Atrevimiento Astrolírico

Mordisqueas, con osadía,
el folio telemático
con el que te abro el pecho,
devolviéndole su embriaguez;
te hago contemplar
el sagrado don de mi lengua,
moviéndose
a través
de tu propia combustión temible;
en el trato que exige donarte todo,
como manjar energético…

Y concurro, de pavorosa manera,
al instante
que hilvana lo adorable del diálogo poético,
hasta dejar caer la elegancia,
queriéndose acaparar mi saliva,
lloviendo frenesí
en la semblanza de torcer la línea
y hundir la intromisión
hasta el fondo…

Viendo cómo la exigencia
va cargándose la profecía,
acabada de nacer de tu tragedia,
me palpo en tu cuerpo
con el fervor de la súplica
que se derrite ante tu presencia…

Te empapo del germen de mis manos
heridas
de soterrar el deseo;
de abandonarme a la petición del sonrojo
que me hace saber de tu antojo
por mi lirismo…

Abrigadora de tu alma,
atada al conjuro pentatónico
de tu caprichos,
te sucedo a la orden de la noche,
mientras mi miel lunar se come tu apetito…

Extrapolación

Te ofrezco mi pulso acelerado,
obstinada
en acortar la distancia;
abalanzarme
con un malabar neuronal
para rimar y consonar con tu alma…

Pionero en indagarme,
te doy de mí;
te empalago;
hago click en lo propicio
y una cita universal nos reúne,
de manera expedita,
como un prodigio
que escarba mis aguas
para esculpirme en tu cuerpo,
diseminándome,
hasta fluir en tu corriente excesiva…

Y te quedas con mi voz,
lamiendo lo que constata ser
simiente febril,
que puede verme
terriblemente enganchada
a tu ración narcótica;
desesperadamente enamorada;
de insoportable forma,
arraigada a ti…

Desnudez Armónica

Con la torpeza quitada de bulla
y el estilo revoltoso que te desborda,
entregándose,
como recomendación involuntaria,
tan casual,
dejo que me beses,
con todas tus ganas,
hasta que mi fuego
de estar segura
de que mantienes la eficacia,
haga explotar tu pirotecnia…

Son tus esquemas excéntricos
los que me dan razón
para quedarme atenta a lo próximo…

Desde que supe que eres
el agua que esculpe
el dolor de mi empeñado corazón;
el flagelo de mi lengua,
presa de tu asedio,
cuya calma me subleva,
desembocando en esta constatación
de que tu nombre es mi camino,
símbolo poderoso
que se muestra permeando mis paisajes;
que gesticulas la búsqueda de tu linaje
en la propia exquisitez
que se comparte
entre los dos,
floto en el acantilado cósmico,
calcinando lo que solía ser mi rutina;
pastando la sensación
de tu mágica porfía…

Primor Salvaje

Te muerdo con un verso,
nada más ni nada menos;
tengo a bien,
hacerte saborear la retórica intensa
que se instala,
sangrante, en mi silencio,
cada vez que apareces,
porque la obstinada fragancia
que despide tu aire de lecturas,
se excede
y me extasía,
hasta la extenuación…

Sueltas teoremas robustos
acerca de la intención
de esa partícula que desata
la exaltación del alma;
sueltas amarras;
perforas la mísera palabra, en desarrollo,
y muero por tu luz taciturna,
navegándome los ojos…

No me distraigo al componer
el gesto melódico para latir, juntos,
dejándome invadir,
completa,
codeándome con tu lengua y su pulso
para fastidiar la postura neutral
y abogar por lo nuestro…

Es innegable que,
distribuida en tu tacto, me comprendo,
viajando con los planetas alrededor;
flotando entre las tendencias líricas
que proponen condecorarte…

Nos mueve la noche,
desvariando,
como si peligrase el hallazgo de las líneas
que hacen juego con tus dedos indómitos,
sin despegarse el itinerario
para despegar hacia aquello
que nos hace desprender de todo…

Encuadres Energéticos

Conozco la pose
que engarza el cielo en tu lengua,
proclama
con la que me cubres de su atadura,
logrando hacerme soñar lo que sueñas…

Ocupas mi espacio
y, el roce adecuado,
se torna de piel
y te creo
y te pienso,
risueña…

Puedo acceder a tu magia;
permites que resplandezca
cuando me arrastras,
contigo,
a otras tierras,
liberando el gemido de mi alma…

Engrana, mi luz, tu sonido
y transmitimos en una frecuencia única
divina,
vibración del encuentro
de todas las dimensiones;
del choque de las versiones
que nos consolidan,
a cada instante,
en una sola historia…

Te bebes mi movimiento,
lo vistes y desnudas;
licúas mi éxtasis
y saboreo el más alto estándar
de lo que reza tu boca,
para siempre…

Roce Sustancial

Depositada en tu encandilamiento,
después de domar el oleaje
de un silencio en llamas,
beso los trazos que enceguecen
la perspectiva,
aludida por tu desentierro
de mi fulgor suspensivo,
despampanante,
desconocido para tu lengua…

Me pides
encadenarte a la torsión
con la que me revuelco en tus ojos;
dejar venir cada vuelta,
llena de sol,
como un galope asombroso
de lo que siento…

Escarbo el plasma evanescente
en la gestación de la locura,
atrapada por tu absoluto,
productiva,
mientras persistes
en los gajes de un oficio mutuo,
celebrando el suelo
entelado,
perimétrico
que transige con la halagadora premisa
de derramarnos juntos
en el rizo del cristal obnubilado;
el punto mágico,
insumiso
que sabe cómo soltar el vuelo del samurái
en su muerte virtuosa…

Me sabes tu coincidencia
y me abro de alma,
absolutamente alevosa,
vislumbrando los bosques eólicos
en un escenario de fantasía,
explosivo,
que sólo vela por tu boca…

Cadencias Despiadadas

Atrapada en tu boca
que me dota la estética
de un dulzor sanguinario;
flechada por tu lengua
que ondea sus sabores
en el corazón de lo que siento…

Me siembro
en tu orilla milagrosa;
en la huella de las aguas
indomables
que florecen a tu paso,
como espuma,
repartiéndose mis botones…

Y te cubro del soplo
de mis cristales análogos,
cuyas revoluciones en flúor,
hacen desaparecer
lo insonoro…

Tu piel, abrazando la música,
me vuelve música
al crear, de la nada,
un vuelco extraordinario,
directo al tímpano de mi pluma…

Provocas a mi poesía ardiente
y estamos chocándonos,
frecuentemente,
para ser
el recorrido que atrapa
el vuelo del pájaro,
avistando su nido;
el trino de mi piel
en medio de tus labios…

Albores del Alma

Lo infalible de tu lengua,
se entierra en el aire que la posee,
como la consecuencia
de mantenerse
en un clima de luminosidad
que, sin dar pie atrás,
ni darse cuenta,
va goteando
su voz de ensueño;
que, de su pluma de diamantes
y, entre tus colores,
va haciendo girar un enjambre de palabras
que perfora el espacio y el tiempo…

Y me abundas
con la advertencia crecida,
enviándome, a través de tu deriva
al tugurio donde me abandono
a la dulce tentación de sentirme tuya…

Me miras brillar
entre ribetes de agrado,
cuando aprendo
de tu fonética magnética;
del paso que generas al darte
lo mío;
lo que disfruto,
cuando me tocan tus mensajes
y digitas tu encanto en mi piel
al extremo contrario…

Mi alma se tinta
de tu efluvio iridiscente,
como el último relámpago antes de caer,
haciendo vibrar el silencio;
contemplando el cielo brillar,
contándome de tus refranes
con ese intenso filamento
que se electrifica para punzar la raíz de la melodía,
cuyas variaciones alucinantes
son fracción de fases en juego,
como silbos que ilusionan
la llama asida por tus celestiales misterios…

Humo Místico

Los ángeles comulgan de tu lengua;
las formas que seleccionas
canalizan sus poderes
y se camuflan
en mis cuerpos reverberantes
que hierven,
como sales poéticas
ante el influjo de tus cristales de opio…

Te das el lujo de mirarme
y dejarte sembrar en mis coordenadas,
entregándoles el punto exacto
que me empuja al límite de todo;
de elevarme,
hasta encandilar la sensatez
y llenar de gracia mi boca…

Me encanta
alcanzar la cúspide de tu flama acuosa
con la que pules el silencio;
la piel que despedaza mis miedos,
persiguiendo la sombra de mis astros
con su rastro de luz,
fibra láctea
que me deja ver
un país dibujándose
sobre los planos de la lozanía
y una flor curvilínea,
arrasando con toda manifestación de belleza…

Traen tus palabras,
la quietud de un fuego flotante,
energizando mi esencia,
como un elixir sin fin
que sana la parte
que procuras a herir,
cuando haces realidad lo que sueñas,
incansable,
para ti y para mí…

Procesal II

La liana donde mezo mi fortuna,
pendula repleta de lo que siento
y, aún a riesgo de exceder la carga,
no escatimo en sumar suspiros,
porque llevo claro el propósito
de socorrer el alma
y no abstenerla de tu verbo bandido…

No me importa correr
de un lado para otro, incidental,
con tal
de sostener el rasgo ardiente
que te domina;
de chapotear sobre tu magia;
de mojarme y zarandear mis propios matices,
arrollados por tu cercanía,
junto con comprender,
a las malas,
mi derechos,
cuando, a tu aire, consigues
que tu esencia conciliadora,
como la noche,
rija toda forma
de transigir con lo imperturbable…

Sabes cómo descifrar quién eres,
cuando te escribo,
sin decir tu nombre;
que te tomes del silencio
que te consagra
sustantivo de mi cualidad,
clave de luz que te anilla,
para siempre, a mi planeta versal…

Secuencias Elásticas

Impuesto el desarme
y tras ser tocada
por la absorción que trae la luz,
girando a tu costado;
por la melodía emergida
de la hechura de tu cuello
que exhala el goteo suicida del sol,
lleno la pausa
entre vértigo y espasmo…

Dos factores,
propiciando el unísono,
al alero de una resolución
que excita cada partícula…

Y todo es
suspenso;
proteína para mi alma,
mientras diviso las palabras,
saliendo disparadas a través del vidrio,
periódicamente…

Me deshago en tu lengua de plata
y, en medio de esa sensación diferente,
en coma de regio exotismo,
te robo el gusto
y le dono el ph de lo profano
para hacerte flotar el rio lácteo
de mi perspectiva
al discurrir la ilusión espacial
con la que afronto su pedrería,
cuando la enmarco y pernocto
en el llanto azul de la noche
y su breviario…

Mutuales

Tu lengua,
plagada de la naturaleza del alma,
cuya flexión agrada al universo;
cobijo estrambótico
de lo que siento por ti,
reclama de mi parte
más hostil,
indeclinable,
su derecho a réplica…

Me miras y el resto surge solo;
atentas contra el aire,
ondulando su movimiento
que me habla del prodigio de tu tacto
y soy fan del sabor
que tu agudeza sincroniza
con mi paladar refinado
al decidirme por permanecer
a tu lado,
mirándote,
como un deber caer
en la cara opuesta de tus ojos…

Escribes en mi piel
el mágico tono
de la canción del silencio
y me tomas con un loop
que sabe plegar el tiempo
para indicarme
donde coloco la luz…

Me tienes
contenta,
bañada en extravagancias;
suspendida en el añil
que invade mi caminar ,
hija del karma;
enredada en ti…

Súbito III

Capaz de sostener lo inesperado,
puedo
moverme dentro de tu boca;
acceder al lado oscuro
de tus ojos,
ahogando cada detalle
que notas en íntima sintonía con tu mente…

Me consientes,
al calor del ropaje convulso
que desnuda la psicopatía
que te autoriza
para transitar mis portales cósmicos…

Y palpito con la intensidad desbordada,
como fuego, levitando,
hasta que el látigo electrizante,
me sitúa en la tempestad
con la que te la pasas,
acorralando mi lengua…

Las soluciones y respuestas
dejan de darse
para sustraer, de las palabras,
el desplante de tu personalidad…

Me tienes,
nadando la niebla audaz
que soplas sobre mi rostro,
en sí, una aventura
demasiado inexplicable,
con la que ansías maravillar
a mi instinto explorador,
desde que sacaste la foto
a la explosión en mi pecho
que me convierte,
a la velocidad de la energía,
en tu propósito mayor…

Osadías Indelebles

Te anticipo la colisión
con mi caricia invisible;
te preparo
al paro de los sentidos;
a la rotura del dique,
antes de que ruede la sensatez
y pierda, repentinamente,
su razón de ser, la palabra,
porque suelto
y luego encesto
un alboroto en tu alma;
un tipo de trance express
que recorre tu espina dorsal…

Soy
la piedra que azula la marcha
de tu esencia fluvial;
regalía sin regateo;
siempre adictiva,
para tu boca…

Te engatusan mis ronroneos
y tu luz felina
que disciplina la lógica,
me toma,
lloviéndome, en la lengua,
su efluvio…

Maúllo frente a tus ojos,
gateo la noble postura
con la que me adula
tu riego humano…

Y, a pasos de confrontar tus texturas,
extraigo onomatopeyas
que me declaran perdida
en tu verbo aprehensivo,
alusivo,
que me eleva hacia la nube
que captura el ámbito que aspiras…

Modular

Te articulas en el espacio
que adopto, encantada,
dejándome llevar por el arqueo
que me acerca, tan pronto,
a lo confortable que te impera,
tornasolando mis aguas;
coreografiando el engranaje
de tu silencio…

Eres efervescencia,
atando cauces etéreos,
mientras me alude la liquida claridad
de las sensaciones más intensas…

De cabeza los relojes
se olvidan de su paso
y, en reversa,
despejan el instante
en que los extremos van devorándose,
simultáneos,
revelando la unanimidad de las almas,
que ven nacer el colibrí pomposo
que desborda el paisaje
con sus aleteos de plata…

Crepitaciones IV

El deseo cuelga de mi carne,
como el rocío lunar
sobre la calidez
de un silencio
que lame
su propio lago desnudo,
mirándose en tus ojos…

Extasiado,
grotesco,
el labio húmedo,
destilando tu recorrido
de virginal envoltura,
gemela,
va capturando lo instantáneo
para hacerlo inmortal
sin resistir a volverlo un vicio…

Danzarina se vuelve tu lengua
en los mares de mi oscuridad,
dosis astral,
restauradora de mi porfía,
haciendo temblar mi derretimiento
con radiante densidad,
enseñándome la ventaja de
saborear la oportunidad de tu literatura…

Vas hiriendo mi poesía
con tu acero fugaz,
atenazante y rumoroso
que conoce las lunas de mi piel
y, como ventosa de papel,
va aferrándose a mi lírico antojo…

Embrujo

Cuando el sueño se desencadena,
la concatenación intempestiva
va hallando su secuencia
hasta encarnarla;
así tus aguas cantarinas
se derraman en mi piel
y no hay poder que se resista
al dulce estruendo
que me abre al talento de tu impacto carnal…

Desnudo el ímpetu,
percibida, como un secreto
por el rapto nocturno que diriges a mis labios…

Tu lengua se brinda
precipitada,
repetidamente
repetidas veces
colocándome en el rincón
que pone, a reflexionar, al silencio,
mientras
me envuelven tus ojos
en el fuego de su enredadera pasional…

A decir verdad,
me hago de ti
a contar de este lugar
en el que converge
la dulzura infinita del sentimiento
que compartimos…

A juzgar
por su margen de acierto;
del escollo que provoca
este existencial torrente,
se reproducen incansables las fricciones,
derramando pureza
y me posee este rigor magnético,
al rojo vivo;
tortura de la ecuanimidad
de dejarse caer en tu cuerpo de diamante,
el merecimiento de la noche y su poderío…

Lengua Maestra

Me estás leyendo demasiado,
se están amoldando mis palabras
al compás del aroma púrpura de tu sonido;
mis poemas,
ya brotan de tus aguas,
como flor encantada
y escucho,
en lo alto,
cómo se balancean los crujidos
que guarda tu silencio
por lo mucho que me piensas,
como la danza del bambú
inconsolable
bajo la acechanza del viento…

El color numeral,
casi extinto,
se confiesa panal incendiado por tu lengua,
cuyas celdas van perdiendo una arista,
sin contar que,
sin aliento,
en su cambio de forma,
se deforma la luz extrema
que, en su caída,
descubre el piquete de tu nombre…

Vándalo de mi saliva,
estás exprimiendo mis alforjas
que conservan la escena lasciva de la noche,
con ese juego inventivo
que siempre logra alcanzar
la cima del incendio,
la ventana al infinito…

Hacia Nosotros

Los tejidos espaciales se abruman,
cuando hallamos,
mimetizados,
la salida de este mundo;
un vuelo directo al infinito,
liberando el vacío
en la diéresis del agua…

Aparece la suma de un lenguaje
que me pone a preguntar de magnitudes arcanas,
investigando velocidad y rumbo
en simetrías de cromatismo
que ayudan con los procesos que me instalan
al volante corporal
que delira por el tránsito a tu encuentro…

La transversalidad,
cuando voy donde tú estás
o vienes a mi lado,
atraviesa toda distancia y tiempo
y las singularidades, van
hilando, juntas, un sitio seguro;
electrizándose, una a otra;
quemando,
con la brisa vital que late dentro
y exhala su velo de dinamismo,
lo que nos separa,
cubriéndonos
con lo que se propaga
por la inmensidad magnética
que ilumina la realidad
de lo que somos al sentir lo mismo…

Llanura

Grabada en la quietud espléndida,
la noche
que entiende nuestro idioma,
va tragando esta lágrima sin edad,
jadeante de poesía…

La terquedad de ese beso
que late y gotea
y expulsa suspiros
a medida que, la vibración sagrada,
invoca la simultaneidad de la materia…

Salen pitando las formas
cuando penetro tu lengua vasta
que, de inmediato, se agarra al silencio,
eterno fugitivo de sí mismo;
derrochando luz,
reñido por el asedio trascendental
del que eres conocedor…

Sabes colocar la pieza exacta
que trastorna toda lógica
y, ante tal polución,
instalar los hilos coreantes del fuego
que azotan la oscuridad
hasta hacerla resplandecer…

Y lo haces conmigo,
encima de mi;
en la azotea del tiempo,
mientras la sangre tejida
con el mágico furor
que tamiza las almas,
va limpiando el ámbito concreto,
a medida que alejamos lo distante…

Y globalizo la conectividad entre los dos
con un giro fiero
que socorre las facetas esenciales,
puliéndolas
hasta ver aparecer el patrón
de un corazón de diamante…

Estrépito Brillante

Adviertes, talentoso,
apenas de la piel,
apenas del agua,
su vértigo y colapso;
dilucidas que el brillo que sacas de mi alma,
te alude con las prestaciones
que deambulan la envoltura
de tu insurgencia…

Y exploro el vicio de su roce,
cuando vengo con las ganas,
hormigueando
y el borde saborea la conmoción,
deseosa de reunirte
con mis pretensiones más osadas…

Serpiente,
crisálida,
mudando;
mutando en fracciones atómicas,
concluyo en tu corriente,
renovada;
relevo,
secuela,
empirismo…

Esa voz llena de tus ojos,
encharcada en tu proverbio divino,
rutila una genialidad
que rasga el tiempo,
craquelando el escombro;
que ve desfilar, presurosa,
tu lengua
de viento resplandeciente,
sentenciando, tan presente,
el presente conectivo
que nos convoca…

Deletreos Infinitos

Me pides irradiarte mi universo,
cuando te cruzas por mi alma…

Y yo te cuento
del resplandor del riachuelo;
de las largas caminatas
y los trenes pasajeros;

del mar de fondo
y su eterna resonancia,
contenida en la espiral que somos;

de la novedad
del entonces y el quizás
y su repetición en el tiempo;

del fuego suspendido y la lluvia;

de la noche oscura y su envés de aurora;
de la rosa y el trébol;
de la canción floreciente y estrepitosa de mi humanidad;
de los torrentes etéreos y la memoria…

Ya lo ves,
el olvido y sus patrañas selectivas,
me hacen compartir, contigo,
su repercusión,
motivando mi caminar inquieto
para que complete el círculo
y empezar, de nuevo,
con su propia creación…

Moradora de la Luz

Apoderándome del gusto
de sacudirse los colores, a la intemperie,
me fundo al toque neutrónico,
alarmante,
de tu lengua…

Y te sabes parte de mis sombras elásticas,
porque dibujas directrices
que legitiman,
altamente,
lo que destroza tu hambre de conquista,
cuando incremento,
por tu causa,
el poder irresistible de mi fuego
y pongo a deslizar, de nuevo,
mi noche entre tus manos
y surjo,
como verbo abrasador,
volcánico…

Recompones el entusiasmo
sin querer salirte de mis ojos;
vas inyectando energía,
diluviando en mi sangre,
cuando tu acento,
interminablemente,
se estrella en mi boca
y sigue moviéndose
al compás de mi silencio
que se toma de mi alma,
como fuente de girasoles,
desenrollando el instinto
en su peregrinar de arco…

Resueltos a enloquecer la ciudad digital
con los malabares asignados
a esta aventura en suspensión
que ignora el entredicho,
incorporamos el vértigo de todo indicio
para hacernos merecedores
de las arcas de la satisfacción…

Espejos Colgantes

Sonríes
al tacto de mi energía
y burbujea el silencio
en tus cuartos luminiscentes;
se llenan de poemas mis dedos
y sobrevuelo tus cristales
con la amenaza viva
de empañarlos
con ellos,
con interminable afán…

Qué le has hecho a mi alma
que sólo puede
dejarse admirar por la tuya;
saberse de ti,
en oleadas inefables,
sentir lo precioso de tu verbo,
cuando recibo su magia
sin traspapelar lo impronunciable...

El sol pende del otro extremo
y su catalogo de luz
aconseja, a mi piel,
sobreestimular su desnudez
con los filos axiales de tu lengua…

Me raya tu aguda visión;
cada nueva línea asesina
que supera la anterior
y, adicional,
te avientas en las preliminares
que nos hacen olvidar
el mundo que conocemos…

Te quedas
en el corazón de mi asombro
que me desafía a conquistar
lo que no se entiende,
para desaparecer,
sosteniendo la pausa universal
fructífera,
afanosa,
superada sólo por lo que te refiere…

Permeables

Qué imparable se torna
la internación a tu profundidad,
vagando todas las posibilidades
que marcan el curso
que esculpo,
para rodearme
de las formas anulares
de tu implicación;
epicentro del encuentro mío y tuyo,
nido de huracán que me va a arrastrar,
irresistiblemente,
al desastre…

A ratos,
obsesionada;
imbuida en la sintonía de las ondas
que saben del poder de exposición,
al ser
revueltas con tu osadía
y devueltas, con más ganas;
otras veces,
delicada,
con la actitud de brisa,
haciéndole cosquillas a tu silencio
para que me mire resolver
el crucigrama de tu lengua…

Insisto en mostrarte
que tengo, entre manos,
tu interés más firme;
la ciencia de tu proyección,
en mi foco;
atravesarte la piel
y, en dialogo con tu aliento,
volverte loco de amor,
mientras el reverso del día
va repartiendo su noche,
a pesar del soborno
que dispone la equivocación
de no hallarnos compatibles…

Críptico

Me aturde
la luminosa señal de peligro
que añades al éxtasis
de tu arremetida;
el símbolo
que alude mi lengua,
volviéndose, adictivo, a mi intelecto…

El perfecto error
que me identifica,
cuando abato,
una a una, las palabras,
y te dejo atracar el rincón
donde muero ante tus ojos;
donde el desperfecto implantado
rocía el empellón,
susurrándome en la piel
hebras de cristal,
cuyo metálico aullido
va a salvar lo intenso y extenso
de su clima desafiante…

Y, recelosa,
me devoran las suspicacias
que me atan
al ancho sendero del cosmos
donde, sólo tú, sabes mostrarte…

Impropio

Un átomo en el aula del abismo,
me reparte por el tortuoso instante
que me atisba,
atravesando la oscuridad;
velando el sueño sangrante de las sombras
para acceder la forma empírica
que sabe mullir las disonancias
y poderte alcanzar…

Me inquieta dejar caer dentro de tus ojos
el mantra que me da a probar
sus mareas cambiantes,
pero, sin retrasarme,
tuerzo el revés,
extraída de tu gozo
y saboreo tu piel
que me reclama,
incluso,
desde antes…

Por un sendero ahogado de espinas,
un cuento de luz imposible,
amenaza, sin clemencia,
despojarme los atuendos de la carne;
engullir la resistencia
a lo que seduce todo mi ser…

Yace bajo mi alma el desierto;
la sed de purgar la ruina
con tu nombre inverosímil,
embrujándome;
con su caleidoscópico latido
y su séquito de estrellas,
desvariando por mi causa;
postrada ante tu invulnerable encanto,
con la lengua amarrada al conflicto
de no saberme si no es a tu lado…

Lapidario

Acudo a tu llamado,
me das espacio
y, tan sólo,
me distribuyo entre tus ondas imantadas,
mientras el cambio de rumbo,
a punta de alas,
descarta ardid alguno
para moverme a tu cosmos…

Descarado,
apuntalas tu yugo
en mi lengua
y el clan de hedonismo
se apunta mi palabra…

Tocas la piel luminosa
que comienzo a ejercer, letrada,
mientras presencio la tragedia
en el recorrido por tus labios…

La luz bañada de tus ojos,
de gusto paralelo,
me apabulla;
su tendencia a lastimarme,
con la dulzura más cruel,
inmortaliza mi expresión…

Lindar los extremos
que se ondulan a tu antojo
es
empaparme de esta osmosis eterna;
ver cancelar el vencimiento
que contrae toda sacudida
para verla,
expandida,
en todo su esplendor…

Nómada

La penumbra
va sucumbiendo a tu sonrisa,
esa potencia que me eleva a la máxima impresión
y que atrapa las conjeturas
de la otra vida,
del otro mundo,
de la otra dimensión…

Pones en marcha tu luz exploradora
sobre los paisajes de mi lengua
y su vuelo etéreo,
contagioso,
me pellizca y caigo en cuenta
que nos lo hacemos,
lento,
cada vez,
con un movimiento cósmico,
de continuo,
lamiendo el respiro del tiempo,
envenenándolo con el furor de cada palabra…

Me tienes soñando
la hospitalidad de tu piel,
desvistiendo, con sigilo, mis ganas;
esparciéndote, interminable,
entre mis labios,
cubriéndome de lujo y furia…

Coronada de la cuota extra
de tu ternura,
dejas de ser cualquiera
y alcanzas el siguiente nivel,
en exclusiva,
porque paso pensándote
y ya me vuela la cabeza
advertir tu silencio temerario,
repasando mis mensajes;
tu carácter de estrella,
derritiéndose en mi saliva…

Sueño Batiente

Del timbre de mis ojos;
de la luz de mi voz,
dejo salir el alma,
para darle forma
al giro del mundo;
al rostro de la felicidad
y que la sinopsis vencida
no calle mi intervención…

Sólo de tu tesitura verbal
y su temática
romántica,
indeleble,
concebida en los suburbios del silencio,
escondite itinerante
de tu extremo a extremo,
puedo extraer las claves inherentes
de lo inexplorado…

Me acerco, sin temor a, tu perímetro
y sondeamos
el vinculo irretratable;
la magia,
inyectándose en la oscuridad
de lo que somos…

Ese no saber lo próximo;
la nueva realidad de moldear mi sentir,
dejándome la piel en tus labios,
llave santa
que abre mi jardín,
acelerando la floración
y el vuelo plateado de mis colibríes…

Me muevo para atrapar el aire
de tu vibración
que se relame mi dinamismo;
coleccionista de toda ficción,
hundes mi barro en tu siempre
acostumbrado a complacerme,
insumiso,
alardeando la extinción…

Lucerna II

Me siento provocadora
de la luz cenital
que haces emanar de las redes mágicas
con las que reclutas
el revuelo de mi temple…

Tu sello digital me posiciona
en la cúspide
para enseñarme lo que eres
por encima de lo que veo,
como un fenómeno
que arrastra consigo la progenie del universo
y me descubre en la posición de su misma estrella…

Uno mis palabras silenciosas,
habiéndome embarcado
en tu lengua,
óculo de inmensidad;
seleccionada por su refinación
para alcanzar la acción, cascabeleando;
despertando el disfrute
que se vuelca de la nube de tu aliento
y su baño de acuarelas,
porque,
cosidos a igual condición,
te escucho,
desatando los colores del paisaje
y fijándome a su naturaleza;
despidiendo un perfume
que va duplicando,
campante,
su táctica de acero…

Maquinas lo que no muere,
tomando de mi aliento
su lado inmanente;
extenuando la resistencia;
instigando a mi corazón
a arder,
intensamente…

Flor Boreal

Me encanta
dejar flotando señuelos;
encaminar tu curiosidad
por los senderos
que imagino;
dejar que abunde, cada vez más,
tu apetito distinguido
por lo inusitado;
estorbarle a tu razón;
ser agrado de su sagacidad,
emborrachando
su inventiva…

El instinto de cristalizar tus sueños,
me pone en tus manos,
cuando gustas de agitar mi saliva,
haciendo destilar, con tesón,
instancias
que nos sitúan en lo intransferible
de tenernos;
sustancias explosivas
que capturan el contenido
de lo que dispones
y persigo tanto
en un cuerpo a cuerpo…

Despierto,
contigo,
en tu lengua de fábula,
siendo alumbrada
por el color infinito de las ondas
que recoges,
cuando blando el secreto mejor guardado,
la sombra de la noche…

Hipnosis Compulsiva

No me niego
a quedar
expuesta a la pirueta textual
que me impones;
a merecer el filo de su tacto,
a lo largo de la noche;
a expensas de tu genialidad
que me dispensa,
sin disimulo,
el celo
que se abre paso en sobregiro;
a pagarlo caro, contigo,
en la extracción de este plano supuesto;
a embarcarme
en la alfombra mágica de tu dote;
a darte mi voluntad,
hasta caer presa de lo propio que destilas
para rendirme al roce
de tus ojos de tinta,
evidencia salvaje
que me entromete en su juego
vogeur,
ahogándome de su versión inexplorada;
ida del mundo a tu mundo,
haciéndote mención
con afán de placer…

Efusiones Brutales

Tragas mi melodía
y te miro, complacido,
al fundirte a su cromática salpicadura;
es que nado, cauta,
la brisa marina de tu lengua,
delicia pura
que hace languidecer
hasta el aire que respiro…

Resbalo y alcanzo el milagro despótico
con el que te siento
correr por mis palabras;
coger de mi boca
sus modales más refinados…

El tacto de la fascinación no afloja
al liberarse, en tus ojos de gato,
con el lúdico desliz
de un estambre de agua
o un láser sobre las paredes de un silencio
que destaca tu perseverancia…

Y sin entender, recojo
el remolino diverso,
servido de una perspicacia
que me guarda
del rencor de lo no dicho,
ahogándome en el confín ruinoso
de tus labios,
como un secreto que da señales
de la excelsa retórica de la luz…

El enigma del viajero se revela
en lo inteligible del impulso
y, nublada te vislumbro,
porque sabes que eres tú,
allí donde pertenezco,
mi venerable subterfugio…

Ambrosíaco

Escucho la melodía alcalina de tus mariposas
en su revoloteo por mis jardines
y, despierta,
aireando la saliva,
con la excusa perfecta
para el derrumbe de mis vestigios,
me hago tan tuya
que
siento el firme aullido de la pureza,
ejecutándose,
como obra de tu maestría…

Dominas el arte de amamantar
mis palabras,
maníaco de la belleza
y, al frotarme en tu lengua,
me vuelvo de plata;
obtengo tu genio apersonado
en la estancia que imagino,
elaborando las acrobacias
para volar más alto
de lo que sueñas…

Haces hablar a mi cuerda;
me tienes
tendida en las telas del asombro;
escrita en la página
que ilustra esta locura ferviente
con un titulo de gloria…

Me disparas tu eco fotónico
y, hundida,
en los humos del sentimiento;
entre tu piel y mi derrota,
asalto la noche
con garfio y alfileres,
posada en tus mareas dulces;
latiendo confidencias de simpatía;
poniendo entre tus manos mi corazón rebelde…

Intuiciones Soberbias

Haces crecer la luz en el agua,
como un rayo de cristal
y me derrito
al tacto sublime de tu irreverencia,
intuyendo que el sol se pone en tu boca
y sale por tu lengua,
rebotando en la humedad nefasta
que refracta la frase que reza,
como una clase de magia,
todo esmero por hacerte aparecer
en cada estrella…

Arropados por la aurora,
me paso del negro al blanco
en la generación de la chispa
que salta de gusto
encima de tu cuerpo
para electrizarte entero,
a fin de espiralar la corriente,
invadida de tus manos,
cosechadoras, a puñados,
de la lozanía perenne,
elemental,
del más puro placer
que me provocas…

Vas cuidando los jardines verbales
para hacerlos florecer
con el riego de mis ojos,
como si desfilara el universo
con su huella conquistadora
por causa de nosotros…

Concavidades Extenuadas

Aquello que nos pone dentro
del carrusel del tacto,
modela el estado
filantrópico
que está ondeando la alteración
con la que me apronto
a intervenir tu lado creativo;
emplazar tu movimiento,
como quien talla el lenguaje corpóreo
del instante sensorial perimetrado…

Tu interés me afronta,
como un desafío;
como vector volátil
que, a través de tus manos,
hace precipitar el resultado
aleatorio,
amasando formas tridimensionales
que inundan de espontaneidad
el espacio
que palpa la tensión vital,
visionaria,
especulando sacar los relieves más profundos
de su eterno encuentro conmigo…

La dirección de tu ángulo preciso,
al soltarse de lo innecesario,
me está invitando a coordinar el drama,
porque antes de conocerte
ya lo había decidido;
convertirme en tu atisbo persecutorio
llenándote el alma…

Milagro Cósmico

Se enteran los cielos anhelantes
de la finalidad que mueve mi fantasía
de poblarte la lengua
y concertar una cita
con su poder paralizante,
equinoccial,
con la misma duración
que hace vibrar la urdimbre,
mientras trenza el instante
que va arrimándome a tus formas,
consonando con las mías,
tejiendo estrofas
convincentes,
para hacer resurgir
cada palabra luminiscente,
como un quásar de tu boca…

La estática del alma
accede el cénit de los confines,
donde su pila sagrada
va derramando,
torrencial,
el ángulo paralelo,
orgánico,
de lo insostenible del deseo…

La noche insatisfecha
late raciones de plata,
me invita a idear una estrategia,
en disputa con las inhibiciones;
un rescate conspiratorio
de las perseverancias
con las que te cambio el mundo por otro…

Bifurcaciones

Siempre sabes encontrar el atajo
para extraviar mis contextos,
alterándolos;
haciéndolos fluir
a través del bruñido prisma
de tus ojos de diamante…

Y es que nazco, afín,
al afán de tus fractales
y crezco en perceptiva,
pintando el agua
de una escarcha mineral
que se abre paso
hacia un final irremediable…

Esa simultaneidad que convoca las rutas
que esquivan el rastro de mis distracciones
y la decisión de definir el sacrificio,
va ondeándose en la boca
de los fondos alternativos
que ilustran mi óptica,
interactuando,
desaforada,
sobre el aroma a ese lugar de flor impoluta;
curva esporádica,
combando el espacio,
aniquilando el ruido de las sombras…

Y, al pie, tu lengua,
robándome las palabras,
mientras anuncias la ruina del otro extremo,
como el efecto mariposa
o la feroz alquimia
que va desvaneciendo el disfraz;
clareando el metal del silencio,
cuyos detalles van ejerciendo reacción
ante la atracción de mirar tu universo…

Luz Purificada

Con el nivel de detalle
que te halla el propósito de toda inspiración;
eres la ruina de la cordura,
palabra metabólica
que elucubra
un trance de almidón;
el temblor neural,
cuyas terminaciones
me ven nadar en la flor del anochecer...

Ya estoy comprobando
la eficacia de haberme rendido al placer
de tu acción cotidiana…

La tradición de fundirme a tus ojos,
seda mística;
fuego resbaladizo,
me abrasa…

Y la danza fértil de las células
no oculta la herida de amarte,
la deja expuesta
mientras, detrás, avanza,
mezquino,
el ayer sin posibilidades…

Aledaño

Vienes buscando
el brillo oculto
del impulso que arrastra
tu sed a mi saliva,
corazón de pez y amapola;
atiendes la lección
que escudriño
sólo para pasear por suelo ninguno,
mientras atento contra el rumbo
de la sensatez,
todas las veces que sea…

Te aplicas
para acceder a mi lengua
y soy
ración de marejada
de una galaxia adictiva,
jadeante en rompeolas;
nebulosa de papel,
cuya palabra viva
va redactando incendios;
transformando supervivencias
con la piel de la chispa,
vertiginosa;
hallando extravíos
en la mente de una esfera,
cuya insistencia te nombra…

Disturbio Majestuoso

Apenas me lanzo,
convencida
de que la luz anida en tu pupila,
lo compruebo;
tus aguas penetrantes
acampan a sus anchas
en los paisajes de idilio
que me dan vueltas,
cada vez que el lance introspectivo,
saca una nueva canción de mi alma…

Y sabe a delicia,
dejar que sepas
que este gentil atropello,
me estimula,
cuando el dorso de las siluetas
estiran su sombra,
creciendo juntas
en la hora de los sueños
y al colorear las fragancias
con la tremenda habilidad
de deletrear en mis labios
la galería de tus secretos exultantes…

Estoy adorando
que te ensartes en mi lengua
con tu fuego sagrado;
hacer arder la soledad
y decidir que eres el curso
de lo que quiero
y ecualizarlo,
aunque para el resto del mundo
sólo sea una acción superflua,
siquiera pensarlo…

Colateral

Confinas mi voz,
con fines macabros;
haces que parezca pecado
atarme al humo de tu distracción más dulce;
me seduces,
cuando te fumas, en parte, mi mente
y cae hacia tu lado
la balanza,
mientras me lees
y dejas marcado el aire
por tiempo indeterminado…

Me impresionan
las conversiones espontáneas
que conformas,
conforme te abres,
y afinas tu estilo de encanto afilado,
ecléctico,
en el pentagrama donde clavo
las más finas notas de mi carne…

Tu mirar es cosa viva;
un agujero de agua
que va incubando un remolino vertiginoso
para tragarse mi fascinación…

Y adoro
tus especias en mi licor transparente,
revolviéndose con mis estrellas,
embriagador;
la suma de letras,
castigando mi organismo,
propenso a lo que te escoge,
cada noche…

Y, aunque no lo digo,
eres el único
que dibuja el placer con la lengua
y moja,
con el número nacido de su nombre,
la misma página del calendario
del corazón de mis arenas…

Ferviente Concesión

La piel en posición de disfrute,
sin límite, te admira
y, empapada en consonancias,
se derrite…

Esculpes
con la lengua,
melodías llamativas
que atraviesan la noche
que nos ata
a su juego rotatorio;
al pozo de los sueños
que nos sueña,
eternamente,
en sus tejidos de agua…

Y esparce poesía tu alma
para hacer aullar a la muerte
con este olvido que traigo a cuestas;
con el fuego naciente
que anido a golpe de sinergia…

Tal descalabro
nos permite ser eternos,
inextinguibles,
como ráfaga humeante de destrezas
que se conservan, a la par;
figura estacional;
lindante suspiro de arena
que va a empapelarme de tu impulso…

El cosmos se transfigura
con tu tamiz metafórico,
enarbolando un nuevo triunfo;
combando las orillas,
cuando se aparean tu agua y mi espuma,
perpetuándonos en un genuino
estallido de gozo…

Numinoso

Colgarse de tu pelo;
zambullirse en tus ojos;
perpetuarse en tu fuego emocional,
así es como suena
la sensualidad…

Meterme en tu lengua
y retratar la sensación de alevosía
con la que me inspiras,
es lo que quiere la noche;
verme arder
tras el telón del embeleso,
confesando mi tragedia…

Mi piel se eleva,
deslizando las formas de tu silencio
y, fundida a su movimiento,
se hace arte y parte
de tu mundo;
filia y fobia receptiva,
condecorando su acierto más fecundo…

Sumida en ti,
contemplo
el nacimiento de lo que te perturba;
a todos mis astros alineados
con tu sol,
amparando la profecía
que, oriunda de la curva de proyección,
donde me inmolo,
conforma la artimaña bendita
que nos acoge entremezclados
del todo…

Increpaciones Arrebatadoras

Me insinúo
con rigor afable,
dificultándote cambiar el foco de atención;
allanando la inmensidad
de tu silencio…

Y alucino al percibir el resultado,
cuando el dique rompe en deseo
y se abre paso el arrobo,
insaciable,
sobre mis predios infinitos…

La piel fulmina el hábito de lo intocable
y se sitúan mejor los símbolos
con tu lengua, bañando la mía…

Y me cabe el temblor entre las placas
que sostienen todas mis borracheras,
la verdadera propagación
de lo que eres en mí…

Sólo si me miras, creo
y soy
de sol y de agua,
raíz de vuelo terrestre
que augura,
del pétreo rumor, su renuevo…

Trago, enmarañada, la psicodelia,
rimando lunas
que empujan esta marea nueva
hacia el horizonte de la luz,
mojado de estrellas;
presumiendo las galaxias
que, la psique irradiada,
avizora en el resurgimiento,
en plenitud,
de esta pasión eterna...

Pétalo Náutico

Absorbo tu métrica peculiar;
la mecánica de tu alma
pendiente de salvaguardar todo lo bello
y tienes a bien,
someter el lugar
donde subyacen los contextos
que mantienen el romance,
como agua mensajera
que resbala de andar suelta,
vertiendo el ascua sin cortar;
como demasía, balanceándose
en mi lengua…

Sobre la hondura espacial
se derrite el punto
en que florecen mis mareas y todos sus colores;
donde el tacto sonriente de la espuma
convierte la distorsión en sosiego…

Duele el vértice de tu lirismo
que me escoge para hacer
el trazado a tu mirada;
un derrotero con el que te guío,
como luz circadiana,
marcando el pulso
hacia el naufragio divino…

Guiños Alados

Te deshaces del tiempo
y te resuena, en la lengua,
su clamor sangrante,
mientras se va estrechando
el adverbio de lugar
para encontrarnos,
compartidos,
en todas partes…

Este vórtice encantado
que taladra la sien,
parece ser concebido
para ahuecar el cauce
y rodar por la dimensión interestelar
que me nutre de tu poesía…

Merecedor de mis casillas,
desmantelas la razón;
perseveras
hasta dar por advertida
a cada argumentación en contra,
trayendo tus formas resplandecientes
al espacio donde peligra lo cierto,
apartándome del espejismo,
indiscreto,
socorriendo el ánimo de pertenecerte…

Alma

Me ha de tragar el reloj de arena
y perforar el sueño planetario,
pero todavía
cuando arriba el caos de tu diseño,
agolpándose al estado
que explora,
estrepitosamente,
la construcción de lo que adoro,
pongo fin a lo sabido
y emerjo en una dimensión
donde consigo
ascender tu luz acústica,
mientras me das a beber
de la arquitectura de tus ojos,
árbol del silencio,
poción curativa
que libra la batalla más justa
entre víscera y cabeza;
cristal y agua
que me saca de la lengua
un verso químico;
pedernal, excitando mi juicio,
atenazándolo,
develando la quemadura de plata
que traigo conmigo…

Traslado Rotatorio

Bebo, de tu alma, su tendencia al exotismo,
mientras, bajo un efecto lisérgico,
se escabulle,
guardando en tu lengua
el encantador aullido
de la noche;
paralelismo psicográfico
que despierta todas mis sensaciones…

Y tengo un sueño
preso del traje que te escoge,
sin titubear;
recurrente
se va acomodando dentro;
lúcido
sostiene los paisajes espumosos
que hablan de tu majestuosidad,
sin precedente
y húmedo,
en el presagio donde me confino
a tu naturaleza poética…

Un solo instante,
llamado a ser perspectiva
me inunda, completa
y te suelto, lento,
mientras toma forma
el futuro;
la edad de los planetas
e inflamo el sepulcro,
que se revela, portal del infinito…

Todo contigo, me anima el ánima,
bucle aromático
que transfigura la atmósfera
donde me enredo…

Hallar la multiplicidad en lo poco,
provoca el estruendo cuántico
que todo inunda
del apogeo del viaje
y su sueño entrópico…

Ráfaga Suculenta

Se me escapa del silencio
que te adoro;
la persistencia del alma y su impulso;
y es que hace tanto
que soy sólo transparencia;
que tu magia colisiona con el surco
que babea su agua desangrada…

Imposible contener ese murmullo
que es mi don,
pesar que santifica lo que siento,
sin aflojar,
invocando lo que siempre el nuevo día,
me descalza hasta los huesos…

Este cambio de lugar,
incansable,
cobijo de sanación,
compagina este tú y yo
que nos convoca al mismo instante…

Luz tejida dándose invisible,
arropando lo imaginado,
como el micelio
y sus carreteras de cristal…

Nado hacia tu lengua
y llueven hilos de sal
sobre la orilla de una noche porfiada
donde estamos los dos en sus mandíbulas;
bocanada feroz y recóndita,
cuya destilación
satisface la rueda del deseo
en su persecución inaudita…

Luz Telequinética

Me embosca la acrobacia persuasiva
que sueles ejecutar,
al batir, con la mía, tu lengua,
asertiva,
fértil,
inconclusa,
para arrastrar su vértice
hacia el sitio del suceso
que nos interconecta,
dejando que ocurra mi atemporalidad…

Olfateo la apertura que precede
el ritual de tu tacto,
cuyo aroma, sin mácula,
impone su esférico andamiaje,
haciendo extenderse el silencio
en sentido del éter…

Tu motivación de narrarme,
bañada en oro blanco,
sorteando las rachas de simbolismo
que arremeten contra mis ojos,
no para de concentrarse
en mi persona…

Tan sólo
al exhalar las mil maravillas,
la dejas venir a un encuentro con mi boca
y me brindo,
en otras palabras
sin reparo,
a la arquitectura de tu creación,
como ración escandalosa...

Sublevación Enfática

Me muevo
dentro de unos ojos atigrados
que viven, marcando
su tono, su causa,
su juego retórico, sin palabras…

Mi cuerpo detona su desespero
en la torsión de las aguas,
al reagrupar el entusiasmo,
alimentando el ansia de tu lengua
que dejas crecer, infinitiva,
como un oasis de imprudencia,
fundiéndola al recado
que dejo prendido a tu aliento…

Siento que me muerde,
cuando me alude,
tu glándula nuclear,
dejando de lado la superficie,
porque llevas dentro
la agitación de cada palabra,
que me contagia su reverberación más sublime…

Te confundes con la aurora
y me gusta perderme en la secuencia
que mece la sombra
entre dunas que palpan lo intangible,
mientras se desarrolla la sinopsis del brillo,
como un óleo sinfónico…

Los signos entrelazan horizontes,
cuyo significado crea un dialogo de ensueño,
mientras sonríes y eludo la mesura
y ardo en la implicación estival,
esmaltando el silencio…

Floto en la animosidad de impacto
del verso predictivo que actúa
fuera del resto de la realidad,
asumiendo el entredicho
entre labio y garganta,
concilio de fuego y cráter,
eclipse de tu alma y mi alma…

Fotopoético

Con serenidad,
un lienzo secreto de sombras,
secuencia los dígitos más brillantes
para relacionar
lo que rueda bajo la planta de los pies
de una melodía cadenciosa,
marcando el prestigio
con el que esperas el próximo instante…

Tras armar lo que siempre
se vuelve caída
y espantar el cuestionar,
sin ser ajeno a lo que llega todo junto
con el arrebato,
dejas que venga
con todas mis ganas
para que las mareas de tu lengua,
me hagan pasar el silencio
de poco a lleno
y te cubra mi piel
de montañas radioactivas
y seas su centro de plenitud,
campo de fuerza,
simiente de luminosas geometrías…

Ascua Manifiesta

Me arrastras por el cielo,
avezado;
causas un mar de turbulencias
que estremecen mi alma,
hurtando de mis labios el sabor
de un idilio insaciable;
el hambre de esparcir
lo que te vincula
con mi propia constelación de estrellas…

Diviso el péndulo ondulante,
rastreando tu trayectoria
de sello y brújula;
propiciando jugar
con la rueda pitagórica,
mientras diviso las sombras arquearse,
como hálito de magnetita,
hilando, polar,
la personalidad de la luz exclusiva
de un universo, siempre influyente,
siendo vorágine que me incide
desde lo ilegal,
pasajera de tu sueño errante
hasta el agujero que nos va a tragar,
inevitablemente…

Irreverencia IV

Endurecido el tramo a tu encuentro,
sabes agitar el mundo;
remover cada átomo,
incorregible
y, al tambaleo,
arrancar de su núcleo
el deseo de concupiscencia
que me quita de la piel
para acercarme a tu destreza intelectual
de cántaro y burbuja
que sabe asirse de mi lengua
y bullir,
como fiel huésped
en disputa de su reino…

Desconciertas
hasta la perplejidad;
prendes y apagas la justicia de conocimiento
y la tormenta se torna
una guirnalda resplandeciente,
sinapsis,
deslumbrando la escena última de mis sábanas,
cuando se rompe entre tus dedos la noche
y la salpicadura de cristal
se vuelve la incidencia del roce
que entraña ese coqueteo innato
y su inducción a perpetrar
con luz sinfónica,
demencial,
mi terciopelo escarlata
que ahorca terriblemente el silencio;
con tornasol e iridiscencia,
latiendo,
mientras te mueve el desahogo del desfiladero
y clavo en ti mi penitencia…

Pineal

Lista para
detectar la señal que me envías;
toparme con tu agua proverbial
y presumir del tórrido contacto…

Embebida de su llamarada,
aprieto el espacio
en que originas el juego textual
que te reúne conmigo,
infalible,
y abundo,
te disuado
con mis perlas de rebeldía
para un desplome meteórico de fallos…

Se tornan dorados mis dedos
al amoldar la fantasía,
sin desperdicio
y se estremece el universo,
mecenas de tus intenciones,
al absorber lo que consigo…

La huella química
va curvando los lados
hasta dejar expuesta
la tendencia a resolver el laberinto
por diversión;
transferencia de energía,
agitación que le sigue
al tacto del contraluz,
tan perceptivo,
que promueves…

Me electrifica tu captura
que gobierna toda fascinación
y es que tengo que ver
qué ver
cuando inclino hacia tu lengua
esa ración que augura
va saberte muy bien…

Pactos de Fuga

Rueda la levedad,
como un breviario de lo eterno,
precipitándose con obstinación;
posibilitando soltar lo frágil
sobre un altar de suelos inmateriales
en la oscilación de dos cuerpos,
agotándose;
anticipándose al trino del ave insomne,
cuya línea balancea los atuendos de la actitud
que nos sabe
en el lugar exacto
donde impera el silencio
y sus bocados de luz…

Me ponen tus labios
con su tacto repentino,
soltando tensiones
con un tañido de pertinencia…

Es tu lengua acrobática
sazón para lo divino;
fracción de pertenencia
que nos conecta en amplitud de onda,
sembrando unos cielos encandilados,
hacia donde me escapo
contigo;
a tu revuelta favorita,
aliados de la noche y el fuego,
estrepitosos,
mientras, como un faro,
tan próximo,
te me sales de la carne,
exudando torsiones resplandecientes,
sin esquivar la miseria
y el colapso del mundo;
combinaciones caóticas
a punto de manjares
y sus sabores terrenales,
saciando hasta la sombra
de estar juntos…

Bullada

Coincidente;
dejas salirse de tus manos
el silencio
que hace bajar del viento,
su patrón de hiedra
que arremete,
ilimitado,
el sendero de mi cuerpo…

Luces tu amor de múltiples realidades,
mientras tus pies encantados,
van marcando mis huellas
que corroboran
el secuestro de las sombras;
el esplendor de un concepto
que persevera en
componerte mi carne
y llevarla en tu dirección,
como la melodía adecuada para tu letra;
columpiar entre tus dedos mi devoción,
cuando descubro
que hay que mezclarse;
hacerse uno,
al ser artesanos de la belleza;
fijarse a las páginas del libro del tiempo
con un marcador de rosas,
volviéndose paisaje predilecto,
recurrente,
consagrado,
de la perdición de quien descubra
cuánto se puede llegar a amar y ser amado…

Flamante Pack

Transgredo,
ocurrente,
tu mirada estelar
quedándose engarzada en mi pupila;
devolviéndole el brillo
que me estrella contra tu piel silente,
acabada de posicionar en modo noche,
donde todo es posible…

Prendida en algodón de cristal,
avanzo la voz de un continente
hundido
en el horizonte de los astros,
donde la academia de luz poética
que te ha instruido
sin comparación,
como un privilegiado,
escribe tus iniciales rebeldes,
dejando que fluya por mi lengua,
tu herencia,
al regar el árbol evanescente que te anida…

Inmersiva,
me combo en tus manos;
me acoplo a tu manera de embarcar las alturas,
tan intencionada
y acomodo mis formas
a la acción que se ejecuta
en tu versión emergente,
donde me enrosco,
tentando, con brío, su represalia más oscura…