Acantilar

Incurrirse,
al compás del regocijo;
arrojarse al hondo aposento sideral,
donando una especie de trance o delirio
a los cuerpos,
ante la condenación más osada…

La inteligencia emocional
suelta las sombras
y, al apartar su paso, floto
sin más piel que la sensación a flor del alma…

A tiempo para descubrir que no se agota el impulso,
me ahogo en tu lengua
y siento aparearse el guiño y el sol,
como si tratara de insinuarse tu propia conciencia…

Me abres
y hurgas entera,
y el fervor excita las silabas
que forman la palabra
que me estremece
y, en quiebre,
envuelta en ámbar,
me vuelvo
tesoro histórico que me aglutina en tu mente;
extenuación del ímpetu;
memoria del corazón sincero,
que resguarda la relevancia en tus ojos…

Es tan fuerte tu efecto,
como la absenta,
que va hundiendo su estocada de acidez
en la garganta;
haciéndome perder la noción de la realidad
de la que me apartas del todo…

Y te da gusto que me lo dé
y gustas, también,
la sabrosa coincidencia que se declara
en el reparo adecuado entre decir o no decir
y sólo precipita lo que surte el efecto
que no espera dar razón para seducir,
sino que va tatuar, ahora, el ayer
en ti y en mi…

Después

Me arrecia la púrpura espiral
que despliegas con tu lengua
sobre lo que te apetece,
envolviendo lo que gira
en otros colores,
alejándome de la trivial condescendencia…

Pones en mi boca,
tu droga favorita
la más eficaz y adictiva
y una sobredosis de su magia,
valiéndose
de un léxico acaramelado,
me alecciona,
como la locura del carrusel
ante una mirada estática…

Trepadora de tu psique,
te adopto,
como
siembra y sendero,
cosecha intelectual,
que estampa los calificativos
y despiertan la obsolescencia del verbo
que había abandonado el desafío
de activar el acto…

Proliferan mis versos por tu culpa
y el objetivo del derrocamiento de tu influencia
se torna inadmisible;
saborear la pulpa de tu mente,
compensa la perseverancia
en cruda disposición,
porque, aunque, sin saberlo,
demuestras el merecimiento
del mejor delirio que me desnuda la voz
con la agilidad del abanico,
que va encontrando la posición más efectiva…

Toco el desliz entre los rastros
que despistan las turbulencias reveladoras,
dejando claro para el resto
que todas las posturas se proyectan
como el porcentaje ciego
que sólo a ti te colabora…

Efemérides

Una impecable secuencia cronológica
me recopila bajo tu amparo;
un compendio
que exhibe las certezas
de que atentas contra mi silencio,
desde el génesis del cosmos,
hasta estos días,
alertando al radar
que detecta la interferencia
ante el desconocimiento de lo próximo…
 
Reconfiguras,
a ciegas,
la línea tambaleante
que descubre tu propósito,
como la pesadumbre del tiempo;
la hilera impelida por la turbulencia
que se aquieta ante tu lascivia,
engendrando nuevos episodios solares…
 
La resonancia es suelo fractal,
aventurándose
en el rompimiento del más allá,
como el deslumbre de lo intransferible
en una serie
que armoniza su estado original,
arqueando colores;
botándome del molde de lo lineal…
 
Perlar los registros que exhiben
la luz marcada;
el gesto enamorado
que musitas
cuando te hundes en la curvatura de mis labios
y me conduces por toda tu superficie
en pétrea calma…
 
Sucinta acabo por penetrar
el túnel del tiempo;
terminar lo comenzado
convertida en pinar y océano...

Megalírica

Incrédulo,
tildas todo hallazgo,
como atisbo;
repites que me traes entre manos,
asentado en las proporciones astrales
que aguantan la inmortalidad
y el destino…
 
Desentierras la pulsión primaria del ojal
que utilizas sin medida
para arropar la emoción palpable
en los perímetros de un tiempo
que difiere con la realidad…
 
Grumo magnético,
que entraña el paso de las constelaciones,
sincronizando geometrías diversas
de planetas y soles;
que guardan las huellas
de todos los buscadores de brillos…
 
Montículos ceremoniales,
musitan el traspaso de las almas
por las cámaras de la noche,
como pictogramas encarnados
en las moles
que señala las eras tempranas del infinito…
 
Pináculos evocativos
que desgranan un tributo de eternidad,
mientras la llave espiritual
vuelve a considerar,
como portal,
el monolito,
trayendo la historia,
como simulaciones incontables,
que me alojan en calidad de testigo….