miércoles, 29 de junio de 2022

Excéntrico

Cada palabra tuya
vuela y exhala su residuo matizado,
a sabiendas que caduca;
se extiende en el frío escenario del viento
y, aunque se entienda,
su vínculo caligráfico se quiebra,
luego de amparar, el intervalo,
en mi lengua,
su corolario de fuego…

Arrogante,
en tu vigilia;
me orientas a tu corriente
y dejo
que se embellezca este maleficio,
laceando la mera inconstancia;
el exceso, al vicio,
porque eres tú,
delirio inconfesable,
dando vueltas por mi mente…

Pones de frente el deseo
y, de cabeza, mis sentidos,
como flores incendiarias, se abren…

La fiebre apasionada de la sangre,
zafiro en azul dorado,
me quema
y la imparable sensación
se vuelve presea;
reflejo de obstinada satisfacción…

Sigo ardiendo;
el rapto vertebrado por la amplitud de tu pecho,
es la advertencia redactándome;
avanzando niveles impensados,
mientras bailo bajo tu lluvia santa…

Empleas un hechizo
al mirarme,
macabro auspicio de letra y melodía
que, incorregible, me desarma…

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