avivando cada palabra
que se empecina en impregnarse
de los sonidos incendiarios que les propones;
repentina se asoma,
equiparando mi voz;
imprecando todo molde…
Desatas, las formas
que distorsionan el espacio;
lo absoluto se abstrae;
tu toque me hiere;
te toco y te atraigo…
Se exalta la pureza;
gira, en banda, el tiempo
y un pez volador aparece preparado
para matizar, en términos de dualidad,
el pulso húmedo de la vida;
mi hibridez anfibia entre tus labios…
Puedo poner el punto azul
sobre los palcos que se oxidan;
crear la fantasía que se encarna;
un reguero flameante,
hervidero del deseo
que produce un fuego vertical
y hacer chirriar las tarimas de metal,
hasta que caigan las fases
del sueño catastrófico que me introduce a tu mente…
Mis pies colgando del piso
escarban el vuelo,
descubriendo la pintoresca onomatopeya
que, a mi lado, te sorprende …
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