Por tu causa, amanece la noche;
su despertar en mi alma,
la desdibuja, amplificándose…
Recostada en la señal que dispones,
para mí,
con arcilla y diamantes
puedo contemplar
lo que dicen tus dedos,
un poema de perfumes delicados,
provocando un vendaval de energía…
Vivo colgando de un sueño;
de los resortes gaseosos
que concuerdan con el mar y su guión de osadía;
tu simple arremetida,
tan certera,
impacta mi lengua
en la escucha de mi interior
y catapulta toda definición de luz
al centro de mis ojos…
Descompones los tonos,
al pasar,
y descartar disimularlo,
como la suave inclinación
a naufragar en mi nombre…
Para poderme enlazar,
te me sales por la espalda
y me llueven alas multicolores;
la vanguardia me avanza con tus labios
que, permeables, acatan mi deseo…
Toda esta magia, no se crea sola;
viene de ti;
de las cúspides del arrebato,
que accionan el perfil
de un fascinante aleteo…
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