domingo, 19 de junio de 2022

Evolución

La noche me sorprende soñándote;
mis ojos gotean estrellas,
como reflejos ininterrumpidos
de lo que me extraes
al ser aventada a tu abismo,
mientras te vales del silencio,
sobresaliente
y esa lírica mixtura
se vuelve magnitud
que tu lengua me unta…

Amnésica,
recorro la luz que me conjura
en tu aposento idílico;
sacudes mi instinto
y me desplazo por tu cuerpo
con un guiño labial,
arbitrario,
porque cada instante es un diluvio;
escalera de cristal,
enrollando la voz de unos violines traviesos
que colorean lo inédito de este sentir…

Me hunde tu nadir
y asciendo tu cénit
y, tan exitosa, te proclamo,
como mi emblema inclemente,
flameando, salvaje, en cada extremo…

Quizás es un fuego inverso
la literatura de tu nombre;
quizás la aguja de tu saliva,
señala las sombras caladas
que recorren mi aliento,
fibra púrpura hilándose
con la baba del deseo…

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