miércoles, 15 de julio de 2020

Frecuencia Gemela

Tras diluir el crepúsculo
en la crujiente y festiva hoguera de nuestras sombras,
se insinúa el ingobernable trance del relámpago…

Nos embebe la noche
y, recreada en la piel inexistente de los años;
imbuida de tu tacto,
me engarzo a la pulpa lunar
para alzar la copa de tu apetito…

Descifro el código poético
que hace de tu lengua un portal de profecías
y me abro espacio en tu silencio,
inquiriendo el estallido…

Sepulta, toda huella de distancia
y hundida en el nocturno prisma del infinito,
me reparto en las líneas de tus manos,
desgarrando los sellos del tiempo…

Se hacen agua mis destellos
y me contemplo
adicta a tu reverberante frecuencia;
profesa de tu irreverencia insumisa…

Todo el vapor de mi suero mineral
te alcanza con urgencia
y los colores aclaran la panorámica del aire
que, burbujeante, se hace núcleo de nuestra melodía…

Aguzado el instinto,
oigo brotar el sonrojo trepidante de los astros,
alineados en los puntos angulares
de la expansión de nuestros cuerpos suicidas…

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