Conticinio

Me propongo penetrar tu lengua;
ahogarte de lo que soy;
hacerte notar que me atraes,
tocando mis violines
en conciertos aleatorios,
cuya variable te ubique tan cerca
que te seleccione mi voz
y su aire pasional…

Me enamora tu personalidad;
tu modo tan diferente
que el deleite me importuna
tras descubrirme en tus palabras;
sintiéndome tan tuya…

Esta necesidad de mostrarte lo que siento;
lo que me pasa con sólo pensarte,
es tan fuerte
que me concentro en cocinar estrellas;
servirme de tu atención,
sin omitir nada,
como felicidad que traspasa,
arrebatándome la sensatez…

Mereces conocer todo el amor
que me contiene;
degustarlo
y que me lleves contigo,
mientras me lees y después…

Química Controversial

Apenas pulsas el equilibrio,
irradias el curso de un dilema
de luces inquebrantables;
un envite que me reta;
némesis
que me pide sostenerle un breve instante…

Estragos, causando torbellinos,
manando de la tierra,
como un sustractivo embeleso;
temblor que me anega, toda;
que me toca, libre, la lengua
con sus rayos cristalinos…

Poderme desplegar en el sitio
en el que nos mezclamos,
me vuelve mensajera del silencio;
sostenedora de la proeza airosa
de desaprender
y, ebrios,
compilar las rectas para ondular
el cortocircuito
que desata, lo incontenible del eterno renacer…

Mamparas Infalibles

Tus madrugadas se me han tatuado en el tímpano;
sus cumbres verbales me han roto el pecho,
despertando un vil suspiro,
liberando un pájaro dorado,
cuyo aleteo viene lloviendo mis pasos;
presa de tus ojos,
su viaje me ha mostrado
las horas sin relojes;
la tinta del alma,
escribiéndomelo todo en la memoria…

Juntas lo impredecible;
me haces vibrar, contigo, cada noche,
en ese ir y venir de la belleza
y su sabiduría cósmica…

De repente me perturba mirarme a lo lejos,
favorecida,
ínfima;
encajando en el mosaico de tu silencio,
el latido feroz de lo que está vivo…

Me sigues mostrando la metamorfosis
de este rumbo infranqueable,
tenaz;
y cuando suena el atardecer,
logro mejorar mi aullido;
bálsamo melancólico
de una sensible arquitectura,
que articula el examen de lo somos,
todo infinito…

Cortesía del Silencio

Se me revela el aleteo de tu alma,
cuando me apegas a su asombro
y enloquecen los dilemas fundamentales,
mientras consigues la controversia,
que insta una atmósfera de plata,
el hábitat de los cometas
y qué bello rondarte;
estamparme en tus mapas gravitatorios…

Es que te destilan mis poros;
estás en mi piel,
en mi alma,
en mi cabeza;
se han abierto las puertas del balcón de mi guarida
que irradia transgresiones mentales
y has caído directo a su catálogo de espuma…

Darte de comer con hambre,
me aventura a sembrarme en tu avidez;
morder las facultades
con las que me quitas el suelo
para experimentar tu creación desde lo alto
y tirito;
un cosquilleo pegajoso me emociona;
sublimación que asoma con acrisolado guiño…

Y ya me competes;
me reproduzco en tus ojos;
resueno contigo
y mutuales burbujas de luz
se encumbran por encima de la noche
en exorbitante delirio…

Emergencia

Se encumbra mi alma
al juntar la punta de los dedos,
detenernos
y sincronizar el fulgor pulsante
de tenernos;
trenzarme con tu trayectoria;
envenenarte de mi canto…

Me acurrucas en el dulzor de la tarde
al avistar los sueños escarpados;
habilidad de modular poesía,
precipitándonos…

Lo bello se transforma en verso,
jalea lumínica,
corriente de claridad
que crece con la intensidad
de las mareas pensantes;
roscas, soltando el vapor
de la revuelta;
mágica distorsión
en los subsuelos de la carne…

Los planos sensitivos se desbordan,
vehementes
e intensifica la apertura
de lo que me hace tanto bien…

Te cubro de mi abismo;
de todas mis sales ardientes;
te atomizo la cordura
y puedo ver,
que perpetúas el instante,
infinitamente…

Imbatible

Independiente del ánimo,
sopeso cristales y abismos
y se espesan mis manos en la niebla,
hasta que tu perfume mineral
se hace faro para mi espíritu…

Tu lengua es un relámpago
que se retuerce en mis palabras,
como un látigo sagrado…

Y, electrificada,
sonrío en los paraísos del tiempo;
los verticales nacimientos
me acomodan en sus vertientes
y el nadir recoge las ruinas
de una celeste incidencia…

Me vuelvo copiosa entre tus dedos,
excitación, vomitando sus raíces estelares…

Eres el lienzo que se abre
y se apodera de mis maniobras caligráficas;
acuarelas cuánticas,
cuyos trazos se petrifican
ante la maciza revelación
que se acrecienta cuando me tocas;
almidón de pericias orgásmicas
que, sólo tú, me provocas…

Epígrafe Sagrado

Abres la boca
y te abundan los enlaces celestiales;
la métrica de la creación se divulga,
incansable, en tu retórica,
mientras sigo la ruta contradictoria,
tan humana,
lamiendo el placer
de conectarme a tu espontaneidad;
visión del espíritu…

Me miras y no resisto
caminar por el borde de tu panorámica;
tenderme en ese lecho de plata
con la ilusión, brotando;
siendo avistada por tu silencio más puro…

Tan ameno cobijarme en tus labios;
la luz invertida me quema, suave;
me tatúa tu interlunio…

Me has escrito el corazón con tu saliva,
“Quédate conmigo, alma bonita”, reza,
comiendo incandescencias;
flor suculenta de este sentimiento,
latiendo de por vida…

Atracción Indomable

Me tiene tu noche,
desatando las cuerdas
que arquean las dimensiones;
agitándose sobre mi cabeza
un fragor tendencioso…

Veo el tiempo romperse ante mis ojos;
el espacio irrumpiéndome
con siluetas nuevas
y la articulación mágica
de lo opuesto de los polos…

Se entusiasma tu efervescente poder,
abriendo una grieta bajo mis pies
por donde se deslizan las letras
que forman tu nombre…

Mis papeles atractivos van por tu lengua
que se marea al roce,
mientras tus zonas piramidales
levantan monumentos
que aceleran el pulso del silencio…

Y se cuelan los vapores de mi tacto,
mientras sonríe la melodía,
aferrando
el fulgor electrizante;
el vivaz equilibrio,
de tu carne y mi carne…

Pregón del Hambre

El mar me mira
convulso,
insoportable;
me facilita sus prolongaciones,
tubulares espejismos
que desplazan mis sueños hasta tu boca
y te me estrellas en el pecho
poderoso;
son tus ojos
máculas de agua
que me absorben la orilla calamitosa…

Le arranco un pedazo al infinito
para saborearlo
y durante este bocado,
alucinógeno crucial,
me fulminas;
el ras de la vida
me mueve hasta tu lengua,
cremosa
y reverbero;
aglutinas el plateado mineral
y, nutrida de tu sensualidad,
puedo percibir
que me vas probando;
te vas apropiando de mis embrujos,
alquímica mordedura…

Las palabras se vuelven desliz,
cubriendo tu cuerpo;
alevosa incidencia;
locura…

La luz se me sale por los poros
y voy tocándolo todo, con euforia;
manchándolo de amor,
como una tormenta sensorial
que procura la dosis exacta de silencio;
elongación que explora
todos los extremos
y, aún musitada la pátina de sal,
no sobran las formas sutiles;
escarcha derritiéndose;
fundiéndome a tu piel de mar…

Furor Inmersivo

Un reflejo en canon;
lo indeterminado, volviéndose
compulsiva recreación del origen del universo,
me hunde en tus ojos…

Tu impulso temprano,
vibratorio,
se dispersa en todas mis direcciones;
me adquieres y dominas;
fulgor boscoso
que se vuelve símbolo de mi noche;
de la exposición musical
de mi esencia…

Mis movimientos van maravillándose;
les has deslumbrado,
desde el principio;
les inunda tu cósmica emanación,
provocador de mi lengua…

Te cuento la anomalía del desconcierto,
singularidad que asoma y determina
lo espontáneo;
te enseño a leer mi anonimato;
la dulzura que me acumula,
como fenómeno natural
que reparto,
surgiendo de tu propia sincronía…

Heredad

Sé que te gusta cuando mi lengua
te implica en su desborde inefable;
cuando me convierto en devenir
y me reservo a tu contacto universal,
acoplándome…

Elevas, al cénit, mi existencia;
presionas el aire;
te veo atravesándome
y, de a poco, abrir
los corrales de mi mente…

Se que te gusta que te toque y ronronee;
sentir que disfruto tu compañía
y me sabe bien declararme así;
que me sepas colgada de ti;
aparcada en tu carisma…

Hay en tu manera, un ángel
y me apuntas
a la morfología de tu silencio,
cuando me besas y transformas,
en instante de magia,
toda interlocución…

Eres pliego sostenido de dulzura;
partitura levitante
y, sin apremio,
aplacas los sonidos hostiles
que pretenden arrebatarte mi corazón…

Futuros Instantáneos

Estoy cierta
de que hoy se combina tu luz y mi alma,
porque sueltan mis palmas
estigmas de clarividencias;
futuros por hacerse pasado
y le explico a tu mundo la ultravisión,
mientras, contentos, aplauden los astros
por esta conexión inefable
entre tú y yo…

No me hables de lo que no nos abraza el instante,
si ya me tienes en tus manos;
siente cómo me muevo en tu interior;
el gesto propicio ya se hizo carne
con unísona ejecución…

Y aún pintas proyecciones,
mientras respiras el paisaje de mi lengua
donde te evaporas;
ebrias mis aguas de tu silueta
te quitan la sombra;
me quitas la espera;
revolucionas mis fuentes reveladas,
testimonios de esta ostensible inmersión…

Estás conmigo
mimético, rozando la vanguardia
superpuesto,
inmaterial y completo
en sagrada proporción…

Retumbos

Todo el esplendor de la noche
se posa en tu silencio
y retengo su tacto en mis esbozos;
como un lienzo de cristal,
acortando la brecha con tus ojos;
ascua y brillo;
espiga de fuego,
nutriendo el salto mortal al infinito…

Incierta, me acoplo al trayecto
que contrarresta la penumbra;
sepulcros de sal que acumulan
los mejores recovecos…

Te fabrico escenarios que me aseguran
un lugar en tu pecho;
un suceso invariable,
a partir del cual, dejo que te repitas…

Me oyes flotar;
tengo los ritmos inyectados de tu aire;
despiste que genera en cada tramo
la intacta cercanía…

En concreto, la causa, de toda sorpresa,
la convención orgásmica
atendida por tus manos
y el invisible movimiento de tu lengua…

Filamentos Mágicos

De repente accionas tu lengua,
ululando sobre la levedad de lo que soy;
casi imperceptible,
su potencia me enciende
y caigo, profunda,
en un encantamiento
que me provoca compartirme,
desesperadamente…

Eres droga inclemente,
dotándome de la inusual habilidad
de contemplarte la voz…

Colgados de un cromatismo obsesivo,
los míos,
viciados por tus ojos,
viralizan el instante demencial
de la alucinación;
distorsión, hilando
la inflexión del intelecto…

Hollados mis tragos silentes
por esa copa de luz
que embiste la mentalidad divina
elevada a la luna;
comida pura que le das a mi alma…

Me acomodo lo trágico,
ante la crisis de tu aliento,
abarcándome;
tu psique,
aprendiéndome desde el primer instante…

Me encuentro nadando en intenciones;
sumergida en las maniobras
insistentes
que propone tu osadía;
te improviso un suspiro corpóreo
y, de improviso,
te disuelves en mi saliva…

Desfiles Cuánticos

Tu luz gorgotea;
me baña, piadosa,
dejándose correr por mis ríos neuronales…

A rebosar se hallan mis dedos,
babeantes de la cinética
de un beat insuperable,
tragándose la prosa del alma…

Desertando las sombras,
se atrincheran;
tu incentivo les gobierna
y, desde el aleteo de mis luciérnagas,
el silencio se dispara…

Te ciernes
como la aurora;
voz cósmica
que derrama su collage centelleante
sobre la tierra;
es el timbre de tu lengua
ambición,
capricho,
locura inmejorable…

Qué necesaria se me hace esta protesta;
exigirle a tus iris el brillo;
la fonética degustación de tu carne,
síntesis mineral…

Y, aquí, sin apatía,
confiarte este amor,
holgado de una claridad
que arde, en simultáneo,
con la momentánea manifestación de totalidad
que experimento a tu lado…

 

Ceremonial

Supera la velocidad del donde y el cuándo
un algo, saliéndose por tus ojos,
miel de verdad;
luz que me encuentra
y te señala,
como acérrimo defensor de la magia…

Está escrito en el aire
el arrojo con el que me bañas de gracia,
contorsionista del silencio
y me muevo a tu ritmo;
el maullido de mi piel nace
en la división que le provocan al cuello
tus colmillos;
entreabierto
respira el trance;
nada, en mí, la chispa blanca
y, sin la agonía de reverberar,
debo atravesar la tonalidad que me agrede;
despertar el sonido traslúcido de la carne…

Sé hacerte confesar,
a más no poder
que brilla, vibra y muere,
para volver a nacerme en la lengua,
el gesto bravo de tu aliento,
pues se me concede, sin disimulo,
quebrando lo cierto,
abriéndome los paraísos de saturno…

Impetuoso II

Y me fijas a tus ojos;
a la línea que te inhala,
mientras la blanca rima se adhiere
a esta mezcla expansiva
ante la ruptura del paradigma,
como párrafo de luz…

Me confieres la infinitud
de la pirueta del macrocosmos,
apoderándote de mi corazón oscuro;
separando lo concreto del pálpito;
lo superficial de lo más puro…

Me desconcierta tanta maestría
y se agitan mis nervios
ante ese idioma gestual,
cuya unanimidad de circunstancias,
halla el acomodo sincronizado
de los cuerpos,
magnitud que nos sumerge
en un espacio único,
concebido desde el silencio;
de la ruta oceánica,
sin reticencias…

Las cordeles de mi alma
en las tuyas conectan el ombligo de todo,
unicidad obscena
que nos desnuda, hasta lo más hondo…

Maleficio

Un absoluto desvelo va bajando por mi espalda,
mientras la aguja sideral entierra su paso
cuando me define tu enfoque;
me vuelvo llama viva;
lo mejor de tu noche;
fenomenal escapismo hacia lo eterno…

A punta de estrellas y nebulosas,
te dono mi ritmo
y tú, extranjero en mi universo,
trepidas
y a punto de tocarte con esta extraña forma
que tomo, disímil,
apunto todo en tu lengua
y fluyo;
lo sensual me lanza a tus ojos
con una estampida de tinta;
vuelo de luz en tu dirección;
nido de poesía…

Te incorporo
cuando naces de mis labios,
incorpóreo;
me ocupo de tu encanto
y la orgánica nos abre un cupo
en la arquería del silencio…

Te bebo y fumo;
te pido, nigromante,
para llevar
y, bajo un dosel de líquidos diamantes,
nos abrasa el crisol del tiempo,
mientras converjo con tu manual de conjuros,
como encarnado sortilegio…

 

Gravosa

Te soplo el ímpetu en la boca,
efectiva,
hasta fundirme a tu lengua;
hueso, vértebra, oscilación,
exhaustiva;
esa especie de ardor punzante;
carga y penetración;
rubor metálico,
aireando el descontrol de la luz descubierta;
frenetismo…

Sabiduría, latiendo;
un complot a favor del unísono;
zarpa de cristal
incrustada en la frecuencia
de un manto irrestricto
que me adecúa al contorno de tu silencio,
donde se completa la trigonometría singular,
evacuándose lo disuasorio…

Me cubre el brío naciente de tu sensualidad,
fruto del tumulto;
ecuánime propulsión
que reverbera sus crónicas acústicas
sobre mis puntos de agua…

Me llevas al siguiente nivel;
me empujas a la vez diferente;
secreto de oro que compartimos,
eternamente,
como lujuria sináptica…

Germen Nebuloso

Miles de partículas, chocando,
iridiscentes,
atravesando las magnitudes espaciales;
desprendiéndose de su sitio
para sembrarme tus destellos…

Veo moverse las dunas del tiempo;
atravesar mi camino
y, entre los cables,
desatarse las tormentas;
chispear los equilibrios, hasta el colapso…

Cierro los ojos
y fija, el timón, tu rumbo
y me sitúo en lo más alto de una torre;
un ventanal repleto del que siembra
en clave solar;
azotes de una noche transversal,
cuyo azogue arrastra la luz a tu vera;
soy tu hechicera;
la interferencia que amolda tu rigidez residual;
te llevo al lugar de mis predicciones;
te doy lecciones de furor,
dejando circular un relámpago psicodélico…

Me esparzo, como aguacero
y crecen las zonas parpadeantes
en el hábito de tus palabras;
enciendo los ángulos
con mis transparencias,
hasta abrir accesos que libren tus haces…

Tengo una lengua de agua
rodante
para escribirte en el alma
la zozobra;
soy tu parte favorita
y puedo leer lo que no escribes,
porque siembras en mis venas tus esporas,
y floreces en las nuevas versiones
de mis jardines…

Imanes Sonoros

Hundo mi lengua en tu potestad noctívaga
que parece no disiparse,
pasión insoportable,
que recolecta mi calor
con la prominencia de su perspectiva;
cargas mis cuánticos arsenales;
dinamo de luces
que emancipan espectáculos,
trepada en tu carne….

Mi voz cantante te asegura
un terrible despliegue de amor
que hace, de mí, un secreto a voces;
poderosa confidencia,
gritada a viva voz
que atestigua la caída del imperio de lo prohibido;
grávida distancia;
lámina magnética,
amarrando las latitudes de tu infinito…

Acuden mis ojos crepusculares
al sitio donde te posicionas,
impertérrito,
en aquella nube rosa que señala
el misterio que, inagotable, nos aferra…

Camafeo Galáctico

Habiendo crecido desde el fondo sideral,
un suave ahogo me pinta la garganta;
trago aire antes de explotar
y saborear el fin;
sangrarlo
como una puñalada de luz
que me permite reiniciar
y abarcarlo todo;
una reacción convectiva
que optimiza el movimiento apasionante
del espacio que me precede…

Puedes verme resbalar tus ojos;
perderme en las orillas del silencio;
flotar,
extraviada en tus colores;
ver que arde en mis labios
la tendencia a conquistar
los límites del universo…

Te piden mis constantes gramaticales,
destaparme entre roces,
atravesando las corrientes de tu pulso,
desbordándose,
mancomunando energías
al derrumbarse, consecutivo,
el resacoso respiro del tedio…

Nos espía la noche
y, en revuelo,
los sigilos perturban todo recurso
en su continuo decreto…

Quemadura III

Tu acento es aliciente;
color que vulnera mis propiedades;
convulsión de mis falanges;
ardor confuso que me agita
y calcina mi realidad;
me quitas el aire, el sueño, los sentidos
con tus celofanes de oro
que me envuelven con dulzura,
despojada de los atavíos sobrantes…

Dejo que me pases, sin medida;
dos arroyos apareándose
para alcanzar su infinitud;
nos descubre lo telúrico en el rastro de las piedras,
visión del naufragio;
fragata abisal desnudándonos
y aún veo el remolino de pájaros,
proliferando en el ascua compartida…

Me quedo en tus retinas
y tú en las mías;
me puede tu mirada gemela,
virtud mutante en la proyección
que nos arrastra en su nitidez;
epifanía;
fuego y coraza;
tu voz azulada decapita lo imposible
es contemplación, perspectiva, honda creación…

Consigues desbordar mi interior,
abismando la carne de mis baúles,
alimento para deidades;
invicto destilado de nocturnidad;
vorágine de licores,
arrasando la sed de la palabra exhortada…

Detenme en la expresión libre y fragante
que me mantiene llena de amor;
encandilada…

Pulsional

Me alzo y deslizo por tu claridad;
me pides desatar la caída
y deliro ante el monumento de nubes
que suaviza la impresión constante
de tu genealogía,
ingeniero de mis placeres,
me dejas fluir a través de tu tacto,
aceleradamente,
y estoy contenta de tenerte,
porque no paras de darme de ti;
ilustrar lo incorruptible;
hacerme concebir las consonancias
de la maquinaria cósmica;
existir en cada forma de vida…

Insaciable se torna mi saliva,
paladeando la palabra amplificada…

Complementarios nos adoptan las almas;
permeables a lo que no se da,
sino al filo del silencio;
conformar la sospecha de perdernos
al encontrar la luz machacando cualquier otra idea
y, frente a sus campos de aleación,
transmutar en su realidad eterna…

Leo los planetas de tus dedos
con mi piel infinita
y, sistemáticas, las trayectorias
permutan sus sentidos
y su concilio nos decreta su soberanía…

 

Quemadura II

Socorre la teoría del universo,
la energía pura que fluye de tu nombre,
apresada por la nebulosa que me vuelve incendio
cuando me miras
y, aunque nunca indemne;
jamás ausente,
el ritual de corte lascivo,
va soltando su fragor,
hecho vapor geométrico
para luego lloverme en gozo…

Es que todo me habla de ti,
tu toque merodea debajo de mi piel,
indefectible;
abre ventanas, resbalándome;
la calma resultante me vuelve armonía cuántica;
luz y sal de tus sonrisas;
vengo contigo en la vibración;
en la estación del agua,
donde te sé mi amante;
vándalo de mi eólico tren
con el que te rondo, eterna;
en la tragedia de cada amanecer y atardecer;
el viaje de mi montaña a tu mar,
principio y fin de poderme tener
borracha del deseo
que me hundes, sin tregua;
fuego añil que voy mordiendo
voraz,
como una etapa de tu aliento;
fertilidad embobada;
rasguño que me recorre la espalda
y se desboca en mis poemas…

Bola de Carisma

Te alcanzo telescópica;
me crezco ante tu influjo;
te atraigo;
te vuelves ración del cosmos;
espejo de mis sueños;
coordenadas que convergen su rumbo…

Me quieres;
me tomas;
te tengo, flotando entre mis formas,
excediendo los límites de todo
con los vendavales explosivos
que me otorgas, trepidante…

Te transformas
e, intrépido,
culminas en un ventisquero de gusto y deseo
que nos contempla derretidos,
su giro diametral,
como una brisa rizada
corre por tu desplante,
elevando el tono de mi brillo…

Te envuelvo con la pasión creativa,
activando anomalías surrealistas;
me pones en tu boca;
me sorbes;
me imbuyen tus letras suicidas…

Cortar la última llamarada,
domadura de las riendas
de mi mente;
vitral de humo multicolor;
lustre encadenado a tu lengua,
concita la desnudez indómita
y sostiene la versatilidad
del cálculo furioso que me hace
acabar en la ruta migratoria
átomo de cometa, dejando su rastro globular…

Enigmático

Todo lugar y momento
visualiza tu contacto;
imponerme en tu saliva
me vuelve seducción;
placer fluctuante
que reparto,
como muestra de luz;
sensación que se trasluce
en el instante de tu afluente cósmico,
vertebrando el metasonido
que trepa por tu piel incógnita,
recóndita
y que tirita a través de mi alma;
llueves polvo de estrellas
entre mis sábanas,
porque tenernos
hace latir el azul de todo descubrimiento;
extrema copiosidad que late embelesada…

Impacto Soluble

Tu luz se desperdiga,
avivando cada palabra
que se empecina en impregnarse
de los sonidos incendiarios que les propones;
repentina se asoma,
equiparando mi voz;
imprecando todo molde…

Desatas, las formas
que distorsionan el espacio;
lo absoluto se abstrae;
tu toque me hiere;
te toco y te atraigo…

Se exalta la pureza;
gira, en banda, el tiempo
y un pez volador aparece preparado
para matizar, en términos de dualidad,
el pulso húmedo de la vida;
mi hibridez anfibia entre tus labios…

Puedo poner el punto azul
sobre los palcos que se oxidan;
crear la fantasía que se encarna;
un reguero flameante,
hervidero del deseo
que produce un fuego vertical
y hacer chirriar las tarimas de metal,
hasta que caigan las fases
del sueño catastrófico que me introduce a tu mente…

Mis pies colgando del piso
escarban el vuelo,
descubriendo la pintoresca onomatopeya
que, a mi lado, te sorprende …

 

Tracciones Sonrientes

Tu noche se disuelve en mi boca;
le siembras trayectorias
que me llevan directo
a tus brazos;
palpas, profundo, mi silabario;
despiertas la emoción
y el parteluz de mi mente
narra
saturada y sobrenatural
esta visión de tu universo…

Me sabes perpetrar;
aventar a lo desconocido;
embriagar de tus desvelos solemnes,
habituándome a transmutar en tu lengua;
a perdurar en la arquitectura del silencio…

Me apeteces siempre,
porque te presentas como almíbar,
meciéndote en los espacios
que paladeo con intensidad;
soltando carnadas eléctricas…

Vibra, deliciosa, esta coreografía,
seducida por tu tacto de estrella…

Me das probar lo inseparable;
las danzas ambientales
que desnudan la vida;
lo cíclico
y su minuciosa perspectiva…

Sanas el mensaje inmarcesible de mi carne;
las sílabas sanguíneas,
como rubíes vegetales en los paños del tiempo,
se hacen receptores de mi sombra;
chispero de mis impulsos,
cuyos tejados de cristal
conectan la expectación del equilibrio;
monosílabo que me asegura tu presencia
con su movimiento curvilíneo…

Quebrantada

Vuelve a inclinarse la balanza
en favor de los desesperados,
con su cuota de sangre y ruptura;
de precio amargo;
acercarse la púa a la cuerda
y puntear el réquiem del silencio,
mientras mi mundo se derrumba,
al probar la estrechez del embudo
que ha decretado tu fuga violenta…

Me hago cargo de una afrenta
que me desconoce
al golpear el péndulo el lado oscuro
y mi equilibrio al parpadear,
rengueando en medio de la sombra…

Otra decepción en la opacidad que no distingo;
decoloración del vértice, el debilitamiento del cuerpo
que se quiebra en desolación;
el ruido fantasioso,
deshilachando significancias…

Devoran, mis lágrimas, el rasgo de aflicción
y, sin tener motivo, pruebo el álgido renglón
que cercena las rimas;
un borrón a destiempo…

Huérfanas, de nadie, mis palabras,
cicatrices nacientes,
prueban lo glacial del otro extremo;
errático mi canto amordazado, no crece,
sólo viene a destilar
la nube rota que desteje los instantes del crepúsculo;
el horizonte sin voz, la noche sin encanto…

Estiro en vano el cordón de luz,
aquietado, hasta secarse el músculo;
inútil torniquete;
dónde estás que me desangro…