Luz Tormentosa

Amo sostener tu mirada,
su brillo desesperado,
recogido del silencio...

Me sumerge en sensaciones impensadas
para luego soltarme a tus brazos
y remontar, 
como espiga al viento,
erguida
en peligro de libertad,
cuando ejerce atracción
la huella;
el símbolo;
la mera construcción del gozo...

Pacificas el ansia
y encuentro
el equilibrio multilateral;
la correspondencia
y su estampa sedosa...

Tus ojos
reúnen mis aguas 
con su banco de estrellas 
y reluce el horizonte de sucesos,
enmarcando lo inevitable
de su huella transgresora...

Muda Imperante II

Irresistible desprenderse
de la vestidura ajena,
pirueta y desmogue,
con motivo de la incrustación 
del privilegio solemne 
que comporta
desperezar el cambio;
reverdecer,
cuando penetras,
como un raudal de imponencia
y ruge el espanto
hasta la humedad más honda...

Me entusiasma caer 
en la imaginería de tu lengua,
hacedor de los sueños 
de mi noche...

En la atmósfera,
ceñida de espejos
y, entre paisajes resplandecientes,
arriesgarme a ventilar,
periódicamente,
como un vendaval,
mis propias fantasías...

Repartirme
por tus huellas digitales,
hasta parir el lenguaje
sensorial
que recrea los antojos del alma
y cuyos paisajes ineludibles
fulminan las distancias
de lo que vendrá...

Debate

Dejas en claro

que trae un capricho tu lengua,

lo detalla el argumento

que va tejiéndose

desde donde yace el brío de su rebeldía primordial...

Lo que sale,

al decirlo a los cuatro vientos,

sin quererlo callar,

es la fuerza que domina 

para estrellarme con ella

y llenarla de un sabor sugestivo,

inverosímil,

volcándose sobre

la disposición que se agita

a través de mi cuerpo,

buscando 

rodearme,

tenderme una trampa,

herirme,

acabarme

y, desbordante de blancura,

desplegar la proyección

masiva,

explicándome que es un poco mía,

también,

la suspensión en curso...

Hacerte sentir

el convencimiento deleitoso

de su espesor,

dejándolo visto en el discurso

que quema mis labios,

cuando los somete,

con tesón,

a su presumible agravio...

Yuxtaposición

Se superpone 
lo que encarna la resolución
del problema y la incógnita;
la manifestación física
que se adhiere 
a la película del tacto
y prolonga, delicadamente,
tus manos sobre la curva
desde donde desato 
tu intervención gravosa...

Despiertan
la velocidad del aire en mi piel
tus labios;
la corrección postural
le sonríe al desafío
que va integrando tu lengua sin freno...

Engarzas el movimiento
que te place,
dulce hostigamiento,
en la ergonomía que adapta
tu resplandor abominable
con la correspondencia
de un beso...

Jardín Onírico

La vastedad del silencio
arrecia la escena trepidante
cuando apareces,
enredando el aire en agonía;
haciendo contacto 
con la piel de lo propio
que procede,
desafiándolo a empinarse
sobre su reflejo...

Huelo la fantasia,
la saboreo,
irrazonable,
modelo el deseo
que predomina,
exigiendo dejarse escapar
libre,
fascinantemente cruel,
por los pliegues de la sombra...

A través de un juego silencioso,
las formas siguen,
mudando trazos
sin desistir en acoplarse 
a la glosa centelleante
que aflora desde tu boca
y revolotea
en el centro de la noche,
haciendo vibrar cada parte,
dentro y fuera,
siniestro,
catástrofe
que me invita a equilibrar
con los labios
los suelos acústicos
e insistir en fijar el orden 
de prioridades 
que hace converger,
con la multiversion,
la racha placentera de tu lengua...

Poetica bestial,
el brillo del amanecer
que puebla tus ojos,
etéreo carillón,
rizo de sol y miel,
pasando a acelerar
su estado de trance metamórfico...

Duelo Blanco

Flotan
remotos capullos en ámbar
con el ascua en el ceño
y el filón amordazado;
fósiles, radiando gestos
tardíos del alma;
arenas que se mueven
en la opacidad movediza
y, difusas, resbalan,
engullendo cadáveres
que se han quedado en el eco de mis manos;
de tantas posibilidades
que no se hallan, sino en la parte
que siempre asoma sin masa ni forma;
sueños descontinuados,
lidiando alternancias;
arqueología del silencio;
fragancias sin sombra
de otras vidas;
de otras líneas de tiempo…

Hibris

Sé que te gusta mi lengua,

creciendo, 

exultante,

insospechada,

arrastrando el tiempo del verso vivo

que te lanzo,

mientras sacudes la insinuación

que me sueña

bajo el espléndido efecto sináptico

con el que contribuye su piel 

con motivo de tu alcance...

Tu mirada me saborea;

me hace caer 

en la red energética 

que funde calor y desenfreno,

consecuencia de tensar 

el aire, el nervio

la luz, la contorsión,

cualidad del arrebato

que lidera la seducción huracanada,

explicitación del arte 

de sostener las medidas desesperadas

y salir triunfante...

Se abstrae la habitación

cuando me acaparas

con un vigor desmesurado

que no sacia de explorarme,

su generación,

desde la novedad fluida

al explotar el delirio,

se traga tus imprudencias,

dinamismo que revienta,

como tatuajes de agua

dentro de mi boca...

Sacudo los impulsos,

brillantes de ilusion

y me doy cuenta

que siendo en ti

soy una sola,

sintiendo latir tu ser convulsionado,

flotando 

en la extensión sinfónica

de las siluetas;

en el mullido lecho de la inexactitud

que las torna perfectas...

Brújula Delirante

El mapa del silencio
insiste en señalar el instante
en que se consultan los astros
para que el contacto
que alinea sus puntos,
vaya uniendo los tonos sincronizados
que tatúan lo impensable
entre tú y yo…
 
Las voluntades
trenzan sus matices
y reconozco
que la noche es un fulgor herido,
insistente,
como la huella pétrea del agua,
marcando señales, desde lo más alto;
como su corriente,
tatuando la ruta en la tierra
hasta el azul inmensurable…

Estoicidad

Debatiéndose entre
la relevancia de habitarme la lengua
o revolcarte en mi mente,
se desliza
la ira del empeño
en su desempeño desesperado
por asfixiar la espera
que se halla, justo, saliendo
de la hondura, al percibirse,
como luz acontecida
dentro de mí y de ti…
 
Rubor del alma
esa textura que beso,
cuando nos dejamos asomar,
afines,
por la azotea del silencio
y vuelve a ocurrir,
entre días,
espaciado,
quedarme babeando
por lo todo lo que das;
por tu temple pétreo,
enredada,
tatuando la vista
de mi serenidad…
x

Experimental

Las quebradas de la sien
transigen
con el parámetro profano
que desencadena su precipitación,
permitiéndole el desvío
hacia la redondez,
mucho antes,
de que se articule el vínculo,
dejando tras de sí,
su vertiginosa peripecia
para ver surgir el circuito
después del tiempo,
la inversión de los intervalos
en intensa síntesis,
consolidando el acople
entre dos sueños…
 
Las llamas del silencio
incendiando el planeta;
girando con el sol de los temblores,
escalan tu lengua
sin refutar su ración de antojos…
 
Y, saturados de un deleite,
que sustrae mi cuerpo en un trance químico,
mis glóbulos
van envolviéndose, en los tuyos,
haciendo colapsar la realidad
en un placer exquisito,
probablemente, único…
x

Planeamiento

Apreso el sacrificio insistente
en mis carnes
y me desangro
sobre tu ara de cristal…
 
Es que planeo diseñar
un avance para la próxima temporada,
antes de atar diseño y hechura
y volverme tu manufactura estelar…
 
Si transitar el buen tacto,
me descubre lo que desconozco,
acepto probar
algo así,
como un extracto sombrío,
penumbral,
de la ocultación de un tesoro
que vas a descubrir, inevitablemente...
 
Porque, al tararear tu creatividad por mi cuello,
confieso que eres
devastador atropello del reto que abarco,
por todas partes;
componente del melódico instante
que me lleva a tu lengua…
 
Y te expongo
a mi silueta;
al exquisito sabor de lo prohibido
que me asiente,
aromático de efluvios;
salida del auxilio de tus ojos
al derivar de esa onda transparente
que me toca con la piel sagrada
de lo oculto…
x

Promesa Fusional

Reunidos,
enajenados,
en armonía demencial,
dos vientos;
dos aguas;
dos espacios,
se abarcan,
rompiendo su simetría perfecta
para conjugar su comprensión,
exagerando,
sustantivamente,
al vaciar su piel,
al mismo tiempo
que mente y corazón…
 
Se sustancian
en la mímesis
que se queda con lo propio del otro;
en la correspondencia de una catarsis de miel
que colorea su geometría,
como demostración de asombro...

Categóricamente,
repleta de hipnosis,
tu lengua impía,
va enredándome en su karma,
mientras cincelas 
tu rastro verbal en mi frente
y se encarna, 
al acontecer mi transgresión
que, indeleble, 
se monta en mi voz,
cuando me da lugar
su secreta incidencia,
lastimando las palabras...

Paulatinas,
pero ininterrumpidas,
deslumbran la piedad
y comete traición la carne
al permitir,
resplandeciente,
abolir el desatino de descartarlas…

Agua de Estrellas

Subida en tu estela dorsal,
sin poder parar
de ceñirla a mi embeleso,
caigo en la tentación
de enviarte un mensaje
a través del silencio…
 
Tu vuelo pronunciado
desgarra mis ojos
al pasar, veloz,
entre lo real y lo imaginario,
creando el puente de plata
que me llueve tu imponencia,
despojándome del mundo…
 
El curso de mi lengua se desangra
de acaramelar el significado
en la extinción del melodrama,
delirio saturnal
de hallarme demasiado cerca
de estamparme sobre tu noche,
cuando me quitas el sueño,
lujurioso
y lo atrapa tu red cristalina
para hacer desfilar mi piel por tu roce
de manera clandestina…
x

Chispa Integral

La ocurrencia se desata,
como una horda de pétalos,
desperdigándose
en rebelión fluorescente…
 
Me palpa tu doble azul,
demencial,
diligente,
encendiéndome hasta el alma;
extendiendo tu lenguaje de agua
para alcanzarme los labios,
rociando mi despertar;
llenándolo de tus sonidos orgánicos,
hasta consagrar el florecimiento,
mientras bordeas el recodo
en el que te traigo en mente
para aterrizar en tu cuerpo…
 
Un espacio armónico va
labrándose en los hilos del viento,
como un acorde parlante
en paralelo y equidistancia;
difundiendo el ímpetu indeleble
que te ampara,
cuando veo trotar magnitudes diales,
avanzando en el misterio
de sintonizar las psicofonías
que manan de cada parte del universo…
 
Y llueve, el movimiento, su tenacidad,
asistiendo a la serenata de fuego
que colma cada gesto
en un ritual secreto
que me circunda de claridad…

Gala de Simbiontes

La magia que te sueña,
memoriza las palabras
que te llevan en presente hasta mi boca…
 
Te mira, vibrante;
te adora
y aguarda el acoplamiento
hasta que sea que manes del aire,
serpenteando dimensiones…
 
Transporta la huella metálica
que tatúa los túneles por donde
dejas que venga
la sincronía;
el vértigo del gesto 
que hace tiritar lo que decidas
que nos toque…
 
Me trae a tu lado el éxtasis
de un desafío incuestionable,
mecánica que me aproxima
al encandilamiento de los sentidos…
 
Y estoy contigo,
amando lo que nunca pensaste;
tan ilógicamente,
surgiendo del futuro;
abandonando el rumbo planeado
para enseñarle tu hallazgo
sobresaliente
y, fuera de lo consciente,
este nuevo mundo…

Avocada

Tu genialidad me provoca
arrojarme contra tu lengua
y beberla,
mientras grabas
la lírica incorregible en el aire
que va respirando
tu inspiración…
 
Me coquetea tu divina seducción,
insidiendo en mi voluntad
que sigue,
tirando de lo que creo adecuado
para despertar del letargo
y asirte la curiosidad…
 
Mi piel es más que mi cuerpo,
ración de luz familiar;
escepticismo de lo que crees entender;
prolongación de la energía sensual,
siguiendo pistas;
uniendo prendas
para estar girando en la solución
que da respuesta a cada acertijo
y acaba llevándome a la meta
sólo por repetirme el camino...

Inmersión Afrodisíaca

Un cuerpo entrando en otro,
transverso,
flotando en la equivalencia,
se consolida
y, al ir desvaneciéndose
en la fricción ardiente,
va graduando un estado de fusión
que propicia el encanto gemelo…
 
Y es que sabes apreciar
que en ti devengo
capullo de seda,
botón de estrella,
compuesto de una euforia
en aros de luz ensimismada,
inflorescente…
 
Argullo una iridiscencia
en derretimiento;
reverberación,
dejándose escapar desde una onda en el agua
para seguir guiando lo que está
mudándose a tu lengua
para beberse tus destellos
o comerlos
bajo hipnosis o desquicio;
abarcando su alborada
a orillas de una noche de súplica…
 
Y te descifran las paredes
siempre escribiéndole a eso
que ocultas
a la vista de lo intrínseco…
 
Coexistir se hace totalidad
del parpadeo insoportable
que nos sabe,
informando;
cartografiando lo efímero
en el suelo níveo de la eternidad…
x

Tu Parecer

Qué ingenuidad la de mi nube,
soportar la luz alucinógena
que difundes
sin darte ni cuenta,
plagada de la abnegación
que desemboca en la complicidad
que no piensa,
sino en la fuente experiencial
con la que te estás asiendo
de mi mente y lengua…
 
Es mi voz,
notación infalible;
esporación,
que brama sobre las planicies de tu silencio
para sembrarlo, con esmero,
de la paranoia del vicio…
 
Y, en las veredas de tu tacto,
acudir,
sin otra pretensión
que probar el sabor inusitado
de lo atrevido…
x

Valerosa

Me disuelvo en tu piel de agua,
empapada por lo que eres,
y, mientras me miras,
lenta, la aguja, se desliza,
desprotegida
ante tu delirante persecución…
 
Pendo
detrás de lo imaginado
y avanzo la utopía
en cueros;
soplo heroico que atiende
la transición hacia la genuina travesía
de la fragilidad que se expone,
como baluarte de sacrificio;
diamante en celo,
apareciendo de improviso
en el escenario eterno de la noche…
 
Y es que llega,
de todas partes, tu coraje 
y me arqueo, escrita en tu estilo…
 
Respiro la sensación que irrumpe
la fibra sutil y me estremezco…
 
Inundan mi cerebro
tus juegos mentales
que van acertando
en pos del idilio
que crece en el salvajismo
de hallar el placer
en un abrir y cerrar de espejos,
bajo el atuendo del pasado
en su más crítico revés…
x

Precipitado

Con el elogio,
insinuándose,
como una racha imperceptible
que ocultas tan bien
y con la que me escoges,
distinguiendo el interés por arrojarse
sobre lo que desconoce tu efecto…
 
Te veo,
flotando a ras de mi piel,
con el cielo en los ojos
y, colisionando, con mis labios,
el rezo con tu nombre…
 
Eres estruendo,
versando, sin aditivos,
todos mis colores,
mientras mi lengua estalla en símbolos 
hasta que se calla la sombra
y puedo ver
que reconoces que coincido
con tu apetencia…
 
No obstante, a cuestas,
logro calibrar la interrogante,
haciéndose
carne, mi atrevimiento;
impulso irrefrenable,
para darnos lo que a ti y a mí
nos deleita los silencios…

Alfa Rubí

La fuerza del disfrute
que le obsequias
a cada uno de mis átomos,
dispone un estado de arrobo
que comporta
el resultado de su eficiencia,
como ducha alcalina
que recorre hasta mis partes más secretas…
 
Es que me miras a través
y, sin opción de evitarlo,
estás,
complicando domesticar las palabras
que se escurren,
después de variar el modo
de revelar sólo el ápice
que retiene en mi lengua
todo lo demás…
 
Me significa controlar
los huecos escarmentados
por la fascinación del deseo autónomo
con el que alcanzas tu fin…
 
Tu edén relampagueante
y mi flor sanguínea,
se deleitan en la peripecia
de expandir sus testimonios,
sin equiparar el núcleo
que convierte en privilegio
hacerme presa de tu abuso,
repentina convergencia de mentes;
insistencia que reparte obstinación
en su versión fugitiva,
no obstante, reincidente...