Radiación

Me escucho relatándote
mi acervo esencial;
la herencia de lo que soy,
hasta donde alcanzo a notar
y se cuela el logro,
cuando comprendes la ambición
que me seduce,
porque la comprendes toda;
eres todo lo que la conduce
y me muevo dentro de tus ojos,
provocadora;
mientras me sientes,
librando relámpagos en el cruce
que explora el lado oculto de tu sueño…

Tus líneas son regias oyentes
que no se resisten
a la oscuridad más brillante
que me descubre,
escapando hacia tu abrazo,
fugitiva del tiempo…

Le arrancas lágrimas al fuego
y sonrisas al huracán,
cuando naufrago en deseo
y te me acercas
y te enseño mi lengua,
abriéndote la piel;
desnudando el diamante
donde flotas con el polvo de este anillo,
donde abdica la penumbra
y muestra cómo luce el velo digital
la urdimbre que vaga,
tejiendo lo que va suceder;
activándose al sólo roce del colapso,
en un tronar de espejos;
perihelio de embriaguez…

Noctívago

Procedes de la noche
y tu deriva es mi fortuna;
llegas, suave,
con tu estela azul y brillante,
rodeado por la música de mis dedos,
mientras sostengo el negro,
flotando entre pepitas de luz y cristales…

Me retas a deslizar
tus pautas;
las citas que te aceleran,
indeclinables,
y pinto, en crudo,
los cursos del alma
que te piensan regocijado
encima de mi piel,
provocándola…

Me muestras la furia de tus tácticas,
planeadas para rozarme la sombra
y suavizarla
con un gesto concorde;
una humareda de colores
que logra impresionarme
al verla coincidir con mi lengua…

Tu recurrencia me obsesiona
e, ineludible,
me dejo fluir por la sabiduría
de esas mareas eólicas
de luz y sonido,
que rasgan la belleza
y atrapan mi traslación…

La canción de mi flor lunar,
cuyo roce es
dolor;
atrevimiento que soporta la esfera,
consigue atravesar,
a riesgo de condenarla,
tu rebelión pirotécnica…

Procesal

Nado el aire que mojas
con la desesperación
de un silencio culpable,
porque no haces otra cosa
que llenarme de ganas,
con ese escarnio íntimo,
flotando en la euforia
de tu engarce…

Selvática,
incontenible,
la resistencia que aloja
el balanceo de la dicha,
me empuja
a exprimir su veta punitiva;
a aplacar la razón
que te prohíbe,
aunque ardo dentro de tu nombre,
impresionada,
mientras vibra el símbolo matemático,
apresándome sin compasión…

Demandante
de tu jaula de libertad condicional;
al quemarte y quemarme,
te dejo
seducir la fijación
de estrellarte en mi piel,
violando el rigor,
al caer dentro de la noche
que te hace la ocasión
para volverte a cometer…

Nebulosa

Me optas y enredas
y puedo verme flotar,
derretida,
a lo sumo respirar,
ceñida a tu solemne polvareda,
mientras se desprende el instinto
y conecto con la gestación del presagio…

Adoras mi lengua adivina
y adoro tu toque,
mientras resbalo tu manera
de proponerme el desafío
de tomar un riesgo inminente
con el rumbo desbordándose
hacia tus percepciones...

Trina el énfasis
y me descubro entre tus brazos,
ardiendo en el estrépito de una fusión
que nos trenza las partículas,
conjugando tiempos con la piel de un arrebato;
tropezando con el cómo y el cuándo
en un torbellino de insania,
irrumpida por un después repentino,
rotundo…

Con suma valentía,
procuro la algarabía sedosa;
quitarla de mi carne supone
fricciones de vapor mineral;
socorrer el nimbo
con un estado exponencial,
devorando el desglose de un sombra extinta,
inesperada;
estrellar tu voz contra mi pecho
y mi luz contra tu alma
y, suspendidos,
en la palma de los sueños;
ante el escrutinio del silencio,
asistir al nacimiento de nuestra galaxia…

Francotirador

Tienes la intención en la mira,
cuando me miras,
penetrante;
con la precisión que perfora
la mera intención
de desviarme de tus ojos;
liberas el divino proceso
de la clarividencia
y fluyo hacia la ubicación
donde una ráfaga cenital,
sin más evidencia que tu deseo,
enfoca el estupor de reconocerme
el blanco que te propones…

Cargada la munición de tu lengua,
me apuntas y dispones
el desprendimiento de mi alma,
al tocar mis lugares desbordados
y provocar el caos…

La agudeza del silencio
que tu ofensiva siempre acapara,
es la fuga instantánea
con la que aciertas el compás circadiano
que me enfrenta a la distancia
de la inmortalidad,
por encima de lo pensado…

Bosque de Cristal

La audacia enfrentándose
con esa boca llena de almidón verbal,
crea el hábitat perfecto
para la química
que va aceptar blandir
el noble susurro que me condena
a la densidad de tu silencio…

Es que abres los ojos o los cierras
y, a tu contacto
aerosol,
mis sueños apuestan
por el rigor de cada palabra
para hacerla discurrir, magnificada,
del corazón a la cabeza…

Lo que se piensa del revés,
centra, en la emoción tatuada,
sin declinar,
el timón de gravedad;
la cicatriz del ancla…

Y juro que te creo todo
y te lo creo,
mimando la flor eléctrica
con la que entro en tu alma,
como halo y estigma,
haciendo colgar del trapecio
la enardecida irreverencia,
mutua,
drástica
que nos hipnotiza…

Seducción Mental

De acuerdo con la voluntad
de lo inesperado,
alojado en tu lengua,
revienta el coraje
con su tenaz sinceridad…

Pareces generar una tormenta
en mi cerebro;
conducir la sinapsis
a un revolcón macabro…

Insistes en anudarlo todo
a tus líneas secretas,
anulando toda forma de escape;
confiscando mi sensualidad
para cuidar que tu sueño me de alcance
y tentar el reflejo,
haciendo germinar intermitencias
que me dan hambre;
creando pausas incisivas
sin apartarme del amago de tu sicodelia;
condenarme a traspasar el espejo
que altera la visión,
como rasgo psicopático,
aclarando la respuesta…

Y todo concuerda,
cuando calla el peor de los simulacros
y puedo tomar un trozo de infinito,
tocarlo
y darme un sitio en la luz
y su jurisdicción,
cuando me pides desertar de la carne
y abrirme entre sonrisas
a lo silvestre,
lo opuesto a desprenderme
de esta electrizante sensación …

Versátil

Tu letra blanca
perdura en la página del cosmos,
perchero de disfraces y máscaras
que taladra y fractura,
hasta el fondo,
los hemisferios del pánico,
como el desahogo
de un silencio parlante…

Haces surgir una estampida
de bestiales suspiros
que deslizas contra mis labios
y adentras el sueño de la noche
y su reverso se iza,
brillante…

Tu alma y su prosodia
funden agua y aire;
la sed se eriza
con tu tinta diáfana
y sus toques de irisado oleaje
envolventes,
saborean una aversión vencida,
rendida por tu causa…

Con orgullo me atraviesas
y mi reacción flota en tu mirada,
mientras la melodía de los cuerpos
permiten cobijar la escena profana…

Tragedias Oníricas

Vivo enclavada en las visiones
de tu lengua armada,
siniestrada
por lo destructivo
que viaja por dentro
de todo lo que dices;
golpeas fotones con la mente,
incendiando toda mi atención…

Me arropa lo increíble
que se esconde detrás tus ojos;
la sensación de viajar a otro mundo,
disfrutando el visual ronroneo
del embeleso,
retozo acústico que me mueve
a tocarte para siempre…

Penetrar tu intelecto
con mi sutileza de diosa;
parapetarme en el ángulo ciego
para darte un baño de platino;
mostrarme, preciosa,
de vez en vez,
como anémona de piel
en tu arrecife de fuego;
como el doble filo
de un amor feroz;
cambiante
contradictorio,
como las dos caras
de un mismo silencio…

Mientras tanto,
tu verbo intrincado;
un espíritu en flor,
rueda por los tejidos que ignoro
y sin embargo donde avanzo
y sigo siendo por sobretodo,
tu adoración…

Índole

Siento el delirio,
sujetándose demasiado cerca
de lo que me pasa;
esta distorsión interna
viene acribillando el hueso
y es que tus sueños
me anuncian, desde anoche
que lo que reza tu alma
es premonición de mí…

Tus dedos
me engarzan en bloque
y mi luz florece, febril,
en ese ruedo diáfano,
continuo;
son una suerte de navío,
surcando mi tormento;
cuerpos de agua,
haciendo temblar lo ingenuo,
envolviéndome
en la desembocadura de tu respiro…

Con una varita estelar
conviertes mi devoción en fantasía;
tu forma de subrayar
cada palabra,
cada línea punteada,
haciendo círculos,
sólo logra propagar tu osadía…

Tienes vínculos secretos con mi locura,
porque hasta la cantidad de materia
se curva en sí misma,
como casual sentencia de un instante
que cumple con un ánimo de sueños
tan cerebral,
fuerza cósmica;
fenomenología dilucidadora,
enroscando su fatalidad…

Determinante

Me tienes suspendida en el acto
de ese tácito acuerdo
de mezclarnos;
disparándose
con un gesto pletórico de improvisación,
y me deshago de gusto
en la deglución del después,
dejando que me sostengan tus labios
con todas sus ganas;
pernoctando en el núcleo de tu pálpito,
mientras veo la ruta aparecer…

Toda pizca y boceto, te adoran;
todo mapa y acertijo,
encuentra su atajo en tu piel,
citando tu brillo axial,
murmurando el sueño del alma,
como un crepúsculo,
arrojando destellos para hacerme caer
en tu despertar…

Me siento, tocando tu noche,
mientras te abres con ella dentro;
brillas tanto;
te doy un vistazo
con el que te desnudo
y me fusiono con tu sensación más intensa
en la alegría de poder crear
algo nuevo,
si acaso absoluto…

Contraposición Providencial

Al torturarte con tanta vibra,
sólo puedo hacerme cargo
de su consecuencia
y es que
construyes un cauce
para mi almíbar
y yo lo desvío
por la compuerta
que abro,
sin dejar de llevarte conmigo…

Lo que se dice y no,
revela el negativo de la lengua
que sale a recorrer las calles de esta ciudad
para que, al juntar los hechizos
y al amparo del impasse,
se revele,
inofensiva,
esta mortífera oportunidad
de combinar las frecuencias…

En el aire
un nenúfar resplandece,
empapado en un reflejo de ti y de mí, amándose;
accionada la pureza de tus ojos
por el ciclónico murmurar
de las luces opuestas
en un despegue y detonante
al eclipsar…

Referencial

Tendiente,
siempre,
a dejarme resbalar
por la espaciosa y dinámica
esperanza de lirica;
lo macizo de tu alma;
atrincherado,
me haces crecer,
incrustada
en su masa centelleante…

Se inflama la posibilidad de ahogarnos
en la negra espiral del misterio,
mientras giran las luces
y mis nervios respiran
un intercambio imperial de mariposas…

El tacto elegante de tu silencio
me enamora;
la poesía del jazmín
que despide el cuerpo del delirio,
a mansalva,
es un sudor de arrojo
que alcanza el arrope de la extinción…

Tan sumamente tú,
me enloqueces
y me cuadras,
al punto de igualar
la frecuencia de tus campanadas,
aterrizándola en mi lengua,
llena de furor,
para consagrarla…

Percepciones Traviesas

No termino de acomodarme
en tu lengua;
en la cresta de sus llamas,
y ya estás mordiéndome
con prominencia mortífera,
potenciando una persuasión
que te reclama…

Percibo el magnetismo
de una armonía sinusoidal
que se clava, perpleja,
en el timbre que nos compone
una ráfaga de detonantes cromáticas,
hundiendo sus escalas
en el precipicio de la existencia…

El corte inmaculado
devora cada pequeña pieza de mortalidad,
hasta que crece la hemorragia
que descubre lo efusivo,
miríada fluvial,
reflejo y resplandor
que me arrebata
con sus escamas de fuego,
haciendo notorio su centro masivo,
como plenitud en cadena…

Perlada y esbelta,
blanda y vibrante,
percibe mi arena tu embestida,
hasta que la sonrisa se me queda pequeña
frente a tu oceánica supremacía…

Pecadora

A pesar de someterme
al frente irremediable de parpadeos
que me debate
entre comerte entero
o parte por parte,
amortiguo la ráfaga de esta apetencia
con los dedos desbordados de frenetismo…

La aguja descarriada
me indica todas tus direcciones,
imbuida de tu lengua verdugo
que me ata al capricho de perder la cabeza,
mientras araño tu luz
y me sueñas…

Muerdes la curva que se empeña
en acuñar relámpagos,
frotando el lado oscuro
que me detecta,
desnudando tu piel de mago…

Me exprimes y tragas mi néctar
y no precisas más
que volverte a entregar,
despeinando mis vocales,
sin detenerte;
sin medir consecuencias
y, mediante el señuelo de la noche,
me vuelves foco
para establecer un nuevo orden
con las tintas digitales,
al sentirlas,
indiscutiblemente,
como un ataque a tus ojos…

Devota Expiación

Estoy,
bordeando tu mundo
para resbalar hacia el fin,
temeraria,
junto a tu lengua…

Me sigues teniendo para ti
y te doy de mi rareza,
mientras me sacas del mensaje encriptado
el secreto de mi alma,
dispuesto a romperse,
como promesa
que alcanza su momento de gracia…

Arsenal de números parpadeantes,
mis letras y las tuyas,
forman un denario,
rezando la perfección;
un vendaval, en ciernes,
sobre los suelos radiales…

Angelical tensor
que me somete a tu presencia
y encadena cada suspiro
a la excitante letanía de la carne…

Arraigo y Seducción II

Te presiento,
susurrando en el medio adecuado;
dejando escapar lo justo
para formar una danza
con los sólidos mágicos,
mirándome con cada palabra
en la mente,
donde me persistes
y no voy a ningún otro lado;
me tienes
atada al coraje increíble
de un corazón en llamas;
la lengua, babeando poesía
y, entre los dedos,
el tacto salvaje de lo literal…

La luz aprende a reflectar
tus colores, vibrando,
mientras apuntas
hacia el cruce labial,
imperecedero,
que nos reparte en el otro…

Me aturde tu performance
y nado tus manías de fuego
para soslayar
que te decidas por mí,
todo el tiempo,
propagando tu acústica señal
al regarme por tu sano juicio
y descalabrarlo
para consagrar, por fin,
el maleficio de tu silencio…

Fetiche

Al persuadirte con el asomo
a punto de nieve;
darte a probar,
tan extraña como hermosa,
la luz que escarba mi lengua,
mientras la música se adhiere
a la acrobacia insumisa de mis dedos,
logro alterar el espacio
para bañarte
y estilizar la resultante
de que me abundes en la mente
con tu fuego temprano…

Ese boom ensangrentado,
cuya codicia y su saciedad,
sin blindaje,
emerge para acabar
y resucitar
en lo incomparable de tu aliento…

A través del negro de mi vestido,
conduces un céfiro brillante
y siento su claridad, tocándome,
testigo y cómplice,
de tenerme…

Grita su solemne sermón,
golpeando en oro su oleaje;
estrellando tu carne en mi carne,
haciéndonos resbalar
a través de su amparo pasajero;
la fugacidad resulta ser un sorbo
que trae impregnado el sabor de un silencio
que se afana en perfumarme del éxtasis,
ración de naturaleza
que carga mi carga de energía
y tus letras derramadas dentro mío
desafían la quietud venidera,
tras aquel horizonte sin fin
al que me expongo de nuevo…

Interferencia

Los colores de este paisaje acústico,
ondean el aire;
golpean y rebotan,
hasta hallarme
en tu cauce interior;
convertida en aroma y sabor,
matiz de agrado,
incandescencia;
ese susurro que, en tu lengua,
logra hacerla efervescer
en un clímax catártico,
vómito,
orgasmo,
fluido testimonial…

Tengo la certeza de hallarme
sumida en tu arrebato;
rehén,
de tu frecuencia,
sintonizándola a través del sagrado dial
que me coloca de frente,
alineándome con tu cósmico patrón…

Pareces sostener, con cuidado,
toda mi atención,
porque eres todo lo que veo;
me sacas de lo convencional;
me llevas completa
a la completa perdición
y me das más
de todo
de un modo incomprensible
y comprendo lo que soy…

Solícita

De ti vengo y a ti me dirijo;
sólo me quedo;
te elijo
y, quedamente, se revela el designio
de las sombras enterradas
entre tu lengua y su agravio;
soltado, en la carne, su atavío,
como un plasma de luz
que descubre los senderos del reparto,
escrito en rojo,
sobre los suelos abisales de mi alma…

Ruedo por el borde de tu hechizo,
aprendiz de mí misma;
me hundo en el laberinto ardiente,
custodiado por tu dragón de agua,
hasta que ignoro el rumbo
de su atropello…

Sólo me entregas la llave,
cuando descubro el acceso
que me lleva
ante esta enorme atracción
en términos de fascinación y magia;
entre sorbos y mordiscos,
como un tumulto de prismas y embalses,
sujetando el placer de la locura pasajera,
mientras la razón equilibra su baraja
al borde del enigma,
sin lograr establecer sus bloques abusivos
ante el aleteo de una larva
y la eclosión de la sorpresa…

Huella Mineral

En cuanto apareces,
me buscas
y me expongo;
no ignoro el hecho
de que, en cierto modo,
conjuras mi cautiverio…

Te crece de la lengua
un arrebato;
un fuego plateado
que, desde luego,
revela la arritmia,
goteando de mi propia alma,
piedra o el metal precioso
fundido en el crisol de tu mirar…

Gravito su brillante palabra;
doy vueltas a tu alrededor
sólo para escucharte irradiar
ese encanto natural,
imperecedero,
con el que vives,
desafiando la arquitectura
que me soporta…

Inmarcesible,
el tacto carmesí de tu misterio,
me confiesa superada
por esta sensación de ingerirte
para bien o para mal
con la locura
de dejarme morir, luego…

Suprastral

Me deslizo por pentagramas
interdimensionales
con el magnético flujo del éter,
cuyas resonancias
de luz y fuego,
manan de las fuentes
que ponen fin al suplicio
de las errantes soledades…

Estás temblando;
tomándote de mi lado transitorio,
circulando mis sistemas,
impelido por el antes,
en pos del retoño…

De tu lengua surge el precepto
que surte el éxtasis
planetario
y su potencial catástrofe,
tejiéndose con hilos de cristal,
alrededor de mi mente…

Me mantienes al filo del vórtice,
rasgando sucesos;
saltando del goce al vicio
radioactivo,
entre conductas inconstantes…

La tregua que impartes,
como un castigo ejemplar
al tender un puente de ideas,
exulta, con tranquilidad,
las arcas de ensueño,
y me muestras
pertenecer a ese lugar…

Promisorio

La clara pupila de la noche
y ese aire tan tuyo
que invoca el caos,
es un lienzo conectivo
que engarza lo que siento
a tu encanto envidiable…

Un fuego de dos,
dejándose arder,
como la vibración energética materializada
que vivencia el puñal de terciopelo
con el que puedo
detectar la fórmula de tu magia,
preñando las aguas esotéricas;
filtrándose,
para colgarme del pecho
una rima resuelta
y vengas a leerla,
lamiendo su plegaria…

Radiografía de todo aquello
que nos deja ver
cómo mi empeño se declara
coleccionista de suspiros,
lirico y onírico,
frenético y fonético
con un lenguaje que atraviesa
todo las paredes…

Resquicio del universo
para una nueva e impoluta
secuencia;
vaivén aprendiéndome
desde la última sesión
hasta una nueva…

Pasional

Captar tu atracción,
burbuja de encanto estrambótico,
me inspira tanto;
fulminarla con la flagrancia
de un estoque de fulgor,
asesinando la distancia
que acepta de ti,
un trago de insolencia,
mientras se manifiesta la imagen física
en la que se desangran mis labios
y todos mis lunares…

Si supieras que te ama la noche;
que su vibra íntegra
se reserva para originar el rebote
que sostiene tu sueño en el mío,
periódicamente…

Te destacas,
no hay quien se resista
a la invertida iridiscencia de tu verdad,
cuyo tacto de agua ciega,
nacido de la interferencia
con la cual infiero
tu sensualidad,
va tejiendo con mi lengua
la consistencia del relámpago…

Levantarme de ti;
sudar el primer halo de conexión
entre chispas de agua;
columpiar partículas de excitación
en sucesión infinita,
me hace llenar la abulia de otra sensación,
moldeando los riesgos colaterales
con la receta idónea del señalamiento…

Y que me cubra tu satisfacción,
mientras se deleitan actitud y enfoque
en el repiqueteo de un sube y baja,
principal ventaja de este acople…

 

Cariz de Ambrosía

Me acuerdas de que,
por sobretodo, soy,
mientras se ajusta mi piel
a tu paso
y sonrío también,
porque sonríe tu boca
en mis labios…

Vergel de inspiración,
me endulzas
con esa calidez
con la que dejas derretirse,
en la tuya, mi lengua,
provocando la inundación
de este instante cautivo
que brama silencio…

Y concentro su aullido
en la cumbre de los sueños,
sin bullicio que arruine
la extrema delicadeza
con la que desciendo al sitio
donde dejamos de ser dos,
con el firme convencimiento
de fundirnos
en la misma condición…

Acabose

Descubres mi fragilidad;
mi punto y talón;
vulneras mis muros
con tal facilidad
que me rompo,
cuando tus dedos excitantes
rozan mi palpitar…

Y es que siempre te soy
cristal ardiente;
hoja de fuego,
escribiéndose;
agujereando el vacío espacial;
sangrando
con el ávido órgano
que desnuda tus sentidos…

Me ocupo de
incinerar la sombra;
provocar la experiencia inmersiva
para desfogar los deseos
y consumirlos en tu boca…

Como de tu silencio
y exaspero;
arranco con el ímpetu de atravesarte;
atar tus aguas a mi cauce
y que se extienda
a través de la noche,
todo el amor que nos sabe,
venciendo dimensiones…

Me atraes incansable;
tu ráfaga feroz me hace demudar
la bestia más gentil;
despertar a la diosa de cimas doradas
con estas locas ganas
de fermentar en ti…

Empática

Con prontitud,
percibo los cambios del aire,
cuando lo atraviesas
y me deshago;
me abro a su ademán eléctrico…

Ecléctica
y, a la intemperie, mi voz,
va remontando tu magnetismo
y luego,
apoderándose de la explotación primorosa
del figurado derrotismo
donde crecen mis rosas más azules…

Sacerdotisa o musa,
la cura balsámica de tu saliva,
enciendo la tarde con azahares;
convenzo al pleito inusual
para que, cuando te arrope
esta célula impar,
convoque el empuje
que va a rescatar el coraje
de mojarte las hojas
con una visión esférica
y, al cruzar el umbral,
la luz flameante,
girando en verticales,
haga tambalear la duda
con innumerables peripecias…

Gracia Molecular

Me imaginas,
batiendo tu lengua;
haciendo gala de un maridaje
que, sin especular,
acierta amalgamar las peculiaridades
de cada uno…

Me incorporas a tu esencia
y transmuto bajo tu presión incomparable,
emulsión de polvo y gas,
etéreo gel,
dulzura que gotea sin más metáfora
que la chispa;
perla de agua, colgando de tu piel,
bondad del cosmos,
cremosidad instintiva…

Súper rico extraer lo espontáneo
de tu paladar cosmopolita;
airear su fuego escarchado,
mientras conservo, en mi boca,
el sabor de tu alma
convertida
en espuma flotante,
saboreada por la completa seducción
de formar parte de todo desquicio
y quedar inmersa en un trago de ensoñación,
sólo contigo…

Verbo Zodiacal

Me mueves contra tu lengua,
moldeando mis formas,
creándome de nuevo;
conduciendo ese vehículo demencial,
vitral de antojos,
cuya salpicadura se comporta,
como una poesía orgánica
de proporciones…

Se rinde mi corazón y mi mente,
sin opciones;
me haces redactar
la teoría de la exogénesis,
al deshacerme ante tus ojos
y refundar la semántica,
sin cuestionar
su arrollador desempeño…

Traga el médano mi pisada,
orientada hacia el hondo precipicio
del hemisferio
que ve caer el sol de mi alma
hacia el principio de nuevo…

Balbuceo Sísmico

Afanosa,
te ambiciono,
como el bocado al apetito;
mantienes en vilo este antojo,
hasta que te asombras
de su efecto dramático
al despojarte de ti mismo,
como la melodía de los árboles
en las notas de sus hojas,
surcando suelos precarios;
rindiéndose a la drástica entropía;
seña del ímpetu,
soltando el oro
sobre la piel delgada del aire,
compartiendo sabiduría
con su propio cuerpo;
despegándose la tierra de los pasos
en un poético arqueo,
de superficies explosivas
en un paréntesis de siglos…

Alcanzada por tu tacto
y con su leve roce,
logras inducirme al trance,
sutil empuje,
rompimiento
y ya me veo radiando;
esculpiendo la fragancia de la noche;
acordonando mi figura en tu lengua…

Y me salvan tus ojos,
a corazón abierto,
invitándome
a inaugurar la temporada de sonrisas;
a naufragar frente a escenas maravillosas
de alteridad
y tensión seductora
para, luego, soltarme de mí misma…

Rotaciones Escandalosas

Celebro el hecho
de que el silencio y la luz se propaguen,
proliferándose en el campo espacial
que nos concierne,
enarbolando sus colores y sonidos
con esa fértil vibración
que consagra el alcance de lo perenne…

Y me temo que,
caído de mí,
su arsenal consensuado,
logra transparentar el ardid de la vanguardia,
donde la simetría esconde su metamorfosis
y, sin disminuir,
tu nombre serenata,
consigue reunir, alrededor, cada palabra
para darnos significado…

Tu voz resplandece
entre notas electrónicas,
capturando toda forma de expresión
con sus preliminares
agasajos de envío
que hacen eco entre ambos…

Montamos mil dunas astrales
y mis ojos de escalpelo
intervienen los escalofríos
y sus candencias afiladas proveen
tan poética la sensación
que define tu instinto
con calces de espejo…

Un tanque de humos fluorescentes
se vuelca,
emborrachando el aire
entre pétalos cargados de sol,
destilando
el hechizo más grande
en un círculo de amor…

Espionaje Sobrenatural

La luz que pende
de la punta del diamante,
ejecuta el oro afilado
que traspasa, por completo,
mi atmósfera;
con veloz movimiento,
me la quito,
para colorearte
la alegría de las alas abiertas
de una mariposa…

A diario,
recreo el sentimiento
y traslado su sed y convulsión
hasta tus ojos;
te mojo de su condición vulnerable,
hablando, apenas,
para hundirme, por completo,
bajo la tímida reacción de tu semblante…

Como un farol
y su gentil balbuceo,
mi lengua se involucra
con el atisbo que oculta tu toque
y la tónica de subversión
con la que me desborda,
tratando de contenerla,
mientras se sale la noche
de tanto silencio…

Te visto de mis aguas morenas;
te baño de mi piel
y desperdicio palabras,
mutilando la sombra,
que mengua bajo tu apremio…

Salvo tu percepción
con lo irregular del camino
al tragarme el horizonte
y hundir mis dedos en la otra dimensión
que me funde contigo…

Imprudencias

Te adivino
en la respuesta de la noche
y ese toque tan peculiar
de contradecir la lógica,
sin acobardarse;
tu lengua y su esfera pentagonal
itinerante,
me nombra
y resuenas en todo lo que soy…

El discurso de tu corazón
son palabras para el bronce;
un friso para esa escala plateada,
por donde se encarama
mi esencia;
la escultura musical para tus engarces de luz
que afloran,
como una notación
y se alzan sobre la materia,
mientras persisto en la fuga milagrosa
sobre los ojos de un cometa…

En tu garganta y tímpano
siembro,
con incisivo enterramiento,
este ánimo de aspirar desenvolver
el vértigo sonoro
y empalmarte un extracto de mi cosmos
para que palmo a palmo
tantees el acantilado;
un palmo de lo que soy
mientras suena, alcalino, el arrobo…

Escarbo la actitud de las frases
que aterrizan, sin advertencia,
para disolverse en tus labios…

Eres
factor de cambio;
aditivo en la ecuación secreta
que le da asco de la razón;
mi más preciado tesoro;
mi total fascinación…

Misceláneo

Al margen de sentir lo que siento,
pulverizando fragmentos,
te medito;
escucho el acto impredecible
que enmudece el alma,
sirviéndose de tu silencio
para romper, en mi lengua,
un secreto de piel…

Tremendo prestigio
el caer a tus pies;
aproximarme al sitio,
donde llevas a cabo tu crimen,
tan perfecto al conectar la esfera
donde te toco,
memorizando tus tatuajes…

Nada sobrio, el culmen, se exhibe;
se relame los labios
del arduo y confuso instante
en un relieve de horas difuminadas
y, acorde a ti,
me hago acorde del festín
en la líquida ruptura
que aguarda
para saber lo incurable
de saberte portar,
adaptándome a tu figura
y abarcar el lado opuesto,
hasta llenarme de toda tu humanidad…

Vínculo Avizor

Dotas a mi mente
de tu tacto sublime
al seducirme con tu mirar;
espantas toda forma de evasión
y el intercambio
consigue la espontaneidad de lo diferente…

Extraes
la androginia de la muerte;
le sacas filo a mi voz
y soy fuego y agua de una misma fuente;
floto y desciendo,
como puente,
más bien acueducto,
mientras salivo en tu sorpresa…

Con un sólo toque tuyo me desbordo,
como principio activo
sobre los fondos visuales
que nos amparan …

El mundo después de tu lengua,
colapsa;
se reduce a tu propia versión
e insiste en asediarme,
aún cuando me tienes
la mayor parte del silencio,
porque te traigo aprehendido
desde antes;
desde siempre…