Sé que te gusta cuando mi lengua
te implica en su desborde inefable;
cuando me convierto en devenir
y me reservo a tu contacto universal,
acoplándome…
Elevas, al cénit, mi existencia;
presionas el aire;
te veo atravesándome
y, de a poco, abrir
los corrales de mi mente…
Se que te gusta que te toque y ronronee;
sentir que disfruto tu compañía
y me sabe bien declararme así;
que me sepas colgada de ti;
aparcada en tu carisma…
Hay en tu manera, un ángel
y me apuntas
a la morfología de tu silencio,
cuando me besas y transformas,
en instante de magia,
toda interlocución…
Eres pliego sostenido de dulzura;
partitura levitante
y, sin apremio,
aplacas los sonidos hostiles
que pretenden arrebatarte mi corazón…
No hay comentarios:
Publicar un comentario