Hasta tu Adoración II

Gravitas mi alma,
como la pirueta cósmica
que muda, de los cielos, sus colores;
como partícula de gracia,
cuyo brillo me germina cada noche
en la lengua…

Eres el vientre del sosiego
que determina todas mis muertes en una sola;
permanente arqueo de luz vocal,
cambiando de forma los tejidos
para poderme recobrar
con su causa y efecto;
refugio de mis palabras…

Mi luna se llena de tus ojos,
esos eternos anillos de agua,
bendiciendo el humedal
que sabe de tu huella;
funda de cristal
que almidona cada letra,
forjando concepto, rima, sinónimo;
consonancias eternas…

Tan Cerca

Qué aturdida me siento,
empapada de tus ojos;
de tu forma de concederte;
de acostumbrarme al timbre
que encaramas, poco a poco,
en mi frente…

Me parece irresistible
confrontar tu acento;
componer un intercambio a tu medida;
suficientemente, deslumbrarte
con este reflejo que agoto
para mostrarte
la trama angélica que me construye,
cuando me hiere tu atención
y se hace, tu voz, mi desafío…

A diario,
trasgredo tu piel nocturna;
todos sus lados me aprisionan
y, desenmascarada,
se trasluce lo frágil que soy…

Insoportable se me hace esta aventura
no forzada;
la pelea de burbujas de clarividencia,
porque mis letras ya son tu perdición…

Tanto adoro estar a tu alcance,
mago de mis cicatrices
que se burlan los ángeles,
porque espacio y tiempo dimiten,
mientras alimentas esta mágica dimensión …

Desvelo

Un sueño de latitudes embriagadoras,
hace de mi alma un caudal
que alimenta centellas;
un río amoroso que riega tu silencio
y fecunda su brillo…

Soy en la punta de tu equilibrio,
translúcido reguero,
mostrándome indomable;
panal de cuarzo que preserva
este mordaz acoplamiento;
engranaje
con el que tu pedal acciona
un pitar de alborada;
barrido de pedestales
que ensalza esta luz compartida…

La arista oculta de esa teoría
se muestra ante mis ojos;
viaja por el aire,
iluminándome
con su velocidad de oxígeno,
sorpresiva minucia y su escuela,
enseñándome que existo…

Excéntrico

Cada palabra tuya
vuela y exhala su residuo matizado,
a sabiendas que caduca;
se extiende en el frío escenario del viento
y, aunque se entienda,
su vínculo caligráfico se quiebra,
luego de amparar, el intervalo,
en mi lengua,
su corolario de fuego…

Arrogante,
en tu vigilia;
me orientas a tu corriente
y dejo
que se embellezca este maleficio,
laceando la mera inconstancia;
el exceso, al vicio,
porque eres tú,
delirio inconfesable,
dando vueltas por mi mente…

Pones de frente el deseo
y, de cabeza, mis sentidos,
como flores incendiarias, se abren…

La fiebre apasionada de la sangre,
zafiro en azul dorado,
me quema
y la imparable sensación
se vuelve presea;
reflejo de obstinada satisfacción…

Sigo ardiendo;
el rapto vertebrado por la amplitud de tu pecho,
es la advertencia redactándome;
avanzando niveles impensados,
mientras bailo bajo tu lluvia santa…

Empleas un hechizo
al mirarme,
macabro auspicio de letra y melodía
que, incorregible, me desarma…

Cultivos Sublimes

En pocas palabras,
al avivarse las llamas de la noche
y consumir al sol,
sin tregua;
puedo sentir el progreso de una sílaba,
floreciendo,
como luminaria salvaje,
cuando tu lengua se toma mis terrenos
y mi oscuridad se perfila
para lamer la parte del pensamiento
que recrea tu magia…

Rompe el paso la fila
que convierte mi acción
en destello ensortijado
para que, preñada la ilusión
y acompasada con el brote celeste del alma,
crezca la enseña definitiva,
como dulzura en flor…

Pierde, a su vez, la envoltura
la palabra
y no contengo la intensión,
magma que no se detiene,
ante el tramo evolutivo
que le ofreces…

La alambrada donde cuelgan los despojos,
van dejando el este, despejado,
para nacer de nuevo,
borboteando
desde el agua de tus ojos…

Captación

Fascinada
por la vibración de tus espacios interiores;
con el entorno impregnado
de una secuencia que me arrastra
a las tempestades de tu silencio;
entre las mallas químicas,
adhiero al torrente que confabula
en favor del daño…

Me constas en esta atracción
que me absorbe
y te mueves, dinámico,
aromado de azules,
como transgresión consensuada…

Tu lengua mira dentro de mi alma;
sabe de mí y del cielo,
esculpiendo en ella tus relámpagos;
generando en mi cabeza
una escuadra de connotaciones
irrevocables…

Consciente de tu dominancia,
la estética me determina
traductora;
predestinación de tus dones
para alcanzar, sin demora,
la perspectiva sincronizada…

Guía de tu Tacto

Cada vocablo que apuñalo,
guarda una pizca de mi oscuridad;
el boceto sangrante
que pasa por tus labios,
como un vendaval de enigmas,
trae la sinfonía contemplativa
que se vuelve antesala
de una reacción
que determino desde el comienzo…

Ciega de tu cálida cercanía,
sigo girando entre tus dedos;
señalándote mi ubicación exacta,
mientras te traiciona la sensatez
y, en esa otra piel,
tu línea creativa,
exorbitante;
almendral de la palabra,
se distrae,
creando un silencio explosivo,
que se ejecuta para poderte ver,
como un poema, un enlace, un suspiro,
sucediéndose, conmigo,
a la vez…

Redes Acuosas

Alzarse en continuo despliegue,
mientras pasa la luz y el silencio,
como una sombra del blanco,
altera el reloj
y sus arpegios
que van formando riegos implacables,
se detienen;
cuando el universo se despieza
y tu piel excede la magia,
te dejas correr por mis labios;
mantienes una estela plateada,
como foco de mi atención;
estructuras cuánticas, parpadeando,
mientras más cerca estoy
de esta cofradía…

Riegas el agua de tus azulados espejos;
la depositas en el hundimiento
ahogado de la noche,
como un campo de fuerza,
cuyas formas irisadas nos escriben
errabundos de las dimensiones
que no conciben, aún, nuestro tacto…

Me siento flora narrativa,
extendiéndome por el hábitat de tu aliento;
desarrollándome,
como un evento unánime
y sublime;
como fricción de amparo
en los senderos acotados del tiempo…

Causal de Cuidado

Poco a poco,
mi respiración se llena de colores;
me has sometido a tu embrujo
y acabo por tragarme el cuento
de volverme cómplice
de un crimen no resuelto…

Me incide el brillo de mercurio
y hago juego con tu porfía
que, al vivo contacto,
va reflectando
el rastro creciente del deseo…

Encadenada a los restos
que caen, de prisa,
por el ofrecimiento cautivante
de los terrarios de la carne,
descubro ilegales bemoles,
mientras abajo se incendia el pentagrama
de lo que diverge;
lo impenetrable,
como marca pura de la apertura
que va cruzando la distancia…

Me desabrochas el alma
y la apuñala tu lengua,
rebosante de deleite,
cuando te llamo, anacoreta;
degustador de mi fuego afrutado
y vuelves a redactar ese chasquido de soles
que, con prontitud, consigue el preámbulo
que va a cumplir la curva inquisitiva
que quiebra la superficie…

La noche es a tus ojos,
como el silencio al infinito
y, encantador, me restringes
al electrizante azul que te habita
y mil hojas de plata y su pulso nacarado
se hace bitácora de sangre y poesía…

Intentos

Adentrándome en los eólicos laberintos
que te proclaman,
austera de mí,
con un punto de perseverancia
que converge con el brillo hambriento
de esa soledad que te acapara,
puedo distinguir
la entrañable melancolía del silencio
y sus ánimas,
saliendo de tu lengua…

Con cuánta frecuencia
atrae la sombra, el residuo;
la forma precaria del alma,
como el presidio perpetuo,
terciando el aire…

Ay este instante,
excavador de los presentes
que cayeron en batalla,
cuyas fuentes anónimas
en una nueva hilera de adioses,
generan un goteo fuera del tejado…

Se impone y recibo el relevo
y te caes conmigo,
dolor,
cicatriz,
reparo
para, sobreviviente,
regresar del olvido…

 

Ilación

Das lugar a los serpenteos coloridos
que se derraman desde el cielo
y emerge, en un claro de rubíes,
el horizonte, recién extinto;
percibo que la secuencia elástica
está creando la satisfacción
del contexto,
más y más
húmedo y profundo…

La extrañeza de los números en todo,
me exhibe graduada en tu intelecto;
cuerpo geométrico
en un lecho de cristal…

Pulsas la línea
que el suelo hostil define
como la mística comunión de un beso;
mi marea cubierta por tu luz repentina
y el texto muscular,
al saborearme,
rescatan las suavidades intensivas
que resguardo…

La escuela del instinto,
moviendo con delicadeza el espacio,
muerde mis impresiones
que se derrumban,
debatidas y acabadas,
sobre un transversal delirio…

Estoy parada en el borde,
expuesta la escama del vértigo,
mientras logras encandilarme
con el líquido de tu silencio…

Candor Burbujeante

Por tu causa, amanece la noche;
su despertar en mi alma,
la desdibuja, amplificándose…

Recostada en la señal que dispones,
para mí,
con arcilla y diamantes
puedo contemplar
lo que dicen tus dedos,
un poema de perfumes delicados,
provocando un vendaval de energía…

Vivo colgando de un sueño;
de los resortes gaseosos
que concuerdan con el mar y su guión de osadía;
tu simple arremetida,
tan certera,
impacta mi lengua
en la escucha de mi interior
y catapulta toda definición de luz
al centro de mis ojos…

Descompones los tonos,
al pasar,
y descartar disimularlo,
como la suave inclinación
a naufragar en mi nombre…

Para poderme enlazar,
te me sales por la espalda
y me llueven alas multicolores;
la vanguardia me avanza con tus labios
que, permeables, acatan mi deseo…

Toda esta magia, no se crea sola;
viene de ti;
de las cúspides del arrebato,
que accionan el perfil
de un fascinante aleteo…

Regente

El gobierno de tu tacto
se toma mis palabras;
metiéndote en mí,
como un puñado de tatuajes;
mi estado sujeto
a la forma urgente en que me abrasas,
aumenta la respiración;
me da el poder del deleite
y me desmorono,
multilateral,
diversa;
soy la abundancia de tu lengua,
intervenida por tu gravedad incesante…

Despertarme bajo tu aplomo,
me hace recordar la vida;
me la desordenas;
me buscas para morderte
y propagarme por tus ojos,
imponente de chispa;
dispuesta a una reacción catártica,
inextricable
que me conoce,
cuando me hallo bajo tu influencia…

Me asistes y demuestras
el canto de un amanecer anómalo;
sus factores determinan el puente nativo
que me atraviesa hasta tu boca,
estadía que perturba todas mis decisiones…

Me superas en todo;
no puedo contigo;
proliferan átomos y partículas,
creando un aguacero de luz
que me salva
y, con prontitud, pone mis latidos
a un costado de tu sonrisa…

Curvas y Espejos II

Irrumpida por el fulgor desesperado
que te mantiene cautivo
de esta reyerta,
relleno mi saliva
del auge de tu percepción
y me ocupa un halo de misterio
que me eleva…

Confusa,
sin los atuendos de la carne
que en tu boca se albergan,
manifiesto
que toda mi luz se mece en tu tacto cautivante;
sus disturbios le sujetan,
hasta el más oculto rincón
que flota y se abrillanta,
mientras le otorgas la categoría de rebelde…

Y son mis ojos delatores
y se entera la luna,
esta noche
y se entera tu alma
en su fase total,
que me absuelve tu ondulatorio silencio
al tragarme el foco de tu humanidad…

El cauce mineral dobla cascadas
y suelta los márgenes,
donde me agarra tu torrente…

Mejoro contigo
y no cortas esa ración indiscriminada
de encanto con la que me sabes,
creando un cielo penitente…

Deliberados

El tintineo de tu lengua,
al nombrarme,
es fuego que me acorrala
y se mueve tan dentro mío;
que en lo sucesivo te reconozco
y me ocurres
con el tacto airado de la sensación…

Me sustrae
la suma de todos tus detalles
en función del desafío
y ya me tienes,
dando vueltas a tu alrededor;
sorbiendo el desenfado
que esparce el germen de claridad palpitante
que sostiene, a toda hora, mi desvarío…

La noche y su intervalo,
como un estuche lleno de palabras;
como el único relieve
que va permitir mi ascensión a tu lado,
se convierte en savia dulce…

Tus pliegues,
enredándome,
aguantan esta polaridad insondable
entre tú y yo
y se derrama de tu alma el fulgor
que reproduce el andar de los sueños…

Las pulsiones aferradas a una onda
en expansión,
me inoculan lo impetuoso
y es que la pasión de tus mareas crece
en el presunto desliz
que intuye la pendiente al desenfreno;
el tobogán de fuego resbaloso
que, sin precaución, sugiere el soborno de la luz,
te sumerge en mí
y te engancho;
y me engancho
y activamos, del cosmos, su núcleo generador…

Cavilación Aleatoria

La discordia de las semillas doradas
en mi boca
brotan,
como un rezo maduro,
masticando el hilván de las verdades…

Me nace el juicio decantado,
intempestivo
que se hace torrente puro
de silabas impares,
cuyas perduraciones
son un acápite que desestima lo racional…

Revuelto mi desván,
gira en torno a ondeantes fotografías,
como meditando una excusa
que haga estrenar la tesitura
de esta réplica invaluable…

¿Cómo se supone que te infiltras?

Tus simetrías rescatan
el alarido equivalente;
flotación sobre un decibelio orgánico
en la detección de la magia
que trepida,
vertebrando su atropello…

Me muerde tu silencio, la carne,
contra el que pierde el sentido
y me derrito,
glacial sometido a este cambio cromático
con el que rechinan todos mis lados
y se agita la luz en mi lengua,
mientras se interna el colorido
de tu escenario…

Flameo Cúbico

Académico de la intemperie,
expones la hipótesis del agua,
al contemplar el iris universal,
precipitando en mi garganta
y respaldar el embrujo,
como una forma de mantener
la conexión que tenemos…

Tu lengua me imparte el placer más puro
y me hundo en un fragor sináptico,
tan resuelto;
me siento arropada por el ímpetu
que te brota, natural
y redimo esta derrota,
al compartirnos, la sintaxis abatida
que se fija en la cola de mi mente,
dejando un pensamiento,
como predeterminada señal…

Se mueven las frecuencia de mi alma
al nadar a través de tu noche
que halla, entre mis dedos,
tu corpóreo silencio,
sosteniendo mi desborde…

Burbuja Esotérica

La estática gira en tu dirección,
cuando el pulso de tu lengua
me muestra el fulgor
del fuego inolvidable;
la raíz azul y su prosa de diamantes,
me ciñe una sonrisa nueva;
proporciona el enlace zodiacal
con el que viajo,
consciente de compatibilizar con tus latidos…

Te hago notar que vivo
ambicionándote;
erigiendo el enclave donde el encuentro
diga el gemido subterráneo
de comparar que todo es distinto,
al estar juntos…

Se encabrita la luz,
cuando llegas a ese punto,
donde vuelve a anochecer
y sostiene mi pecho tu aullido
mientras, anhelante,
entre tus dedos y tus ojos
el camino de mis jardines ocultos,
halla tu curiosidad,
en auge…

Cataclísmico

Intoxicada
de tu lengua narcótica;
de la noche en que la psicodelia me avienta,
sin remedio, a tus estancias,
confieso
que me pasas y destruyes;
alteras toda mi geometría,
mientras cambiantes sensaciones,
convencen al aire de lo inesquivable
de tu silencio…

Me enfrento a ti;
me pierdo en ti;
en la locura de alucinarte;
tu ausencia me muestra
errática del instante
y conservo la luz entre los dedos
y la sombra me esconde de tus ojos,
porque, dentro de ellos,
grita mi alma
y engarza su yugo…

Expulsas un fuego demencial
y me rindo,
ante la percepción del roce
en el mudo escenario de la sensatez…

Con la porfía de sostener la perfección;
verte marchar al ritmo del incendio
que ocasiona mi sentir
sísmico y humeante,
me hago ración de tu hambre,
hasta que el destrozo tire de mí…

Cualidad del Deseo

Tras el soplido trepidante,
te pido y te me cumples,
infalible;
me dejas tu regusto en la lengua
que llega, como un nuevo bochorno
en su era de carne…

Vas haciendo que se desnuden,
desesperadamente,
las maneras con las que sublimas
el tacto de mis curvas,
como prueba fehaciente
de que la luz de estocada
y su peligro disperso,
es la narración de los átomos
en su carrera espacial a tu sonrisa,
porque sostienes, constante, entre tus labios
la enorme cuadratura de la noche;
la expectación,
el deslumbre
y su consecuencia…

El fulgor flotante en el reflejo
que expone tu saliva,
dragón de agua,
riega el cortejo que, con locura,
no va fallar en mi contra;
permisión de perdurarte,
poderoso,
en tus alturas…

Extremada

Amparas mi plenitud,
cuando te veo venir,
despacio
y siento abrirse el mundo,
mientras desentierras mis tesoros extraviados,
desde los huesos del alma…

Me fijas a tu garganta;
me cuelgas, a la luz del silencio,
el eco de todos los amantes
y me vuelvo
cremosa apetencia;
delicia, derramándose al borde de tus labios
con el toque travieso que acumulo
desde escenarios remotos…

Derramados el uno en el otro,
abrasamos la extinción del horizonte instintivo;
tu huella radiante,
esculpiéndose en mi roce,
me enseña que no existe más vida
que viviéndola contigo…

 

Mátame II

Ante la provocadora persecución de tu luz,
las persianas vislumbran el futuro
al ver las sombras adelgazándose;
librándose, la huida
de esta realidad,
de este mundo,
de ti y de mí…

Porque me quitas la venda,
la máscara,
esta coraza de piel,
cuya intimidad va cediendo
frente a tus mareas cerebrales
y me deja, por fin,
ver la señal
que me guía en el territorio cuántico
por el que fluyes…

Arrójame contra tus labios;
dilúyeme en ese lecho de algodones de plata
donde el tiempo se escapa,
como una ola masiva,
exultante
y, al adorarse,
mercurio y venus;
recostados sobre la faz del silencio
tuyo y mío,
como testigos y amantes,
experimentemos
la fuerza desatada del infinito…

Voltaico

Me concentro en la maniobra
de requerir que me requieras;
suelto mi flama energética en tu lengua
y se levanta a mi alrededor
un copioso nivel de ti…

Rueda en espiral el relámpago
que va a convertir mi palabra
en una manera de arder,
elegida por la furia sensual
que sostiene esta demostración
de sintonía…

Me das más
y tiemblo al resaltar tu bombeo eléctrico,
minando la química
que me mueve entera
a tu lado…

Bajo la supervisión de tus labios,
disparas elementos que fulminan
todas mis cargas
y, perdida,
ante tan poderoso silencio,
la polaridad acrecienta,
como la intención
de descubrir el territorio,
donde el sol cambia de color tus ojos
y en ellos me potencio…

Evolución

La noche me sorprende soñándote;
mis ojos gotean estrellas,
como reflejos ininterrumpidos
de lo que me extraes
al ser aventada a tu abismo,
mientras te vales del silencio,
sobresaliente
y esa lírica mixtura
se vuelve magnitud
que tu lengua me unta…

Amnésica,
recorro la luz que me conjura
en tu aposento idílico;
sacudes mi instinto
y me desplazo por tu cuerpo
con un guiño labial,
arbitrario,
porque cada instante es un diluvio;
escalera de cristal,
enrollando la voz de unos violines traviesos
que colorean lo inédito de este sentir…

Me hunde tu nadir
y asciendo tu cénit
y, tan exitosa, te proclamo,
como mi emblema inclemente,
flameando, salvaje, en cada extremo…

Quizás es un fuego inverso
la literatura de tu nombre;
quizás la aguja de tu saliva,
señala las sombras caladas
que recorren mi aliento,
fibra púrpura hilándose
con la baba del deseo…

Proclive II

Se desprende del declive,
la bendita humedad de tu nombre;
sus emisiones incautan
mis lunares y mi boca,
el roce ensoñado de los labios…

Muy bella,
tan bella y tan mía
tu luz golosa,
va revolviéndose conmigo,
petrificando hasta el aire,
preciado clamor del silencio…

Estás en el parpadeo de mi palabra veloz;
en medio de la noche,
en que la desembocadura
doliente,
zurda y erizada
me deja tocarte;
darle fin a tu suplicio,
yacido en el hueco momentáneo
que rezonga sus estatutos;
la dulzura del pliegue
y su desmayo…

Terriblemente amada,
te hallo en mí;
en el sísmico rubor que desnudo,
al quererlo con el alma,
todas las veces que lo hago para ti…

Apetecido

Me ocurres
súbito, efectivo y residual
y adoro que así sea…

En tu mundo
suena mejor la gracia de amar y morir
y me aferro a tus ojos,
donde patina el escenario del silencio,
a la par
que el aullido ecuánime,
con su ensayo de luz,
compone entre mis dedos su caricia,
tan clara y dulce;
tan bella y dulce…

Al momento del traspaso,
dejo de existir;
me estoy dejando llevar;
atreviéndome a aceptar esta locura
por un afinado corpúsculo de ti;
llover
sobre los meandros persuasivos
con los que me golpeas y atraviesas,
como una estampida de mariposas;
del modo correcto
del modo en que la distracción
se contrae en sí misma…

Se calla la sombra;
se mueve hasta el suelo
donde acaba, entre tus labios,
el desnudo instante de la fantasía…

Riego Sinusal

Bajo la reluciente partitura de tu cuerpo
que me empuja
contra la serenidad,
me nace la flor de la vida,
quedándome la tentativa de un vals
que cincela mis formas,
como un ritual reflejo…

Traigo el fin desde el principio;
la inminencia arrebatada,
pulsando lo que siento,
porque amo cada pedazo tuyo;
ese zafiro en tu mirada,
revela, al mundo,
los signos que me trastornan…

Atadas a la sinfonía del silencio,
se sacuden las mareas escarlata,
reverenciándose,
sin extinguir su llama;
con la inmanencia entre los dedos,
brecha que nos ampara la existencia…

Al cerrar los ojos,
un coro de cometas atraviesa la conquista
del tierno rincón de la mente
que quiere más,
como los labios de la utopía;
la misión imponente de la noche
y la lejanía
o el alma y su visiones de lo eterno…

Es tiempo lunar para mi lengua;
aguijón de luz,
dirigida a tu respiro;
estrella alba mi tormento, tú,
encarando esta fusión de latidos…

Doble Fluidez

Las lecturas compartidas se refractan,
entre rojos y azules;
derriten las sustancias
para que, encubierta,
la gama violeta,
encienda la estela de tus dedos,
señalándome tus cumbres doradas…

Transijo inserciones
y tiento el filo de tu alma,
admirada de su doble residencia;
el fallo desprevenido donde las auras se tocan;
se tuercen,
gráciles, se capturan…

Frente a mí se hace notorio tu empalme
que conjura el ritmo de lo impar,
como un acto de claridad recóndita;
la emoción de un pétalo
que, envuelto en carmines,
exhibe el desgaste de las sombras…

Facilitas el paso gracioso
que te desplaza con la itinerancia del viento;
te adecuas,
transfiguras;
me das lecciones para deslizarme,
quitándome la ropa de carne
y, de hecho,
al fijarme en tu flecha de plata;
atorada en medio de tu equilibrio,
atrevida,
armonizo el pulso radiante
e, intactas,
descubro las fuentes que guían
los giroscopios existenciales
con mensajes sonoros que sanan;
espejos de agua,
salpicando intensidades…

Resplandor Melódico

Insuflándome todo tu encanto,
avanzo,
a merced de tus ojos
que van plateando, al moverse,
los lugares cadenciosos
que mejoran su perspectiva…

Profundo en mi sensibilidad,
enhebras la tinta musical,
mientras zurzo un perfil de agrado…

Tu mirada entrando en mi lengua,
con sabio movimiento,
fluctuante de furia y vibras
sonoras,
ese rasgo tan electrizante;
el lado azul de las certezas,
me arrastra con su sed reveladora,
como la luz al final del día…

Ese magnetismo danzante,
me llena de una especie de vehemencia
con su curso y entusiasmo
de llegar donde nadie nunca podría…

Y no quebranta la persistencia
con la que te comes el aire
y me llenas el silencio
del licor de los enigmas…

Tómame

Deja que muerdan tu silencio,
las finísimas texturas de mi alma;
que me propague por dentro
y sientas
que, en ti, me estiro,
como secuencia exquisita…

Bebe de este filamento;
moja tu lengua
con esta carga de energía que fluye,
encendiéndolo todo;
saliéndose por tus ojos
como una palabra nueva…

Que veas
venir el agua de la noche,
a borbotones
y sepas que soy tu droga y veneno,
dulce estrago…

Estoy cierta
que al enseñarme, me has aprendido;
que soy la inminencia de un poema,
porque sigues la coreografía de mis labios,
reproduciéndose,
como una pista suicida…

Sé que me he vuelto tu limbo;
el paso, en su torsión esencial;
la vertiente de lo desconocido…

Lo confiesa el eco análogo
que reporta tu propio recoveco
al escribirlo;
la enseña que tira de tus hilos
y se alza en la brisa, natural,
luego de haberme ingerido…

 

Mímesis II

Adopto de tu silencio,
el agitado cascabel del sigilo;
su trazo camaleónico,
para que me oigas retratarte
así tal cual,
como erigir un monolito
en todos los templos de cristal,
cuyas sonoridades reprenden al cosmos
de manera sublime…

Me acercas tu singularidad felina
y ya no es opción alejarme;
no me rehúso a cubrirme
de tu perfume de oro;
de la curva asesina de tus manos
que cuartea los desatinos,
ocasionando un tsunami de envergadura existencial…

Aíslas, de mis labios, la sal;
atraes la flora de mi planeta
y me ameritas,
como el agua primordial,
quitándole la noción al tiempo,
deformación que conecta dimensiones
al petrificar sus estallidos…

Soy analogía del final,
como instructivo de tu poética piel;
este delirio de devorar tu magnetismo
es la ordenanza para poderte ser…

Ahora es Siempre

Me das la ocasión de edificar catedrales
que hagan retumbar los sonidos del cielo
en tu alma;
arrebatarle, a la luz, sus tonos crepusculares,
interpretando el mundo entero
con estas mieles de plata
y subrayar la forma en que lo conocemos…

Tengo la sensación de capturar lo mágico,
en proporción con el éxtasis
de sabernos
y embriagar el alma
con la líquida flor del silencio;
eficaz
poder probar que la pausa condenatoria
no es suficiente,
sino más bien la agonía;
la asfixia que me sonroja
y llena mis alforjas de ilusión…

Macero las onomatopeyas;
hago florecer sus capas sensibles
y destapo mi reacción en cadena,
hasta que los umbrales
nos divisen
y nos den la bienvenida
a esta dignísima pena…

Táctil

Recae sobre el arrebol, mi deseo ardiente
y no tengo miedo a verme
caer en tus labios;
acaecer al borde del caos;
en la composición que trae consigo
el sacrificio del alma…

Engendras el momentáneo final,
configurando un deslizamiento
que dispersa el éxtasis
en un solo click…

Proliferan
las impresiones
que me dejan probarte;
las exploraciones dactilares sobre ti,
manador de mi impulso,
inanición exquisita,
nutriendo la tinta con la que te mueves
dentro de mí
con textura ronroneante…

A través de la noche,
sanas la ilusión,
hundida en lo inmensurable
del clima metamórfico
y ferviente;
te vuelves desencadenante de todo,
mientras estoy ocurriéndote…

Consecuciones II

Me apresas;
a mano de tus cráteres submarinos,
sucumbo
y, dispuesta al ascenso,
conjunto mis tórridas pulsiones,
mostrándome
excitante,
avasalladora…

Promuevo dulces combinaciones
que me sostengan, sin palabras,
bajo la ola
que me enreda en tu rebeldía;
la sola idea desperdiciada
de gastar la vida,
me hace perder un instante
para ganar el siguiente,
contigo;
la inocencia, como abstracción suicida
impoluta y contradictoria,
va llenando mi espíritu a su antojo…

Noto tu polvo poético,
envolviéndome;
tus alas de tinta,
retocando una escénica composición de altura…

Puedo deducir los fulgores
que el lirismo de tu amabilidad potencia,
mientras desmontas las situaciones
que me apremian,
para que sea tu regusto alucinante,
aliciente
que seduzca mis niveles de proyección
y degustes mi corazón
antes de tenerme…

Orgasmos II

La luz que me aniquila,
se parece a tu silencio;
a la tortura del roce
que se repite el plato
en mi carne…

Y te adora el estrépito,
el rubor y la clavícula;
el acto primordial de alimentarse
reconoce tu mordedura;
el sigilo trepador de tu lengua
que no cesa de abrir el telón de espejos,
como un brote de espuma…

Asida a tu trampa;
al reparto de dedos y labios
separándose,
dando forma a la noche que te considera
puente invicto,
me apunto el precepto genuino,
atravesando, feroz, tu anatomía;
sagrada proporción
que, al derretirnos, nos queda…

Insurrecto

Con un golpe de luz y cristal
me acercas
el brillo esencial con el que miras
y que asegura el roce suficiente
de tu piel y la mía,
una y mil veces…

Da igual
si me muerde y devora tu atención;
que me recorran los demoledores instantes de tu sonrisa,
si corro por el aire,
colmada de emoción,
mientras se agrieta y se filtra
y, entreabierta,
me consiente una fantasía galopante…

Ningún otro instante sorprende
esta forma de tender a la síntesis;
todo lo que siento
es el cascabeleo del placer precoz;
contienda rabiosa que te sabe
vidente
incorregible;
intermediario del universo,
cuya respuesta cósmica
a este juramento,
te hace hundirte conmigo
más allá de la razón…

Orgasmos

Indiscutiblemente,
miras a través de mí;
tu voz me atrae y penetra
y aumenta la sabiduría,
como advertencia sutil
de algo que no comprendo,
pero sospecho en demasía…

Ribetes de luminosidad
van derribando el bloque
que mantiene reservado mis secretos,
para poderme abrir
en los jardines de tu lengua,
casi mágicos,
casi místicos…

Por ti, se desatan las palabras
sobre el zanjado rincón
que atesora tu silencio…

Soldarme a tus aguas es vivir,
olvidando lo desfigurado del terreno,
donde pasan las huellas sus caminatas,
proyección de estallido…

Salgo de mi coraza;
hallan tus ondas resbaladizas,
mi desnudez
y consigo el broche de oro,
cuando le hablo al deseo
y caigo rendida en la concepción de una ausencia
para habitar la locura del prisma
y encender la linterna de un oráculo…

Más allá, el retorno;
el cronometro, atisbando la misma utopía;
rasgando el instante
para clavarse esa medida versicolor
que solo dura un sueño,
su expectativa…

Oro Fundido

Existe en tu voz, un punto cósmico,
forjado a fuego;
farol y esquirla;
un episodio que presencio
con su intensa crepitación
y que se divulga,
sin prisa,
como un lugar en mi propio corazón…

Se rebela contra el vacío;
es rio perpetuo de maravillas;
esencia;
fulminante reflejo
que tatúa mis orillas…

Rodearme de ti,
hasta derretir mis más hondas comuniones,
es rendirme al crisol infinito;
crecer, en silencio,
ante el estímulo de tu expresión…

Encantada de fluir, entre suspiros
hasta morir por tu atraco;
hago tuyos éstos, mis labios sedientos;
mojados de amor…

Baúl de Preferencias

Dile a tu toque de tela silenciosa
que descifro su delicadeza;
la seda de tu mirada,
como melosa distorsión
que me regala una señal de escape,
sumamente agradable…

Luego de que me das a probar tu abrazo,
revierte la sombra su vaho imperante;
lo que extraes de mi carne,
vuelve a sostenerme
y trago la luz,
en total distensión,
inmolándome…

A partir de tu lengua,
se intensifica el contrapeso emocional
con el que se empapan los secretos
al contarse,
mutuamente
y se hace corte incipiente,
en mi profundidad,
tu exquisito arte…

Sin Titubeos

El sabroso toque de tu deseo,
me asegura las cúspides plateadas del cosmos
y remonto la otra dimensión,
mientras desclasificas el más puro color
de las entrañas estelares
al encumbrar en tu lengua
lo más alto…

Y no te detienes;
incorporas, sin reparo,
el estímulo,
calificando en el área de la noche
que nos trae mecidos por su aire brillante;
al repartir
ese azul impecable,
como una gota de placer…

Haces que se vuelvan locas las palabras
y un enjambre de suspiros
me hormiguee en el cuello…

En el éxodo de las vibras,
a lo largo de la piel,
te adjudicas mis efluvios
y, al ponerme a delirar,
con un fallo conductual,
me desclavas del suelo…

Me asomo al vaivén
con el que el silencio va demostrándote
que la luz se acumula,
como salto de diamantes;
que mudan los días sus flores
y las noches sus desvelos;
elegancias que anclan al estallido
el suspiro que clama ser tu dueño…

Paradoja

La incineración de lo provisorio
sacude toda certeza,
cuando nos arrasa esta suculencia,
al arder,
en una danza de mortajas
que hace brotar de la piel,
la esencia drástica…

El pájaro del cosmos se muestra brillante,
para que las palabras
se acomoden
y, esa luz de cristal
que introduce la llave
en los portales de mi lengua,
accione su esplendor…

Me asumes con suma importancia,
aterciopelando la renuencia de la razón
absurda,
descontrolada;
cansancio que consuela su propio fin…

Al estar tan fuera de mí
y tan dentro tuyo,
dejas que fluya,
imprevisible, la apoteosis
en gerundio;
hiperlapso, dejando pasar
la inexistencia del tiempo;
creando un espacio
cruzado
para lanzar tus dardos a mi centro…

Aislarme en los terrenos de impacto;
todo cuanto destrucción
para tirar de un próximo episodio,
como reivindicación…

Irreverencia II

Pones en mi lengua
la paleidolia de la lluvia,
irrumpiendo el escenario mental,
como un ritual que satura los sentidos
y te descubre,
derramándote en mí,
como un líquido sueño…

Furtiva y noctámbula,
me baño de vida, contigo,
mientras la mano abierta del universo
y su insondable alcance,
disloca las sombras
y se nos resbalan, al roce,
los cuerpos en trance,
embelesados, frente a frente,
unidos, luego, en un punto ciego,
sin resignarse a la caída…

Un culto de luz y agua,
atrapando la sublime devoción de verme ungida;
envenenada de la virtud de tus dedos
que, como nidos de fuego,
me contienen derretida…

Contagio

En una fracción de ensueño,
me dejas
un festejo luminiscente,
fulminante;
el desastre del equilibrio…

Son tan fuertes y vastas las ganas
de contraerte
que prima en mi imaginación
la sospecha del síntoma…

Sin señal alguna,
le doy caza a la fortuna de tu voz;
distraigo su evasiva,
mientras vibra mi pluma oscura
en doble vuelo…

La medianoche se engalana
en medio de un diseño molecular
que nos revela
especies que escapan
hacia el silencio,
territorio que nos conecta por completo…

Me atrevo, contigo,
a navegar un mar de estrellas;
te hago objeto de mi porfía;
un flameo de intenciones
que ocurre en mi lengua,
cuando acaricio todo
lo que me sueño de ti…

Esta exaltación,
me hace sentir indefensa,
ante un asidero de poesía,
que me aventura al asombro;
las secuelas de una insanía crónica,
cuyo remolino de tonos incesantes
me deja sin cura alguna…

En Fase

Me sugieres el amplio repertorio de la noche
que retumba en mi piel
con su risco sonoro y su papel de luz…

La canción se me antoja rotativa,
creciente
y me das la bienvenida a tus dominios;
el metálico candor
viene encontrándose con mi agrado;
tu aguzado acento,
interviene cada ámbito,
hasta la lucidez de mi sueño;
orgánica manivela
que esparce firmes espectáculos de colores
y, ergonométrica, me acomoda
sobre un presente,
lleno de ti…

La magia que nos arrima,
pulsa la vuelta al escribir,
surcando un clima de cometas
improvisados…

Absuelta,
se mueve mi alma en tu silencio,
como un pez distraído;
como el asombro en los ojos de un niño;
colmado de fértiles remisiones…

En un esfuerzo
por transformar lo evidente
y propinar un abuso de estupefacciones,
me vuelvo perspicaz,
porque aunque superas lo inconcebible,
mis antenas no acaban de ponderar
este deleite,
dejándose saturar…

Represalia

Traes
ese rasgo en ascuas;
ese urgente propósito
con el que tu pretensión me augura,
como presa;
la provocación que, entre tus dedos,
comete el acierto de irradiarme lo que eres…

Al irme tras tus ojos,
obtienes todo lo que quieres;
es tan letal su asalto;
cada mirada un beso,
un verso,
probando optimizar tus secretas estrategias,
consiguiéndolo de plano…

Tan magnético tu reflejo
que la atracción no se resiste;
es una especie de hipnosis
que agrieta mi psique
y pierdo el rumbo en la travesía de tu verbo…

Inevitable corresponder;
dejarme vencer por esta reacción sublime
cuando vienes y me oprimes,
sin ninguna otra razón
que ver perdido, mi aliento,
en tu respiración…

Escabrosa

Tiene tu voz una inflexión escalofriante
que va trepándome;
atrapándome con fuerza;
es el clamor del deseo fundado,
absteniéndose de lo corriente,
mientras me estoy tomando en serio
la opción de perderme
en tu tormenta;
nutrirme de la escandalosa ventisca
que estremece lugar y tiempo…

Me haces catadora de tus espasmos
y el tono que lubrica la luz consciente,
contribuye,
arrebatándole caricias al silencio
y, mi amor fundido a tu pecho,
brota en esplendor,
como rasgo natural;
cómplices del agua en su movimiento inexacto,
espontáneo,
mineral…

Todo cobra sentido cuando me miras;
no necesito camuflar los estallidos
para mantener tu influencia prendida
e irradiar, en conjunto,
un caleidoscopio de esencias…

Libar de tu lengua el gustoso tormento
de la que estoy deseosa
y ser tu perversa regalía,
me hace comprender la empatía,
sin supresiones
y aprisionar en la zona secreta
el acto engendrado,
visceral
que nos muestra en sintonía…

Tiro de Gracia

Me sumerjo, cada tanto,
y marco cada roce
con mi piel absorta…

Te veo,
evacuando metáforas;
elastizando los planos que me tocan
con una hilera de gestos dóciles…

Accionas el circuito
que me permite
reaccionar al golpeteo inquieto del gozo;
derretirme entre tus dedos
que conocen las faenas del equinoccio
desde el silvestre escenario
que me condena…

Salina, tu lengua,
escribe el diario de nubes
que me corona con tus ajuares
y regada de tus rayos,
claramente poco comunes,
en coma;
agasajada por tus coléricas luciérnagas,
mi voz se describe incendiándose,
produciendo una oleada de graciosas centellas
y tu boca en mi boca,
nombrándome…

Altísona

Mueves tu lengua, para mí,
con un tono imprevisible,
magnético;
la sustancia del ímpetu,
emitida por tu alma,
me abunda
e irradia su empeño de sublimar
cada instante
al añadirme, su parte más profunda,
por todo el cuerpo…

Tomas las palabras de mi boca
para trenzarme a versos
y darme un sonido elevado al sol;
tan alto
que el aturdimiento,
resuelve una ecuación tricolor,
provocando el hallazgo
de lo más íntimo…

Te detienes en mi navegación
y me deletreas los planos astronómicos
con el significado del infinito;
picadura que percibo,
como raíz naciente;
creciendo,
cual recta corrompida
sobre los peldaños inertes;
la oportunidad de
satisfacer la imprudencia;
compartir los labios de un secreto,
impulsando el canto azul
en cada brecha que nos mantenga la distancia
sin siquiera dudarlo
ni censurarme,
hasta la notable y temeraria acción
de entregarnos…

Persuaciones Metódicas

Consternada
me desperdigo por el aire
y tú me absorbes;
resueno en tu lengua,
cuando me dices encuentro
y caigo herida
y el borde se hace huella…

Vivo contigo,
pensándote, no lo niego;
me seduce la astucia de tu mente,
mientras su artesanía
se vuelve joya sin precedentes
y siento más por ti que por cualquiera…

Traigo la obstinación felina,
llena de intenciones,
alzándose por tus piernas;
capaz de someter toda cordura
para colmarte de mi presencia…

Tiemblas,
mientras araño tu silencio
y montas en algarabía,
cuando gateo y doy vuelta el cuenco
desde donde mana tu sonrisa…

Te confecciono un rompeolas
para que te dejes estrellar, imparable
y que sean los múltiples destellos
sinfonía del universo;
faro sonoro que te desconcierte,
haciendo que naufragues en mi pecho…

Has debido pernoctar a la intemperie de lo incierto,
porque un bloqueo dormido
nos cede la pausa,
allanando los estados misteriosos
que no sabíamos que estaban…

Transferencias

Me arrincona lo efusivo
que me habla de ti
y, al cabo del silencio,
truena el proyectil de tu llamado,
de acuerdo conmigo;
contenida en tus aguas,
aseguras
la extensión de tus dedos
frenéticos,
ahogados de un desvelo
que nos cuenta los labios,
cuando me hablas,
sin parámetros
y te siento,
palpando mi claridad sensitiva…

Lejos de huir,
me muestro, en demasía,
acelerada,
como un tramo de premoniciones,
subida al carrusel transitivo…

Soy en tu devenir un beso,
me lo permito;
tus noches conmigo
son un fuego terminante;
la deconstrucción del momento
para ser del asombro
un nuevo desafío,
nacido para anclarse a la luz natural,
que lo enciende todo;
traspasando los secretos,
como un instante de reciprocidad…

Circular

La exótica anatomía de tu gesto
repiquetea mis sentidos;
suelta en mi pecho
un bombeo de azúcar;
un filón de estrella,
desafiando la estabilidad
que me suplica
dejarme llevar por tus fines…

El sílice que brota de tus ojos
me acerca lo eterno
y me decanto por las fosforescencias
que van a izar la luz por esta esfera de cristal,
perforando el monotono…

La excelsa amalgama de las zonas lisérgicas
conquista mis poros
y nazco del arcoíris rodante
que despliegas en tu enfoque;
despiertan los arcos de la noche
y el sudor del cielo;
ese recodo que descubre el avance en círculo
de lo nuestro,
escarba las brisas concordes;
la estirpe nuclear
que termino saboreando
para inmortalizar cada instante
y hacerte encender,
atajando esta suerte de engarce…

Un cúmulo de burbujas
se disuelve para mí,
ataviándome de las iridiscencias de tu alma,
mientras hierve tu embrujo;
me sumo a la provocación despiadada
y me subo por el vaho de tu pretil,
mientras el balcón se estremece
con mis palabras…