Nudista

Mimada
por el largo descontrol
que te tiene
agarrado al deseo de asirte a mis áreas privadas,
canalizando el verbo
en sus procesos esenciales,
avanzo la orgánica de los fluidos
que te traen a mi boca,
saboreando lo que tocas,
estremecido…

Volteas con tu lengua
mi pudor
al hurtarme mi vestido de cristal
y untármelo con la desnudez infinita
que me incita
a morder la conmoción,
sudando sal,
mientras las mareas baten sus orillas,
haciendo flotar el vapor del alma
más arriba,
cuando explota la carne,
desprovista de la sombra
y moja sus alas
en el cénit que las hace aparecer,
exhalando un angelical aroma…

Misterio Acústico II

Te aduce la irreverencia
de la caída, en picado,
sobre mis campos melómanos,
permeados por la simpatía
que te brota del silencio…

Eso otro,
ese algo más
con el que rozas los ambientes
aquí adentro,
me seduce con su onda sensitiva
y, entre el agua y la sed,
se conduce sola por mi electricidad…

Tu marcha blanca,
imbuida de arrojo;
metida en la extensión geométrica
que traspasa el horizonte,
va,
recolectando, de cada arista,
el azul sonriente;
bebiendo de mis ojos
lo que inspecciona el extravío
en tus mágicos rincones…

Acurrucarme, en tu sombra,
comiendo de tus suspiros
es lo que persigo sin evitarlo
y me disipo
al oír la pasión de la tormenta
en la punta de tus versos;
serenata electrizante,
acomodada
en mi cerebro,
en mi corazón,
en mis dedos y lengua…

Delirio Imperturbable

Desde tus cúspides abiertas,
traes el cielo en alboroto;
desciendes de la nube
y tu lengua fosforece,
zahorí…

Me desviste tu aliento electromagnético
hasta hundir su majestad en mis ojos
que es suficiente
para que me descubras sensitiva,
mientras te sostienen la electricidad los dedos
y voy cayendo en ellos
flameante,
como una pluma del ave renacida;
brillante como lluvia oscura,
ardiendo hasta la raíz…

Y la luna,
creciendo en la hondura platinada de tu boca;
dejando, en ti, mi descarga;
usando palabras
que no te soportan;
creando lugares, como tiempos,
sin escatimar en su tranversalidad sincrónica…

Arena y Mercurio

Tu más alto estándar,
me tiene en alta estima
y, a la altura del asombro,
imperando;
actuando a favor de esta delicia,
se deja ver el brillo
de cada movimiento
con el que te toco los ojos,
plagados de palabras furtivas,
nacidas de las fuentes amorosas
que despierto…

Me embriago de tu aire,
salvaje,
libertino
y haces que me pierda
tu bosque de espejos,
mientras la noche se evapora
y me convierte en la asesina
de un crimen perfecto…

Códigos Telepáticos

Quedan la flor y la estrella,
ventilando su música operante;
exuberancia,
encaramándome a tu frecuencia;
cuidando de mí;
abriéndome a la salvedad
de escuchar latir tu naturaleza,
afilando la canción
a través de la cual
tu penetración pulsátil
traspasa la integridad de mi lengua…

Mareándome sin fin
y enviándome tu mensaje santo,
no me dejas escapar
y dialogo con tu tentativa correcta
de rimar saberes,
atormentando mi alcance…

Te oigo mover el aire,
como un lírico panal,
cuyo empalague me intoxica,
vocalizando el resplandor ilegible
por afiliarse a la mismidad,
incluida en la significación
que abraza y resiste,
imbuida del trance indefinidamente…

Y la virtud
que se devora lo que somos,
nos concede el éxtasis corpóreo,
metamorfo,
amarre que se adecua al encuadre
que siempre consigue la sensibilidad del nosotros…

De Súbito y Estrépito

Predicha por lo improbable,
persevero,
porque ha de bastar tu esencia
misteriosa
para devastar lo que pondera
la dificultad
de tu compulsión ventanosa…

Me excedo,
cuando alcanzo la pertinencia
y salgo de tu perspicacia
por lo que me das,
lanzándote la atracción flotante
que ha de cosernos la lengua
a la perplejidad más dulce…

Me precipitas,
blandiendo el verso;
privilegiando el riego sagrado,
cuyo filo, ejercido,
como daga
se introduce
en el aquí del ahora
para desatar los pasos del viajante
y su consecuencia insospechada…

Sé que adoras
desplazarte por mi pecho;
circundarme el arrebato
y abatir el enlace
con tu empuje vocal
que reconcilia los alientos…

Entre tantos abreycierra,
la estabilidad se emborracha
y es que tu terciopelo escarlata
agota la presunción
que muerdo
mientras la saboreas, sangrando,
como un enjambre de estupores,
librando los bordes de lo incierto…

Ducto Transpersonal

Tienes la ventaja;
retumbo en tu mente,
argéntea
y nazco del pliegue acústico del agua,
mientras tus dedos y tu lengua
me abrillantan,
encarnando la sensibilidad
que me sucede asociada
a tu halo mortífero…

Puedes verme crecer
desde el filamento ardiente,
a través de lo que alcanza
el rincón más sombrío;
tenacidad de la que pende
esta lágrima dorada
en la noche del silencio;
Ilustración
que corre el peligro de alimentar tu rebeldía
y sus ríos magnéticos,
goteando la desazón
por lo incombustible de su tonalidad revolucionaria,
inmersa en los fuegos
que desperdigan
el delirante malabar de tu mirada…

Emergencia III

Mi piel se agazapa en tu boca,
mientras soporta la insistencia,
en su empeño de sentir la lengua irisar,
cuando recoges, suave,
lo que estoy diciendo…

Resbalo su patina
densa y caliente
y me transformo en su ámbito sensorial;
dos bordes,
desembocándose,
tras la generación de un sondeo,
pleno de profundidad;
fuerza atractiva que ejerce,
provocante,
la dinámica espacial
que seduce el placer de urdirse
en el aparecer del otro…

Se exhibe la gravedad,
hurtando los campos semánticos
y, desde la nueva perspectiva del símbolo,
aúno el prestigio eximio
de que seas tú
polaridad infinita de mi fuerte;
devoción que procuro
para seguir siendo tuya;
intemperie
a punta de luz,
sincronía al máximo…

Te unes a mi esfera inaterable
que te escribe en mi cuerpo
intacto,
mientras me leo
y releo
y vibro,
cuando me diriges tu ración
abundante de positivos presagios…

Joya Prístina

Es, tu silo atmosférico,
la trampa que me acumula;
la prosperidad,
articulando su encadenamiento
en la travesía de dos pieles
hacia la implicación;
itinerándose;
invadiéndose el deseo,
logrando replicarlo,
alimentando una mixtura de matices
para conservarse en renuevo…

Tras los estándares idos,
escondida y manifiesta;
iniciadora del boceto
que te interroga,
logro persuadirte en la respuesta
que te consagra aperitivo suficiente…

Tu facilidad para tocar
que no cesa,
como luz salvaje,
va abriéndose paso,
más adentro de la oscuridad…

Acrobacia eficiente en la caída,
gravedad del péndulo,
involucramiento
con el que instigo el tránsito simbólico
que te decodifica en mi lengua…

Remezo el agua de tus ojos
ante la propagación
de tu piel por mi carne
y te hago gritar con mi atropello,
mientras me asiste el dopaje del éxtasis
que antepone el origen severo
de lo intransmisible
y su tormento…

Nube Espiral

Te hace invisible la noche
que remontas
al elevarte y asirte a su misterio…

Y yo,
equilibrándome en tu boca,
balancín de diamantes
que se mira a través del lenguaje
al que me amoldo,
mientras salto por la ladera del sueño
para
sumergirme en lo más hondo
de las zonas acuáticas
que guardan la gravedad absorbida
por el hartazgo de destellos
que dispones
en el punto crucial
de este desastre de proporciones
que me deparas;
configuración que suele
crear visiones
y deslizar la bruma galáctica,
fecundando el brillo;
como el reservorio astral
donde te recopilo…