tortura…

Proeza Delirante

Diviso el asidero perentorio
que sostiene mis palabras;
visibilizo su condena
y movilizo, secretamente,
lo que las intenciona…

Fluyo hasta tu lengua
que logra concentrar el ánimo
de las fuentes de mi alma;
de las fantasías textuales
que escurro, con ingenio,
para lograr traspasarte
todo lo que soy y siento…

Expulso hacia tus labios
lo que adoro componerte
con el componente macabro
del placer en movimiento,
pausando, feroz, el instante
que deriva de este desmayo existencial…

Esculpo reacciones que no entiendo
y acabo derretida,
desatando un torrente subliminal,
enganchándolo a la inestabilidad
que conforma la piel más dulce,
deslizándose,
convulsa,
sobre tu deseo verbal,
cuando derrocho
y censuro, de modo rotundo,
el verso que excomulga
la verdadera naturalidad…