Fragores de la Tierra

Chocan los vértigos
que anudan las entrañas;
hierven,
dejando escapar,
en sorprendente oscilación,
su sangre de agua y fuego…

En su palpitar de burbujas,
cuenta de los sueños que trae consigo;
los cristales infinitos de su oscuridad…

El canto petrifica un sol subterráneo;
prende al ápice, su torrente de brillos
y se abre, como un tesoro,
dejándome maravillar
con sus arpegios diamantinos…

Deslizamiento

Se bate la luz a orillas de tu encanto,
mientras coloreas los silencios:
la inclinación de sus desbordes,
como himnos oceánicos,
arrojan sus anzuelos,
recogiendo el arrebato de mi sombra…

A ti me apego y flotan señales que abordo
para adentrarme en tu geometría de hiedra…

La noche enhebra
en el ojo de tus anillos, su continente
y me dejo absorber por tus relieves
con el vértigo brotado de fervores…

Las acuarelas sujetan
ese desliz de lumbres que te recorre;
modelan mi paladar para hacerme probar
la sofisticación que recopilan
y a medida de que me entrometo
en su cadencia,
aparecen los lienzos de espuma,
colosos que empujan el alma
y rezuman su pincelada poética…

Rúnico

El azar flotante se enrosca al viento
y saltan las expectativas
con su murmullo espeso de arena y cristales;
la letra naciente termina posándose
entre los pétalos del mundo,
mientras cuelgan de los ojos los deseos
que aparecen, inadvertidos,
como huella carnosa…

Cabe el preludio de una profecía…

Se estimula el auténtico tañido del impulso
e inyectados los músculos,
tras la sentencia que exhorta la voluntad,
prueban la porfía del siguiente paso…

El silencio hace brotar el universo,
impregnándolo todo de su juicio,
dejando en la lengua un sabor insospechado;
el ámbito que sentencia lo desconocido…

Fulgor

Ese hervor punzante
que atraviesa los espejos,
me descubre tus iris;
el vuelo de altura que te alcanza,
mientras el respiro se contrae
y saboreas el puente sónico de lo imposible…

Emites deslumbrantes bocanadas;
sustraes la voz de lo que se enreda en tus ojos;
te haces devorador de sombras
y se viste de gloria y gracia
tu hiedra de cristal…

Incorpóreo, me seduces
para luego encarnar el diluvio del silencio,
mordiendo el ansia de unos labios
que se hacen prolongación de tu noche;
cántaro de su misterio…

Tacto Recíproco

Me avanzan tus silencios;
percibo el sondeo elegante de su pupila;
la vorágine que enciende entre tus dedos
la maniobra persuasiva…

Me asombra y fascina
la versatilidad que te consagra;
sabes prevalecer, como claridad en el agua;
en plena armonía con su curso…

El pulso adecuado que desatas,
balancea los arcos de la luna;
su música se estira hasta mis labios
y confluimos con la verdad más pura
en un naufragio de pieles…

Repletos y espigados
se van forjando los suspiros;
sus estructuras dinámicas nos conceden
escabullirnos del tiempo
y desplazar, al centro del infinito,
la fusión de nuestros seres…

Renacimiento

Como el anochecer al sueño del día,
se acomoda a tus ojos,
la redondez absoluta que ilumina tus renglones;
su prolongación simultánea en mi saliva
hace arder hasta mi sombra…

Y es que rueda,
azul abajo,
tu relámpago pulsátil,
encandilándome toda,
haciéndome desvanecer…

Al roce de tu sed,
me trago al universo de un sorbo
y en mi boca se queda tu noche interminable,
en un estremecer en el que refulgen las sujeciones…

En metamórficas sesiones se sustancian los suspiros,
como espejos advertidos por la luz...

De tu silencio al infinito,
una ruptura me atraviesa;
y nazco de nuevo,
librando el asombro de mi alma;
el despertar de los sentidos;
su genuina plenitud…