Fogata Lunar

La luna está lloviendo calma,
acumulada en su figura
y tú,
moviendo el mundo
para agarrarte al espacio
donde se sueltan
los compases de su claridad,
sintonizando la postura
de un diálogo permanente…

Y crece el agua de tus ojos;
borbotea,
se desborda,
como un augurio de plenitud,
circulante,
ante el propósito
de empaparme de la piadosa señal,
cuya secuencia imita
la forma en que se introduce tu lengua
en mi verso,
para acentuar el predominio
de tu lectura aplicada…

La emisión prematura del éxtasis
alcanza la clave de intensidad,
haciendo
desvariar la razón;
zigzaguear al énfasis
que va alternándose con el ritmo,
para dispersar lo que te describe,
detalladamente…

Ay del rigor hipersensible
que honra mi génesis,
trenzando las hebras de un idioma
que borda los tejidos del éter…

Imprudencias II

Aquellas iridiscencias
que descubren paralelismos
entre mi tacto y tu tacto,
se apoderan
de los vapores lentos
que te deparan dentro mío;
de lo incontenible de la visión
donde te siento y desaparezco,
encima de un dolor familiar,
irreverencia,
girando el cristal
para despistar el tiempo,
y, reincidir,
eternamente fugaz
por cada grano de arena,
que me vuelve vulnerable a lo que eres…

Tan cerca de resbalar,
resplandece la hierba de los mares,
como un pétreo vitral de anémonas
que escucho latir,
mientras te doy de mi alma,
danzando a tu ritmo…

Y algo se queda con una parte mí,
cuando tus palabras
guían el silencio a las latitudes
que escuchan la aseveración, in situ,
de que soy
la tortura de tu planeta;
paisaje de ángeles azules,
agitando su manto de estrellas…

Relevancias Implicadas

Me pones a prueba;
me pruebas
y soy de tu gusto;
apruebas el toque que ajusto
sólo en tu lengua
tan receptiva,
donde me transformo
en la sonoridad implícita de la sinergia
que se define
para exhalar una nueva gota de asombro…

A qué sabe el deseo, dime,
adoro compartir cada sensación
y amasar la cúpula
de tus destrezas expresivas…

Estoy formada de lo que escribes
y, apenas me das a beber
de tu luz indómita,
mi piel va engarzándose a las plataformas
que ven sembrar mi vuelo
en el sol de tu pentagrama,
sumando consonancias,
como silabas aladas
en la composición
que hace resonar el sentimiento
con la nota y su tonalidad ignota;
con el estímulo fotomotor
que impulsa nuestra historia…

Pujanza

Te regalo
el idioma que entraño;
el grado dimensional que porto
y que accede los estratos
donde anida,
su fulgor más hondo,
el silencio y sus enigmáticos perfiles…

De mano en mano,
la zambullida va creando
el caos del origen;
invadiendo la partida turbulenta
en la concepción del riesgo…

De boca en boca,
pegada la lengua, a esta manera
de decir, con valentía,
todas las cosas,
experimento
cómo se abren las palabras engañosas
y de su intervalo te veo recoger,
la pureza del color sin medida
que alerta la jugada
y detona la mía…

De cuando en cuando,
engancho la rueda lúdica
al giro de tu elegancia de postor
y me suena tan gentil
el favor del resultado…

De sol a sol,
cada vuelta contempla
la noche y sus cambios;
la peregrinación
que se asegura transmitir
el sendero que te completa
de lado a lado…

Acualuz

Te aproximas al apetito del verbo,
pintando un río caudaloso,
donde germino,
para abordarte los planos que no veo…

Invadida por tus ojos,
como un anuncio digital,
me derramo sobre tu piel,
temeraria
y suena el brillo de mis astros,
aclamando esta captación ardiente
sobre escenarios
que esplenden para ensalzar lo que descubro…

Te riegas a mansalva
y es que tu lengua es
el crisol de mis derretimientos;
ardiente pozo,
pletórico de deseos…

Así de mágica es tu palabra
que me enciende,
como lo hace el roce ciego del rayo,
imantado por la tierra
en su descarga más pura…

Me baña tu personalidad
y, electrizada de tu luz interior,
me haces sospechar
que, el espacio donde estoy,
es la materia de tu aventura
y que hay más…

Tu aroma despiadado se me insinúa,
repleto de propiedades curativas
y es que tu juego verbal
te precede
y el resultado excede
toda expectativa…

Sin Escapatoria

Mientras irrumpo,
sorbo a sorbo, tu apetencia,
tras dilucidar,
de su persecución, ardiendo,
la mermada abstinencia de los dos,
advierto,
la revelación del cristal poliédrico,
girando;
repartiendo el beneficio
que la locura del silencio,
desde siempre,
va cargando a nuestro favor…

Crepitan,
sin oponer resistencia,
el calor y la tensión del brillo,
cuando emerge,
incriminatorio,
el roce que conecta,
con los míos,
tus deseos;
el sonido papirofléxico
que se confiesa en consentimiento
con la forma ideal del peligro,
moviendo las sombras…

La gota que desborda el vaso,
apura el efecto que tienes
al componer la melodía
que eriza mi piel
y despierta la imaginación de mis manos,
aferrándote, igualmente,
embriagado,
a mi forma de ser…

Intersticios II

Cada capítulo tuyo
desviste una sensación
con un disfrute bien hilado;
desde el vacío del borrón y cuenta nueva,
la densidad del carisma,
va apartando un momento especial
para mí;
para mi desgracia…

El recurso menos buscado te adora
y, un derroche de inmensidad,
me va descubrir
dispersa en la saturación
que desempolva,
del letargo,
el tono perfecto,
exhalando. ante tus ojos. la belleza original
que presumo, con demencia…

A tientas, lo voy confirmando,
porque, una a una,
las palabras,
como un gracioso hormigueo,
se revelan, inmortales
a través de la celosía de mi mente…

La narrativa de los sueños
acomoda la apertura en los espacios
que van abrazándome
a la sinfonía de tu lengua sideral,
ondulación y espuma,
seducción que mete,
en mi arena, tu humedad…

Intersticios

Irremediablemente,
me dejo llevar
por la eufonía de tu elocuencia;
por el gusto que tienes
de alborotar mis certezas,
donándome la distorsión
de los estados dimensionales
que no alcanzo,
si no es a través de tu discurso…

Y sólo puedo migrar a lo próximo
que demanda sacarme lo sobrante,
rescatando lo necesario
tras irme de lo propio…

Suyo del pálpito,
esa luz atrevida,
consolida mi naturaleza pasional,
dispuesta a volver al principio…

Y tú, mientras tanto,
brillas en mi paladar,
agarrándote de mi abismo;
concentrándome,
fascinado por lo que pienso;
atado a la hipnosis pendular
que mantiene vívido el valor del silencio…

Convulso

Me sabe
tu cuerpo,
tu alma
y, en tu mente,
enredada,
experimento el demencial instante
en que las coordenadas
me unen a tu soplo intelectual,
arrojando, más lejos,
lo que nos tiende a situar por separado…

Me exacerbas
y contempla tu sol
el nacimiento de mi mundo;
contienes entre tus manos
la espera carcomida
y enfundo el coraje de sostener
que el tiempo, en tu lengua,
no encuentra el sentido,
porque se inflama y cunde,
hacia donde nunca lo imaginado;
perdido,
en este juego inextricable
que agrede el turno y el resultado…

La voluntad encubierta,
imán de tu naturaleza,
va cavando su límite inmemorial
y la epifanía no tarda
en considerarlo su asilo…

Sueltas, seguido, tu giraluna
y ya estoy leyéndome en tus labios;
su huella húmeda
abre el sitial
que fluye por cada palabra no dicha
y me sabe mal
ahogar su arrebato;
enmudecer mi propia porfía,
aunque tu perfil delictivo
ya me está condenando…

Cuando Toca

Por momentos,
caigo en cuenta
de la barbaridad de sostenerme
al compás de tus líneas auditivas;
de lo fácil que amoldas,
a la mía, tu lengua
y cómo coloreas el brillo de mis labios
con tanta ternura…

Te canto la electricidad
que vibra,
cuando te asomas
y se arquea la compostura;
supero tus deseos
y la sumisión asalta lo espontáneo
para verte arder,
mientras avanzas y te pones mi cuerpo,
ensalzando la vorágine del despertar…

La espina abisal de tu pecho
va marcándome;
se sabe el recado del universo
y su tórrida lucidez…

Mi piel neutrónica te reúne;
concentro los pedazos
y te dejas sentir
mosaico de espejos,
derritiendo, de placer, la noche…

Paladeo el vértigo holográfico
que me supone,
perforando el suelo
que me habla de lo que rondas
y, así,
telescópica,
hacerme con tu mente;
aclarándola,
mientras llueve el éxtasis,
escrito en tu sangre
y nado la rebeldía
que viene,
llena de ganas de tocarme…

En todos los Sentidos

Estoy subiéndome al silencio
que vibra encima de toda esta magia
que amasas,
talentoso,
bajo la luz compartida…

Abrumada,
detrás de cada intento,
aíslo el óxido
de su enfoque fallido
y voy hallando,
escabulléndose,
el límite de lo que no entiendo…

A un costado,
el avance tienta al logro,
cuando me toca la sal de tus aguas
y conquistas la dulzura
que estrello
con tu inmensidad declarada
y no hay vuelta atrás…

La envoltura de tus ojos,
suelo primario,
ondea la distancia;
musita el crucial pronunciamiento
al despeñarme al infinito,
alcanzando
el recorrido de los vuelos imaginarios;
la parte del punto
de no retorno,
presumiblemente irrefrenable
para alcanzarnos…

Inmediata

Cuando te hundes en mi cuerpo,
hilvanas en él
el ardor de su corriente;
te distribuyes en mi entramado espacial,
sembrando los colores
de un mensaje imponente
que logra trasponer mi lengua…

Entonces, estás escrito
bajo mi piel;
en la corteza esencial del alma,
como una huella
que atraviesa
lo que suele ser mi represalia…

Sostienes mi palabra interdimensional
al desaguar la energía
que respira tu despiste
y se exaspera el límite,
transgredido,
porque sabe que sabes
acariciar desde lo superficial
hasta lo más íntimo;
ondular la ventisca del deseo
y embeberlo
con tus tonos brillantes…

Más bien narrar
el indescifrable carnaval de tonalidades
que se sucede,
cuando la paz sensitiva
gira y se transfiere
desde el éxtasis colindante…

Taxativa

Antes de caer
en el halo atmosférico
que me traslada al lugar
donde, de vez en cuando, los dioses,
saben tus bocados verbales,
ya percibo
los embargos de tu aliento,
inculcándome el arbitrio del mundo…

Aferrada a lo eventual,
desanudo los tejidos lisérgicos
y resbala,
cimbreando hasta el fondo,
llena de colores,
mi obstinación…

Te ordeno y te traigo
y estás en mi mesa,
con sabor a estrépito,
interpretando el símbolo errante,
tutelado por esa manera tan tuya
con la que me pides acompañarte…

Y, oportuna,
enciendo el rostro de la noche,
alimentando este desvelo
para acabar,
dejando el plato sucio
tras el banquete de inspiración
de mostrarte los conjuros
con que adobo cada momento…

Laureles

El móvil de este delito
viene del goce
de escuchar emerger la acuarela del trance
en los cuerpos sostenidos;
de la aguja explosiva, liberando,
como nadie nunca
el reverso del antes…

Te ocupas
de la anarquía que invade mi silencio;
del flamante pretexto
con el que me incitas,
hilando el acople
donde agoto tu lengua de tanto saborearme…

Reconozco
que me seduce caerte a versos,
porque me has hecho
una viajera de las sensaciones conjuntas;
ración del talante
que luces,
cuando no me queda más remedio
que rendirme a los planes
de cometerte de noche
y hacer que se mude
mi condición
de testigo a cómplice…

Pauta Soberbia

Oculta,
latente,
la salvaje dimensión
con la que acabas atrayéndome,
me sitúa tan cerca
de lo que me enseña,
cayéndome del sueño
a tu profundidad…

La elipse espectral
que inunda mi geografía,
va alterando cada átomo y molécula,
haciendo crecer, en cada esquina,
la flor de infinitos colores
que sólo se refleja en tu lengua…

Mi cuerpo flota
en un mar de sensaciones
y estoy llena de ganas
de quebrantar lo sabido;
de ser la vestal
de tu doctrina revolucionaria
que rescata cada estallido,
como el origen de lo que ignoras…

Y soy
el fenómeno que brota
del tacto asertivo de tu carne;
la norma que describe
la teoría de las almas;
la turbulencia que, a lo sumo,
finge ser parte
de su contienda temprana…

Sumisión

Trepidas
al traspasar lo que te intuye
y repasar la causa justa
de darte a probar de tu propia medicina,
cuando lo que me obstina
es darte luces de las sensaciones
que me despiertas…

Te atribuyes lo que procura
ese cúmulo de inducciones
que te contemplan,
al choque,
sin prórroga,
con la explosiva precisión
de acertar satisfacerte…

Me dedico sólo a la crudeza
de ser de tu gusto,
interviniendo la ruta indómita
donde oscilan los gestos
de más;
destilando textos
de energía limpia y arrolladora
para distorsionarte la lengua
y darte el aliciente,
jamás estéril,
de la oportunidad…

Se hacen humo las sombras
al columpiarme con la luz de tus dedos
en un viaje ciego
que suelta su carga en mi piel
y, aunque anuncies tu corte límpido,
ese daño en ciernes,
me concierne,
porque cultivas la asistencia perfecta
ante el brote del agua de los miedos
al hacer, de mí, la salvaguarda
y complementarla,
improvisando la estrategia,
como el péndulo
en la intención del alma…

Bullente

Tus ojos
son el poema de un nenúfar ardiente
que desentierra,
de los aparcaderos del silencio,
su brillo más puro…

Borbotea mi mente
cuando descubro tu juego antrópico,
en pleno desarrollo
y su repercusión sobre mi piel…

Puedo experimentar el gozo
descollante,
al ver correr lo inimaginable
por donde retoza mi alma;
por donde se aclimatan las turgencias
en conmoción;
el agujero en mi galaxia,
tragándose el arrobo,
para mostrarte otra dimensión,
sin mediar ni medir palabra alguna…

Respirar
la espiral que desentierra
el color eléctrico de tu pluma
y su hemorragia instrumental…

Y no declino
ostentar tu atención
que trepida en el entresueño;
constatar la trampa
de este presente escurridizo
que, mientras más lejos más cerca,
accede a mis señuelos…

Tremolar

Me anima la divergencia
que se cuela
y libra su lucha
en un ámbito sediento…

Llama mi atención
sumergir la pleamar sintiente;
el sigilo de tu universo
ante mi antojo
y su más pura intención…

Me dispongo a darte amor,
silenciando el deseo;
encaramando a tus retinas
el oasis que vislumbra el recuerdo del agua;
el bloque de impermanencia,
cuyo nido rojo se agita
ante la presunción de asalto…

Siembras tu lengua en mí cuerpo
así como, inherente,
el paso del tiempo,
rodea el intercambio
para escudriñar el ángulo impetuoso,
poblando el tremor de la locura…

Verso cálido, caído del ronroneo
que me augura, volátil,
cuando me recuesto en tu aura
y se inflama la fantasía
de perderte en mi pelo,
mientras monta en arrebato
la carne…

Temo que pensarte
me hace aprender la palabra viva
que rehúsa desprenderte del intervalo
donde me estremezco,
rebosante de alegría…

Estereografía

Contigo todo parece encajar,
perfectamente,
al mirar de la manera adecuada…

Logro entrar en tu universo
y pareces percibir
la ondulante visión del atrevimiento
que sumerge el mapa abstracto
donde se me revela tu cosmografía…

La noche es tu alarde
y su barca insomne, el adagio
que fotografía el fin
que me hace chocar con tus abundantes partes,
mostrándome cómo
tu movimiento zodiacal
navega mis constelaciones
y recopila los rasgos de compatibilidad,
actuando…

Me poso en tu lengua
y voy encontrando el sendero
que me desentierra contigo…

Soy tu afición
y me quedo,
inhalando los aromas vespertinos,
mientras va tomando cuerpo
tu anzuelo eléctrico
que enreda mis peces de cristal…

Unidos por el mismo prisma
al poder sintonizar
la mística emisora de colores,
vemos ceder las sombras
en este bosque espiritual,
frente a miles de luciérnagas,
que enrielan el placer
con el hilo metafísico
que me cose a tu suerte
volviéndose insaciable en su proceder…

Bramador

Los montes de tu templo
me confían sus mágicos edenes,
donde albergas lo que ensordece
la orfandad
del acento y la voz,
con la resonancia del tacto
que le imprime esplendor a todo…

Y es tu lengua
la filosofía ignorada;
lo que no comprende el fenómeno
de la profundidad
que nada el surco de cada palabra…

Silencias la baja frecuencia
y añades claridad
a los estados que potencian
la intrepidez de la mente;
la mordaz disciplina
que no se detiene ante la apariencia,
configurando su tracción inefable…

Facilitas el flujo que reparte,
entre ráfagas sincrónicas,
el vuelo de las alas estrelladas
que despeinan las casillas
de la noche que va a perpetuarse,
subterránea,
en forma de poesía…

Orientaciones Rotativas

Del corazón a la mente,
tu lengua,
impacta mi singularidad;
coquetea
con el sensorial carnaval
que despiertas en la mía,
de ida y vuelta…

Macero, con ahínco,
la trama argéntea
que pregona el esparcimiento de la noche
sobre los valles donde crece el pecado,
en remolinos,
castigo que considera,
imperdonable,
sacarle filo al puñal del desvelo…

Tu voz danzante es
membrana de luz;
solsticio
sobre el vapor del silencio;
apasionante vibración
con ese algo que seduce
todo a su alrededor…

Tengo tu brillo exacto
enclavado en las pupilas;
el numen
que no te niega resbalar
por lo que hay detrás de mis intenciones…

Claroscuros,
altibajos
en acción;
cúspides y depresiones,
demostrando su imponencia;
portadas que hacen que vislumbre
la abreviación que difunde
la galanura de tu travesía;
la geografía de la pertinencia…

Fusión Magnética

Encandilada
por tu brillante perversión,
me hallas,
dispuesta en la estacada,
al mover el diámetro
que abarca el perímetro interior
de mi carne,
como infernal apoteosis,
propiciando el instante
que me declara de tu propiedad;
dosis que, acumulada,
retuerce cada línea
que intercede el punto
de esta dulce mutación
para alargar la interacción más íntima…

Soy estampida
de una naturaleza endiablada;
el eje del envión que me arrulla,
es brillo secuencial de la silaba
que anuncia lo terrible
del misterio inadvertido
en cada palabra…

Menudo sortilegio se asienta
en tu lengua,
golpeando la sinapsis de las emociones
que percibe la presencia
de la hipnosis astral del alma…

Destructiva

Flota tu voz
en la piel sagrada del sueño,
engarzando las letras
que nombran cada instante
en que, tu literatura cósmica,
revuelve el centro de mis arrebatos…

Me enseñas la caligrafía
que vulnera la desesperación
y me provoca
dar el salto tántrico
de mi cuerpo sobre tu cuerpo,
como un bálsamo imparable…

Dejarme llevar,
revoloteando,
por cada rincón que reconoce
el tacto erógeno;
el vértigo de ver nacer
las flores del silencio
y la metamorfosis
que desfila por lo que sigo siendo…

Esférico concepto
que diluye la dualidad,
acuñando un portal
hacia lo desconocido;
dígito oscuro,
completando el combinación
de su clave de acceso…

Corazón Ciclónico

La curva sobrenatural de la vida,
me hace cursar lo contrapuesto,
sobornando a las deidades
que encaran
este traspaso íntimo;
la pericia del cometa,
con la que rayo tu silencio,
razón de mi escritura,
conjetura que succiona lo que parece
sintonizar con la sola idea
de revolucionar los sentidos
con sed anárquica,
rotundidad
que atrapa mi aliento…

En contradicción,
se estremece tu piel parlante
y bebo del caleidoscopio
con el que tu espíritu de fuego,
tiende a emborracharme…

Esta ruta giratoria
en la que
viajar juntos sin que lo sepas
se vuelve irremediable;
mover el polvo y arrastrar los círculos astrales
hasta romper su foco
visceral,
me hace acomodar los hemisferios
para el nuevo logro,
aún ajeno,
deslizando lo incierto
y poder tocar el resplandor
que guía el empeño eólico de mi esencia…

Fundar las ciudades errantes
bajo las catedrales de cristal
y, dejar de respirar,
para que sea tu aire
lo que haga despertarme…

Pegadiza

Subirme
a tu mente;
a tu piel antojadiza;
idear el plan que atente
contra el término medio
para elevar el nivel,
mostrándote, una y otra vez,
esa expresión perfumada
que habita mi lengua,
hace que te arrastre
a la antesala de un después
que implora reincidencia…

Así me tienes
y adhieres a mi ritmo
y no soporto
esta danza atmosférica;
la metáfora del derrumbe
que traes entre labios,
repetitiva…

Y, atraída por su vaticinio,
al abrirse a mi voluntad,
recobro lo que cumple
con confirmar la regla;
el indicio fundado
de la condición de amar…

Periscopio

Me sumerjo
en el intuitivo misterio de tu verbo,
la prueba fehaciente
de que existe la hondura
de una periferia
que se mueve más allá de todo…

Te doy ganas de saberme,
porque tengo, a salvo,
la oscuridad embravecida;
lo inusual en la punta de la lengua
y en mis ojos,
lo que determina
el modo de cabernos en ambos…

Tu fama de arquero
me va enseñando
la precisión del instinto
que localiza el vértigo diacrónico
donde reside el encuentro
y sus aladas maneras;
la intemporalidad que atormenta las masas;
el berrinche de las sombras
al que te añades,
suspendido entre dos puntos…

Y me atraes,
oculto
y dejo que vengas,
porque vibra en colores
el revuelo de equivalencias
que sublima tu alcance,
permitiendo que todo explote
frente a lo que hace
que comience de nuevo
otra escena milagrosa…

Raptor

Veo crecer,
con indulgencia,
la envergadura de tu nombre,
cuando llenas todas mis aguas
y, al borde del abismo,
la textura de lo que me sueña,
se sujeta
cada vez menos y cae
exaltada,
sin ataduras…

Corro a tu encuentro;
preparado el apropiado atuendo,
penetro las nieblas de tu encanto
y te impones del todo,
cuando enterándose de todo,
sucumbe la intimidad
ante el espanto de la consecución,
a manos llenas
y de lo brillante de tu liderazgo…

Me tomas y cedo;
interactúo con tu fuego inesperado
y te impresiono,
tarde o temprano,
cuando se pixela la tarde
y la noche nos halla en el acto;
cuando me excedo de tu lengua
y soy tu luna eterna,
derritiéndose
en la palma de tus manos,
donde retumbo;
con imposibilidad de retractarme,
porque comprendes
que eres tú
el trotamundos
y yo la que te circunda,
imparable…

Accesos Redentores II

Me dejas
entrar;
tocarte por dentro;
dar soporte a esta locura
de volverme tu preferencia;
la escogida referencia
más cercana a tu deseo de aventura,
dándole forma,
cuando me sacas de mí
y te luces delante,
esparciendo tu veta seductora…

Caigo, con precisión, al ritmo
de esta melodía hinchada de tu nombre,
disipando, afines, las sombras
para que se afine la cuerda
que provoca
el clamor de los astros,
aferrados a esta constelación inexplorada
a la que damos inicio,
cuando me rodea la piel de tu lengua
y ronronea sus mensajes de agua,
asociándome a la curva
que me deja deslizar tus textos siderales,
desconociéndolos ajenos…

Y es que de tanto amarte
ya deliro;
veo teñido el estupor en rosa,
laminando la notable confusión del sentimiento,
cuya fuente indómita se come la noche
que cuelga de mi alma
y, tu luz, pulsando los accesos,
reúne las orillas opuestas…

El naufragio del sol detecta
que los que sufren son los mismos,
los que aman sin medida,
mientras, con desesperación, sigo
sembrando anhelos,
como minas personales,
cuya competencia,
perseverante,
te delego…

Pesquisa

Pienso reconocerme
tu captora;
el verso púrpura
que anuda tu alma,
porque tengo la luz de sobra
para
labrar tu lengua
y sembrarla entera de mí
y repletarte de lo que siento…

Me desafías a seguir
propinándome,
termal,
tejiendo sonidos en tu interior;
agua abstracta,
desplazando dimensiones
con la osadía que me discurre
para acaparar, a raudales,
realidades paralelas
que ilustren tu percepción
de lo que somos…

Es tan simple y tan perfecto;
rimar con tus ojos;
encadenar a su silencio,
mi dulzura,
leyéndome, frutal,
agradecida…

Lamo el manjar que anuncias,
sin engaño
y te doy
mis palabras heridas;
todo lo que escribo;
el suelo de mi libertad;
mi entusiasmo
y puedas sostener
este viaje íntimo a tu encuentro,
mientras el clima emocional
nos haga pedazos…

Horizontes Versales II

Tan parecida al éxtasis,
tu fuente de gracia
arrebola mi silencio,
lo maximiza;
crea torsiones dimensionales
con un barrido de soles
que agita los sueños
y me haces
sentir la forma incontenible del alma
al emprender el borde ancho
que se acapara lo cierto,
sólo para que perciba
qué tan alto me llevan tus alas…

Me abres tu universo,
imaginándome en él;
creando para los dos un lugar
donde poder latir al unísono
y te comparta lo mío
con mi lengua…

Tu tan exquisita gradualidad,
logra confiscar la miel
de mis colmenas,
dibujando el empalago
de saborearme, involucrada,
en este juego santo
de vernos arder entre centellas…

Palacio de los Deseos

Vivo un romance inescrutable
con tu lengua
que reúne, en todos los idiomas,
este contratiempo último,
donde repercuto en tu memoria,
sin remedio…

Con políglota prestancia,
me mojas de la fascinación
que retumba,
como un verso inmortal
sobre el rastro que enfila el rumbo
para irme tras de ti…

Manejas la forma rotunda
de derretirme en tus sabores;
paladear el placer
de complacer el deseo más puro;
de explotar la dimensión de lo físico,
como delicia celestial,
enhebrando la luz,
mientras me confieres
la clandestinidad,
como recurso para hacerte sentir,
sin ningún complejo…

Tienes la facultad
de volverme océano,
sumida en las dunas de tu roce,
porque te me ofreces,
como capricho de erotismo
en multiversión
y, por tu silencio,
exhala la noche, su entropía…

Suspendida en esta esfera,
creada para los dos,
le confío a tus sensaciones
toda mi pasión,
toda mi energía…