sábado, 26 de febrero de 2022

Mamparas Infalibles

Tus madrugadas se me han tatuado en el tímpano;
sus cumbres verbales me han roto el pecho,
despertando un vil suspiro,
liberando un pájaro dorado,
cuyo aleteo viene lloviendo mis pasos;
presa de tus ojos,
su viaje me ha mostrado
las horas sin relojes;
la tinta del alma,
escribiéndomelo todo en la memoria…

Juntas lo impredecible;
me haces vibrar, contigo, cada noche,
en ese ir y venir de la belleza
y su sabiduría cósmica…

De repente me perturba mirarme a lo lejos,
favorecida,
ínfima;
encajando en el mosaico de tu silencio,
el latido feroz de lo que está vivo…

Me sigues mostrando la metamorfosis
de este rumbo infranqueable,
tenaz;
y cuando suena el atardecer,
logro mejorar mi aullido;
bálsamo melancólico
de una sensible arquitectura,
que articula el examen de lo somos,
todo infinito…

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