Dinámica Exploratoria

Sacudida por tus imanes;
volcada en el infierno
que me sabe conectada
a este lío formidable que eres,
discurro y reverbero,
herida del cielo,
sangrando luz;
catártica,
para leerte en un poema,
como un sueño divino
y despertar delante de tu silueta,
mientras me vuelves a tocar
para, estando juntos,
provocar una estelar estallido…
 
La mentira
entera la realidad;
establece ritmos que hacen tiritar
toda sensación impía
y, sin esconderme,
me muevo por el fuego terroso de tu lengua,
sin vacilaciones,
bravía y embriagadora,
haciendo alusiones a palmera o bambú,
moviéndome por tu azul de poeta…
 
Y lo acaricio,
como el preámbulo a tu física incursión,
porque siempre retornas,
con la órbita rítmica y tortuosa
de un cometa…

Soberbio

Floto en las alturas de tu lengua,
donde encuentro prohibido el declive;
donde declina la vanidad
soltar su rango avasallador,
aspersión de tus fotones;
sensualidad divina,

extrema desnudez
que reviste mi piel
para hacerte sentir lo que siento
con un toque
de su absoluta desfachatez…

Iracundo

Te me impones,
rabioso
y amaso en mi pecho
un calor incomparable;
un soplo enajenado
que se sale por todas partes
y te sabe,
destrozando lo insepulto;
iracundo,
mordiendo tu propia humanidad
con mi silencio,
mientras agoto el sentido
y rasgo el espacio
para que nos trague
la dimensión del desastre
con la naturalidad
que, a cada instante, posibilito…

Avaricioso

Me quitas,
tacaño
de mi propia carne;
lo entierras todo
en tus dominios;
la necesidad de acapararme
me trae despavorida
y ni te inmutas;
me abarcas
y no consigo desprenderme de tu obcecación
soy sustancia absolutamente
apetecida
por tu ambición…

Perezoso

Dejar de hacer
por dejar de ser lo incorrecto,
corrompe
y el rio comatoso
absorbe el letargo de tu lengua,
cuyo estado de ánimo no mejora,
sino hasta que, lentamente,
me arrojo a tu boca
y anido el breve instante
en que mengua el convencimiento
de la imposibilidad,
para batirme en tu aire
y arremeter sin tregua
la acción que espera
hacernos testimonio vivo
de la eternidad…

Guloso

Oculto el morbo
que agrede, sin piedad, la sensatez,
engordando esta necedad
de exponer mi dieta,
rica en tus ojos,
como la ida y vuelta,
escandalosa,
de mi corazón hambriento,
devorando del tuyo,
siempre apetitoso;
embebido
de una riqueza que descontrola
esta sensación de saciedad
que no agoto…

Lujuriante

Bailo detrás de las cortinas del silencio
que pospone la mortal emboscada;
trasluz donde
conjugo elegancia y lluvia,
ahogada de tus formas encantadas,
luminosas
que me acarician
para beberse el fuego y la locura
a carnales bocados,
sorbiendo de mi mano
el néctar de la luna,
pasión que te escoge,
repetidamente,
como su amante
a lengua desnuda…

Envidiable

Me elevo
por encima de lo que ves
y te toca lo mejor;
te inspiro;
me tienes toda para ti
y todo el mundo se enfoca
en poder distinguir
cómo al asirte
a lo que sé desde el principio
y fundirte 

a esa misteriosa pulsación,
te he dado tanto de mi…

Furores Capitales

Tu facilidad
para llevar, mis ojos, a la tortura
impera
y se abre paso la necesidad
de que el futuro nos aprenda,
desde ahora…
 
Esta luz de pétalos ardientes,
aromatiza cada rincón del universo,
mientras su vaho, en suspensión,
me tiene admirándote…
 
Me vuelves loca
y no creo poder manejar
esta carga sensual
a la que accedo,
mientras me engulle el fruto
de tu secretismo;
la insinuación hace trizas el silencio
y me envía señales,
salvajemente,
al límite del deseo…
 
Esta ley astral
está impidiéndome limpiar este desastre
que traigo dentro
y sólo puedo mimar la virginidad
del exceso de tu noche en mi cabeza;
la agonía de arrastrar,
al vórtice de tu lengua,
mi apetito
y urdir el tropiezo capital
que va a vernos sucumbir
en nosotros mismos…

Coloquio Ultraverbal

Al mirarme,
se entabla un dialogo poético
entre los torrentes
que derraman, de los mundos,
su exhortación…

Le notificas a mi voz
tu santo y seña
y, al asirme a la cadena
de luces y acertijos,
incisivo,
tejo un remolino de agua,
trasluciendo, entero,
el fulgor que argumenta
deberme a tu abrazo;
ese envoltorio ardiente,
desenfundando tus dominios,
como asedio y golpe
de tu sed de naufragio…

Muerdes el pedazo de mí
que tanto deseas
y, en plena gracia,
me llevas contigo a la noche
en el que el orgasmo de tu lengua febril,
se desata…