Como un remanso de estrellas
en el valle del silencio,
haces que florezca en mi frente
una paz multicolor;
el pulso naciente de una visión
que me embriaga
y cristaliza en su centro
la concorde sinestesia de las almas…
Resplandece mi sombra;
brota del aire un fino aroma
que me respinga la piel;
un milagro en la penumbra,
cuyo dulzor me marca el sabio trayecto
a tus orillas…
El núcleo fulgente de tu ser
gira en tu lengua y me sostengo,
absuelta de los márgenes;
desplegada,
como una ola suicida
que en un remolino de espuma
vuelca su sangre en la arena;
mariposa cerúlea
que descansa en tu furtiva huella…
No hay comentarios:
Publicar un comentario