De tus Delicias

Me dejas pasear
por las vitrinas de tu alma
y me sabes peligro puro,
muerto de hambre,
despejando la acústica
de un caleidoscopio
que no para…

Te subo a un loop dopamínico,
tras deleitarme con tus ojos
y acomodarte, en secreto,
entre mis costillas…

Eres un capricho de luz glaseada
que saboreo con mi lengua
harta de saliva
y yo, un leño de porfía, ardiendo,
derritiéndose,
como el manjar
al calor de tus labios…

Es un piso franco, la noche,
escondiendo la aventura alfabética
que nos confiesa
que hay suicidios golosos
en la óptica del candor,
mientras sigues brillando,
como un paraíso terreno,
contándome que me amas tanto, como yo…

Bestial

Tu salvaje sinuosidad
va arrancándome
el asombro;
el disfraz,
deslizándose por unos dedos, sin prisa,
sobre la anatomía de un suspiro…

Puedo
saborear el magnífico efecto de flotar;
sangrar su anomalía
con el pulso insospechado
del cosquilleo
que me dejas al lamer tus ojos;
abrir los aguaceros de la mente
con la voz en círculos
y oírte con la lengua en continua vibración,
mientras mi implantas la catarsis del deseo…

Lideras la praxis de mantenerme
al borde del final;
oler las ondas peculiares,
cualificando el instante con tu búsqueda
y, en tu poder, encontrar
las sanciones de la hartazgo…

Te siento
escarbarme el silencio
con la eficacia del átomo;
meterte en mi intimidad cerebral,
arrancándome un orgasmo
al morder la amígdala
y aturdir mi manera de respirar,
internándome por un tenso y denso clímax…

 

Arte de Lumínica Resonancia

Se yergue el arco de tu alma
para mantener a salvo mi sonrisa;
inspiras al mundo
que se inmoviliza bajo la trama
magna de tu lengua
e involucras la mía
que se satura con su brebaje vocal…

Gira y sueña la noche
el lujo insospechado de notar
cómo me atas a la profecía
que nos hace coincidir
hasta el fondo…

Inmersa en tus ojos;
en su curso inextinguible,
resisto,
con el músculo mismo,
cuando alzo el puño,
blandiendo el punto de las íes
y el color de las hormigas
en discrepancia,
esclarece esta manera de seguir
despercudiendo mi ánimo
en la brisa ardiente de tu apogeo,
mientras palpas en mi pecho
el hábito de quedarme en blanco
justo frente ti…

Supersticiones

La noche invade el lento sol
y tan cercano el fin de otro giro,
me encuentra esquivando la escalera,
en una suerte de altercado
con el destino;
un desliz
que tropieza los ciclos naturales…

Está brillando en mi sangre
la oscuridad del silencio,
como el manto felino
de un color que atraviesa las calles,
desmembrando lo superficial
que se inquieta
al calcular el número cabalístico
y ver despejarse la pista,
derramando sal sobre mi lengua…

Cruzo los dedos y, en el roto espejo,
rebotan los presagios,
abriendo atajos que desconozco…

Con el desgarro de la sombra,
me auguras
y tu caricia me muestra
la forma real
del mascarón que empuja
los eternos rincones de la conciencia…

Percusión Iridiscente

Resplandece la rueda de la percepción,
dejando al descubierto
cómo te miro
y delinco,
acosando tu luz cazadora;
revolcándome en ella,
moldeando grotescos parabienes
y, en modo éxtasis,
ir a parar a tu cofre de zafiros…

Cada suspiro es una nota inescrutable
que trepa el énfasis
de un sueño equilibrista
y que difunde su vitral de riesgos,
prosperando ante el llamado de la conquista…

El paso giroscópico de tu lengua
me deja entrever
esa mota de brillo,
cuyo fragor anaeróbico
es comparable sólo,
con la convulsión de mis manos,
cuando moldeo el sonido,
integrándolo
con mi sentido melómano…

Vaho Expiatorio

Detrás de la memoria,
luce, la luz, su rastro indeleble;
el siglo que antecede
y su arado,
al esgrimir la máxima irruptora,
como un arrumaco
que me conecta con la reverberación
del lagar enternecido…

Este consumirse
no se agota;
albergar la curiosidad, tampoco,
porque permanece, efusivo, el estupor,
cincelando la genialidad
que reporta su lado amable,
impoluto
y me pregunto qué sabes
de mí;
de la rebeldía de esta causa,
cuando acudo a tu llamado…

Me suelto de lo que fui
y, artífice de mi temeridad,
te estampo estos murales evanescentes
con una severa punción de agrado..

Camino el sueño en su totalidad,
consciente de conseguir
la esfera de un nivel más alto…

Amatoria

El ejercicio de vislumbrar la premisa,
hace que mis dedos abran puentes invisibles
y los introduzca en tu mirada,
porque te entiendo
en mi espacio;
en la fuga inextinguible de mi alma
y, amotinados,
mientras las torres se desplazan
en señal de osadía,
movemos aquello
que nos mira y nos reclama…

Es un secreto del cosmos,
la seducción
del más nocturno de los azules
que rellena el cristal que nos identifica
con su mágica bohemia,
queriendo fotografiar
la ocasión de un trago infinito,
mientras me desvanezco en tu lengua…

Danzo,
hasta perturbar tu geometría
y acomodarte en la tesitura que diseña mi interior;
en la incandescencia del silencio,
entre papel y madera,
ebria de esas chispas
en el juego de pertenecer,
encendiendo en tu piel,
una hoguera de amor…

Llave Cósmica

Mi alma se confiesa,
a partir de una inflorescencia
que emana de la magia salvaje
que me reparte tu lengua,
como un pedernal sujeto al fulgor
o un insecto estelar
que liba su calor
en el germen de una nebulosa…

Cuando el agua y la sed son en tu boca,
reluce un bosque de acuarelas,
permeando mi oscuridad
y, es que eres tan poesía
que tu actividad sensorial,
me puebla,
me invita a extenderme en la melodía
de una danza de luciérnagas…

Se asienta,
sacude
y mimetiza,
en la entrega elemental,
sin más orientación
que tu mirar, brotado de insinuaciones…

Me atraes del todo
y esparces tu polvo de colores
para indicarme
desde donde brota la luz
y procrea su rastro fascinante
cada noche…

Tácticas Sensitivas II

Tu luz golpea mis átomos,
cuando me miras
y la reacción en cadena
de una fosforescencia desatada,
se registra
en la ranura que curva la anatomía de tu voz,
como una onda en el agua…

La distribución es color,
dulce entendimiento que eclosiona en mi boca;
patrón irreverente,
sujetando las destrezas del multiverso
que gira
dramático,
traumático;
haciéndole caso
al aire que me robas,
cuando
las hojas que sostienen mi árbol de sabiduría,
renuevan sus palabras
y el arrebol del alma se acurruca en tus ojos…

Es que eres tan intenso;
tan cósmico
que, ante mi completa disolución,
te cuida mi sudario de lunas,
mientras renuevas tu aparición,
consiguiendo el rapto metafórico de mi pluma…

Acuciante

Frecuentada por el ojo
de la puerta giratoria,
experimento,
en la reincidencia,
la experiencia de tus mareas sensibles,
porque, cuando te acercas,
prometedor,
como un pormenor de alcance cósmico,
no puedo rehuirte;
vas metiéndome dentro de una secuela de sombras,
como luz escurridiza,
descubriéndose libre…

Tu alma tentadora
me embiste;
me arroja sobre paisajes de regiones espectrales;
poesía de contrabando,
acomodándome el gusto
al devolverme al principio de tu noche…

Me animas a desertar del molde,
transmutando, a diario,
entre lenguas territoriales
y yo asiento,
con mi voz, tu propuesta;
con mi pecho, tu embrujo;
turbulencia que me place comprometer
para agotar los espacios
que me reúnen
con la anárquica manifestación de lo tuyo…

Fuga Constitutiva

Te das a la fuga,
conmigo;
este escape es mi deseo;
desenfundarme la sombra
en tus ojos escurridizos;
librar las mariposas
que descubren el silencio,
al caer en mi propio reflejo,
cuando, en éxtasis, me invocas
y, encima de todo,
somos
en esta noche errante…

Llamarte,
porque decir tu nombre,
equivale a
despertar la voluntad del infinito;
arrancarnos la piel mendiga
y transmutar, en alma,
esta sensación insatisfecha
que me atrae contigo
hoy y mañana…

De Vapor y Espuma

Como cuerpo de agua,
rompiendo la línea de abstracción,
enrosco una fantasía abisal
al derribar tus márgenes
y caer,
llenándote de mi emoción,
mártir en la esbeltez de mis contornos…

Sobre el deseo capital;
con la vivaz osadía del silencio,
me entero de tus ojos
y, en un eclipse esotérico
que erotiza las ondas al salirse del rumbo
e impactarse,
produzco un salto al sueño máximo…

Puedo asegurarte que lo vales todo;
eres el abrazo de la justicia,
hecha de luz sonora, deslizando
la sobredosis alcalina
que se propaga,
como el pálpito de un libro
en lengua sideral
y, que invoca la interferencia,
para moldear la figura inextinguible del brillo…

Claves Eufónicas

Se hospeda mi voz,
en el tímpano de tu alma
para alimentar el arrobo;
bailarina de tu seducción,
a petición tuya,
reproduzco el hálito del cosmos,
mientras tu piel, deidad insondable,
me indaga…

Soy el acertijo,
entre los símbolos de magia
que, tras el suspenso, se desnudan;
un sorbo,
un bocado del enigma
que me sabe en sintonía
con tu mea culpa…

Me miras y en tu lengua
convencida, me radico
y se pronuncian los milagros,
cuando dices mi nombre…

Nutres el río que soy,
yendo por tu cuerpo oceánico;
la dulzura de la medida que secuestra el goce,
mientras me retas al desborde
y, tu invocación,
entre cortinas de cristal,
me hace chocar con cada vocablo
en la húmeda cercanía del estallido…

Devastas los intersticios,
y se detiene el conteo de los relojes,
escribiéndome tus sueños en los labios;
me arrastro en ellos,
leyéndolos,
como si la vida se me fuera,
sin permiso
y la escalera de la locura,
me alcanzara sus niveles supremos…

Cíclico Ritual

Proveniente de tu cuerda,
el rocío musical
del pentagrama de la noche,
se deposita en mi alma,
como la embriaguez de las nubes
que llueven coordenadas de cristal,
insinuando que me sueñan,
conectada a una luz sanguínea,
mientras abajo se destemplan las sombras
y rugen los mecanismos del silencio…

Se alborota el nervio,
moviéndome entre dos mundos;
improvisando el paso de este juego maratónico
de moler mediocres retahílas
y, literalmente, desvestir la saliva,
realzando las crestas
que cambian el curso de las cosas…

Mi corazón ocasiona
un pleamar omnipotente,
coordinado al silbo ultrasónico
que perpetro,
mientras te oigo llamarme,
y se completa nuestro instante,
iniciando el siguiente…

Demasía

Una tras otra,
aumentan, frente a mí,
las preguntas que me dicen de ti,
lo que siento…

Volteo tu brisa resplandeciente
y respondo,
despidiendo el cosquilleo de un aroma
al hacer sonar
tu color favorito;
la luz de los girasoles,
que saborea tu tacto hipersensible…

Llanos a comparecer,
ante las fauces del cosmos,
portamos la lámpara y el brillo;
el faro terrible de la desnudez
que explora la curva en la espiral
de las mareas,
cuyo pecado capital nos incrimina…

Pescar su nado retórico,
encandilando la piel
que pinta la fabula de lo inmóvil,
despeja la incógnita
moviéndome a través de tus dedos imparables
en el ronroneo de las sombras,
diluida la apariencia…

La presión me dispara hasta tu boca
para entrar en el idioma de estrellas
y traducir ese vórtice atemporal
que nos danza en la lengua…

Ráfaga Combinada

Y cada noche,
errando sus profundidades,
descubro el aroma incomparable del azul
entre los dedos,
chispeando,
en un fértil intercambio
con tu esencia…

Embadurno
la dinámica espera
que te aplica turnos de noble escape;
la velocidad de una fantasía
que rompe la realidad sometida
y completa su ensamble
con el milagro pecaminoso
de salirme de la sombra…

Tan dulce la tiranía de tu alma,
convoca el roce adecuado;
tan suave y lapidario,
depositándolo en mi boca…

Mi piel es la sinfonía de una súplica,
cuando rompemos el suspenso
al sabernos atraídos
por un envolvente y sucesivo encanto;
pureza irradiada…

Y ya no sales de mí;
tiendes
a navegar mis espejos;
a cubrir mi lengua de tu polvo poético
y somos estrellas gravitándose,
interminablemente,
palabra por palabra,
silencio con silencio…

Estigmas Alados

El alto riesgo,
el daño y su marca,
me condenan,
desde que su galería giratoria,
exhorta la oportunidad
de abrirme a un nuevo mundo,
porque, aunque cincelada
la piedra, rutila
y sigue sosteniendo mi sombra,
mientras me dura la eternidad…

Su flujo de luz constante,
consigue que los sueños colaterales,
al perpetuarse en el silencio,
puedan atravesar
las superficies de lo que soy
y sigo siendo…

Punto Axial

Tu conducta ejerce un voraz deslizamiento
que me vuelve poema en curso;
prestigio, sacudiéndose
en medio de tus manos…

Me sabes constante hacedora de tu fuego
y, a medio camino del viento,
acaece el giro dimensional
que nos traslada, a ambos,
al instante a través del cual,
logramos asirnos…

Recopilar lo que determina
venir a ti y sucederte sin cesar
con un gesto impertinente,
es acicalar el equilibrio…

Mi piel es un rubor circular;
la fragua del espanto,
trasmutando en la punción sensitiva
al ser leída por tu singularidad;
el mareo exquisito
que exhibe el trago
del veneno y el antídoto,
como exponente piramidal…

Me desconcierta tu eficacia
y se duele mi labio;
sangra su delicioso infortunio,
mientras colaboras,
provocador,
con este coqueteo beligerante
y, como en un renuevo de aguas,
te pones al mando de su flujo…

Hago silencio y reverbero
al asentir la rendición, plegada en tu carne;
encandilando tu aliento dentro de mí,
rédito inaudito
que cuelga sin evadir la entelequia…

Pongo mi afán, suspendiéndome,
al saberme, fundida, al fin,
afín a tu alquímica lengua…

Tránsitos

Hecha del tono agresivo de la noche;
de su riguroso esplendor;
toda impregnada de brillo,
tu lengua me implora
poetizarte,
hasta exigirle al tacto, su cometido;
una ducha de algo que no se ve,
pero estremece
más allá de la carne;
la torsión pausada
de un cuerpo lumínico
que se amolda al deslizamiento de la emoción;
un tornasol,
hurgando el rincón más alejado
donde crece lo que soy,
ráfaga imponente,
curva insuperable donde bailo,
pícara,
para ti…

Habito el ámbito consciente
de consentir tu luz soterrada,
galería infinita del silencio,
dando vueltas;
agua risueña,
impulsando mis palabras…

Mapeo Inédito

Al trazar el silencio,
cartografiando la escena de tus ojos,
percibo
el grabado sustancial
de un mismo y diferente estado,
porque los trechos van dibujando esquemas
que se aseguran el propósito
de localizarme…

Te difundes,
extasiado,
en mis arenas florecidas,
cuando, en tu letra, mi nombre;
cuando, en tu voz, mi nombre;
cuando me piensas,
desprevenida y te mueves;
te expones,
al igual que tallas en mi piel,
de tu sensibilidad, el aplomo…

La emoción,
como libre promesa
de mantenerme suspirando,
socorre la válvula explosiva del alma,
rebosada de símbolos,
partiéndonos la lengua
con su bálsamo prodigioso…

Burbuja Ígnea

La profunda desnudez,
me expone ante tus ojos,
como la melodía de una centella mineral;
escarcha de cristal,
colorida,
que penetra tu avidez,
saciando la brevedad que te acicala…

Colapsa el alma;
cruje la inmensidad energética,
cavernosa,
de fuego y roca
y el rostro de la arritmia sideral,
ejecuta el simulacro de un desplome;
catapulta hasta tus manos, mi geometría
que cambia de forma;
combina sus líneas y colores,
arrastrando la tensión
de piel a piel…

Reluce mi corazón violeta,
danzando en tornasoles,
mientras le contemplas
al complacer,
con sus delicados destellos,
el carnaval de tu semblante…

Asistir al espectáculo
que expone la embestida de los pedernales,
destilando la chispa
que va a craquelar el fuselaje,
es comprender
la impresionante violencia del cosmos
en la adjudicación del milagro;
la avaricia de la carne,
dejándose fluir, frente a lo natural
y eternamente amado…

Absolución

Suspendidas en la ruta sagrada
que viola las leyes del código carnal;
con su velocidad,
tus pausas y las mías,
armonizan el mundo…

Somos pájaros de la noche,
atrapados en un sueño profundo,
coqueteando
con la posibilidad de libertad…

El rezo de una fantasía intuitiva,
dejándose llevar
al galope de sus alas,
como memoria de papel,
rellenando los espacios de un crucigrama eterno…

En las letras del mantra,
atrapada y concedida,
al perder el juicio;
con una hilera que aguanta la formación
de invencibles caricias,
puedo comprender
la fricción del universo y su tejido…

Conexión Latente

De tu cuerpo al mío,
un relámpago;
repartidos,
los silencios, caen,
como estruendos mágicos,
desbordando el vapor
que nos sale de los poros…

Me pongo con la ingravidez
y me complace la transmisión
con la que abato, de placer, tu espera;
onírico regreso, tu recepción;
el plazo de la crisálida
en su conversión energética…

Soy del mundo y de tus labios,
la pulsión onírica que atenta
contra todo letargo;
la imaginaria melodía que se sabe tus letras,
provocando un desastre cósmico,
su indulgencia
y, pecando de ilusa,
prescindo del trueno, no de ti
y te aspiro
y me inspiro,
hasta que me inundo
del merodeo sorpresivo del picaporte…

Te acato con los dedos,
me abro y te mojo de mis colores;
tu espionaje aprieta la luz
y abre la sorpresa,
como el regalo de una vigilia amorosa…

Tu piel estalla,
mientras la corteza es tallada
por un enjambre nominal;
me entierras el deseo
y sangra una golosa cadena de fervores
que saborea tu tacto;
el pacto revolucionario
que me aclara y toma el control,
mientras te miro sin hallarte,
sino aferrado a mi noche…

Portuario

Se condensan los silencios,
aferrados al vapor
que nos traslada por los estados delirantes…

Estoy sólo a un toque
hostil y delicioso
de afincarme en el sitio de tu alma…

De los líquenes que cuelgan
de tus paredes interiores,
mana la escritura de todas las noches invadidas;
se irisan los senderos de agua
que me dejan zarpar a tu conquista
y, aunque desiste la razón,
me induce a vislumbrar
la victoria de lo puro…

El hambre de mis labios
encarna en los tuyos
que se vuelcan encima de mí,
como un confuso resquicio del ahora,
embarcando el frenesí…

Irreductible

Me pido tu lengua
y te doy de mí,
sabiéndome hipnotismo;
escalando el suculento paladeo,
aún a riesgo de conferir
el menoscabo de la materia,
saboreando un alfabeto que no termino de aprender…

Me envuelves en tu papel
de quitarme las palabras de la boca
con el barullo sofisticado
que descubre tu naturaleza…

Los escotes de la luz,
se ruborizan,
porque tus ojos cósmicos
son la imprudencia
que sacude los atavíos carnales
y, como vestal de la noche,
el argumento de los senderos dialogantes
me llevan a tus brazos…

Los tirantes que sujetan las sombras,
se arrojan al gesto incendiario,
positivo para el rebalse
de los territorios inclementes;
la quema de los espasmos,
regándome tu provocación,
guía el curso arrebatado de tu mente,
desembocando en acción…

Instante de Aguas Simultáneas

En cueros los silencios,
coincidentes, se reclaman;
descubren
su otro lado;
la versión afinada
del vaivén que los anida…

Desbordadas del hallazgo,
las almas,
esparcen su líquido alboroto
ante el ensamble
que conquista el instante de la piel…

Dejo que te tomes de mi lengua
y me arriesgo a sostener
que somos el nacimiento de todo;
el mareo alado del sol…

Me muero por descubrirlo
y es que siento
que brillo;
que me siembro en pos de la oscuridad
con el ciego movimiento del tiempo;
la trampa gimnástica
que oculta, en su melodía sin final,
la infinitud que ruedo,
mientras la visión
se revuelve y aclara
al sobrepasar el gozo paralelo…

Ilimitado

Ten en cuenta que adoro perpetrar
tu laboratorio secreto;
donde tu voz
es química celeste,
fraguándose,
consiguiendo la adherencia,
como genuina expresión
que fulmina mis sensores;
gesto humeante que convierte la palabra
en descaro…

Descarto alejarme,
porque me colmas los ojos de estrellas;
me concedes lo eterno
y voy sacando de tu nombre,
la clave para quedarme la fórmula
que despierta tu energía…

La oruga del silencio,
al vibrar,
me hace palpar la esperanza reactiva,
mientras crecen
los gentiles vigores de un reto
en una ceremonia de mariposas…

Llénate de mí, no te limites;
es tu fuego telescópico,
ladrón de sombras;
el plañir inmortal de mi cosmología;
ardamos juntos,
para siempre,
mientras salpico mis símbolos
en la métrica y el álgebra,
alternando la incógnita
que me resuelve en tu lengua bendita…

Fuego Metafísico

El lugar secreto de tu silencio
me accede al mirarte;
me estás condenando,
al mismo tiempo,
a ese encanto que te acumula,
a la vez que asciende por el aire,
hasta perderme en un estado ideal…

Has llegado para despistar
cada punto de mis planos;
mis calles te conceden su convergencia
y la pila sangrante
no discrepa;
te guía directo al vistazo
que no para de mostrarme
lo bello y extraño
de fundirme a tu piel…

Todo lo que tiene que ver contigo,
me pasa;
logras activar los rincones cerebrales
que agotan cualquier impedimento
y, al apartar y acercarme tu calor,
me quemas y arrasas,
definiendo
una corriente de brillo
que se propaga por mi ser
y una la evasión que no gana,
sino su esquivo recinto
que acaba por desaparecer…

Sentencia Ineludible

Impregnado
de tu llovizna de acero;
atravesado por su filo despiadado,
se desangra un sacrificio siamés,
en el que contrastan, las pieles, su equipaje,
hasta que queda sólo el silencio;
el instante cautivo del viaje
que va marcar el revés,
desde el momento de tomar contacto…

Distan poco
los tramos premonitorios
al definir el trayecto;
el mapa nos confina
al canto acelerado de la noche
y siento,
trepando los arqueos cimbreantes;
favoreciendo las ascensiones
por los acantilados de tu lengua,
ofensiva atadura
que acato con su performance de oro…

Tú,
eficaz mercenario,
vas atándome al exilio
que tira de mi locura,
haciéndome caer hasta el fondo…

Espiral Inductiva

Si la noche te contempla
es la atracción de tu alma, danzando;
sosteniendo el brillo húmedo
de un resol que no se apaga…

El deseo insospechado
en las galas del júbilo,
testimoniando la conexión que nos sujeta…

Obcecada con tu encanto,
desentierro la geometría sideral
que desarraigas,
con legitimo derecho
y un trébol de cristal
me proyecta su mágica forma,
entramando mis costados…

La confianza es un silencio
de boca a boca
que, espontáneo, dejas ofrendarse
en cada trozo de piel cubierta
o vencida,
empática con tu gesto…

Tendiente a soltarme de lo mundano,
inquilina de tus sueños,
fijo el acelerador
a la velocidad de tu despertar;
lo que no existe se calla,
se entume
y se engalana, el sólido latido de la fantasía;
la locura psicodélica de actuar sin actuar;
reflejarme en lo profundo,
reptando por tu cuello
que, a su antojo, exhibe tanta belleza,
perforando el invento de lo sabido;
alertando la inmersión en los estados primigenios
que alternan todos los cables,
derivando el cortocircuito…

Turismos Verbales

No cabe duda
de que el aleteo desesperado del alma,
sigue pintando de tornasoles
los suelos peregrinos
que me proyectan el encanto
de los doce vientos…

Cae mi voz hasta el fondo de tu pecho,
libando un color inmarcesible;
un asomo de distracción que emerge,
proliferante,
incorruptible
sobre la sed cosmopolita
que te fotografía de frente,
esperando que discurran
las caminatas de la luz
a las que doy vida…

Deliberada,
libro sus enjambres micelares
y te los rocío,
como ajenos escenarios
para que el jardín de la ilusión,
te siembre en los ojos
el goteo demente de mi lengua
y descubras este sentir congénito
que me eleva consigo, a diario,
sin ningún pudor…

Ronda de Perspicacias

Asida al palpito fulminante
que blande la noche,
me encuentras,
esbelta de luz;
en un cuarto de estrellas
azul eléctricas;
como una constelación de palabras
que transcurre,
en una suerte de esquema
que armoniza esta loca manera de amarte;
de dejarme morir, acaso,
por el alud de tus precisiones;
con lo que me rodea,
palpando el acertijo de tu silencio
y el ingenio desbordado,
poco antes de estallar en tu lengua…

Es que anidas mi naturaleza
entre los dedos
y soy tu mar de tentaciones;
razón de peso
para el rezo de la lágrima mineral
que se exhibe,
cuando se repliegan las sombras
y este puñado de humanidad
exhorta impensados excesos…

Aterrador

Tienes lugar en la grave intromisión
que se asegura mi cerebro;
te abres espacio,
materia de estudio,
meteorología de los sueños…

Pulsas la luz ostentosa,
rastreándome;
capturando mi atmosfera
perdida,
enrevesada
por tu causa…

Son tus sesiones brutales
punto que quiebre
de esta lírica mía,
cuya metamorfosis te adopta
en su constancia…

Un nenúfar vigilante
late en mis ojos;
eólico, sopla mi saliva
y puedo bailar en tu mar de plata,
contigo;
efusión que no se detiene;
cristal liquido, modelando este
modo sensorial que me intoxica…

Y se gasta mi piel por hacerse de agua
y evaporarse en la nube de éter
que depositas en mi lengua,
minería del deleite…

Escarbo tus canteras,
visión macabra que reparte
la apología de las dimensiones celestes…

Original

Desde el círculo invisible,
tientas a mi mente,
virtuoso;
eres el rayo, originándose
a través de mis ojos;
girando en las grutas del alma,
como una estrella ardiente…

El momento y el lugar
sucediéndose;
situándose dentro de mí,
mientras siento disolverme
en la oscuridad exacta de la luz,
única y bombeante…

El big bang de la melodía que inspiras,
bebe de mi respiración
y mi orilla lavada;
arrojada al abandono,
cruza las siluetas danzantes
al compás de los resplandores…

Te toco y me sueñas,
en pleno relampagueo;
inútil restablecer la normalidad,
cuando se aloja la noche en tu pecho
y me quema el filo de tu osadía…

Tu hálito me dibuja felina;
me reservas tu nocturna predilección,
sensualidad del humo
que se avienta y cuelga de tu boca;
te estructuras sobre la sombra
que amplifica los silencios
en holográfica proyección…

Consecuciones III

Evito pensar en cómo logras tu propósito
de arrebatarme la calma;
de enloquecerme con tu presencia;
sólo disfruto,
mientras vas seduciendo la escena
con tu actitud profana
y me está gustando aproximarme;
temblar,
susceptible a tu encanto;
saborear tan cuidadoso producto
al multiplicar el mismo aire,
deformándolo…

Magnificas la policromía de los sonidos
que acoge mi lengua
y la ve despeñarse
en la redondez de un fuego digital,
alrededor tu mirada…

Hay una fiebre,
desarraigándome de la gravedad;
despeinándome el alma;
que deja que hable la sola idea
de rociarte la savia de mi esencia,
poción sagrada
que levanta la alerta máxima,
sobre tus diagonales apetencias..

Explotaciones

Me aproximan tus ojos devoradores,
esa argucia de los dioses,
cuya penetración me proporciona,
fuera de toda lógica,
la legítima riqueza del alma…

Me ejercita tu elegancia
de animal salvaje,
porque te mueves, fascinante,
durante toda la noche
y me alcanzan los colores
que desprendes;
haciéndome presa de tu devoción…

Elevas el rayo que me tiene
extenuada;
con un silencio feroz,
vislumbrando la diferencia
que me expropia de mí misma…

Emerge el prodigio;
me lo trae de vuelta tu saliva
y, el refluir inconsolable
de la sombra,
se aprovecha del destierro
que me pinchas en tu lengua
y que, no obstante,
no rompe el hechizo,
sino que renace,
como la férrea satisfacción,
en desmedro de la sensatez…

La cacería conduce mi balance axial
y tengo tu olor a contrapelo,
como un montón de privilegios,
derivando del suave empuje
de poderme romper en claridad,
invistiéndome de tu cuerpo…

La ruta del Átomo

Junto a la disyuntiva
de pegarme a la curva insomne
de tu lengua;
al salto que esquiva toda certeza,
me estreno,
deslizándome en un fogón de geometrías;
enroscando la indiscreción,
como el indicio
que consigue el acierto…

El viaje nos da otra vuelta,
como un sueño en sincronía;
un trayecto de giros imperceptibles
que traslada los pasos de todas las veces
que, seducida;
subida al pétreo escenario,
soterrado en un velo de plata,
me dejas tomar parte en tu frente,
desafiando los rayos cósmicos…

La compostura logra caer
en el mullido edredón de tus labios
que me cobija, de tal manera,
que los paneles melódicos,
trenzándose con el sol,
despiertan, ante el amor,
una corriente de luz inequívoca,
condenando la piel del delito
a estos verbos intermitentes
que, como simientes de esplendor,
nos sintetizan…

Titán

Bramas, coloso,
irradiándome tu redoble
desde las ciclópeas estancias
que condensan toda expresión de deseo,
descomponiendo el orden,
cuando la pólvora del universo
explota todas las teorías
y posa tu nombre en mi lengua…

Ignoro el tamaño
que te abarca;
que sostiene las pasarelas de tu arresto,
pero intuyo que es más de lo puedo comprender,
porque tiritan las cuerdas,
como cristales de neón,
mientras escucho el blanco del sonido
y veo florecer la dulce amapola,
como canto de la creación…

Tu cósmica figura se descuelga;
recorre las ramas de mi sangre,
bombeándome un silencio,
preñado de luz…

Esculpes mis imanes
y me atraes,
malvado,
a los senderos donde las antorchas de metal
se convierten en ceras lacradas,
condenándonos al mítico final…

Emergencia II

Ondearme
al roce de tus persuasiones,
me permite percibir la intensidad
que apunta, en la memoria,
la corpórea reacción de los silencios…

La intención da lugar al preludio
y no me alcanza este palpitar
ante tanto sentimiento…

Cimbra mi piel;
retoza en tu lengua;
se derrite al roce mágico
que le profesas,
mientras el cielo permanece ileso,
ante la manifestación
de los vapores del crepúsculo;
la caricia ruborosa del sol que se aleja
sin dejar existir…

Resaltas así,
como un renacer dorado
que se eleva
e inunda el músculo
que va a sumergir, en su elíxir,
el intervalo en que somos uno…

Ahínco

Me ronda la tertulia insidiosa
de tus raciones de tesón;
tromba de intenciones,
que supera la media
y, cuyo ofrecimiento reverbera,
como el oasis al ritmo del sol
o el hueso tibio,
sustentando el desastre
de saber su razón descontrolada…

Sabes
mantener la luz dentro de mi alma;
descabezar las alturas,
como un alud al suspirar en tornasoles,
comprimido el deseo
febril
o del pozo de la medianoche;
de orlados rizos,
repartir el desenfreno sinérgico
que conserva atenta la mirada…

Al ascender,
surge tanta lluvia entre mis dedos,
revelación que se impone,
como prendedor de carga y balance
que me relaciona con tu próximo cielo…

Ocultamientos

Te escondes
en las formas de la noche
y mi entusiasmo
adquiere la prioridad del desafío;
se agiganta la labor de capturarte,
mientras consigo
caer bajo tu piel
y verme nadar contra la corriente,
hasta vencer tu razón extasiada…

Me estiro y concuerdo
con la agonía de una lágrima;
tu sed me argumenta inconsciente
ración de belleza
y me muero en el atributo de tu alma,
lanza de cristal precioso…

El humo continental invade
la agitación que me provocas,
cuando haces sonar en tus ojos
la canción que adoro,
orgánico resplandor
que me confiesa enamorada;
tráfico que flota hasta mi aliento,
dejando atrás el momento
en que no estabas…

Divulgaciones

Basta el mascullar del apetito a tu contacto;
apenas un rastro de lo incipiente,
pegado en los labios,
para desaparecer en tu piel;
romper la capsula del tiempo
y sucederte, en cadena,
deleitosa…

Comer de tu lengua, a bocados,
y hacer temblar tu cuerpo;
la sombra del ángel
que me enamora…

La redes atónitas del tejido,
en rotación a tu encuentro,
se expanden,
como estrellas en el vacío;
acomodan la sensación
en el silencio
de un escalofrío cósmico…

Siempre emergente,
me despliego en tus ojos;
su estallido incalculable
supone la distorsión de una nebulosa,
mientras proclama, en ciernes,
de todo, el principio;
del fuego vivo, mi boca…

Sur Dramático

Me recreo en un silencio
largo y delgado,
mientras me hallo sumergida
en el rumor ardiente de tus ojos;
en tu figura,
ungida por la metáfora del agua,
cuya memoria y forma
va mellando el oleaje de mis uñas,
rasgando el precipicio…

Toco tu lengua de titanio,
insinuándose;
testificando la fuga macabra de las sombras;
sudando osmosis,
cuando te metes conmigo
en un combate espiritual
en el que estallo en furores…

Me arrastro,
ávida y abierta,
sin la clausura en la boca,
porque me tienes toda;
abres y cierras las cimas
y el filo de mis tentativas,
es un cañón recién ejecutado…

Me desato, clamorosa,
huelo el balance exquisito
de los arranques de tu alma,
como gacela sesgando el aire,
haciéndose de su maña…

Poemático

Desde este lado,
donde las olas gobiernan su partida;
donde se silencia el sol cada tarde,
como única demostración
de su cíclico retorno…

Detallo esos puentes versales
del misterio que aproxima mi conciencia,
tan fino y delicioso,
como un sendero somático
que gravita sobre tu lengua
y que invoco, incansable…

Me hace levitar el instante
cuando tu gracia dinámica
me encesta su prominencia
para acallar cualquier otro tipo
de torsión orgánica;
cuando lo intenso llega de todas partes
y se divulga, contigo,
la trama de una invasión sin precedentes…

Y ya tienes
mis tatuajes en tu cuerpo;
el iris del cántaro,
concibiendo un nuevo amanecer,
mientras insistes en darme ganas;
llenarme de un mañana
que, por mi bien,
acaba reclutando mi corazón rebelde…

Congénito

Es tu lengua un patrón de utopías,
prolija pieza del cosmos
que me guía
por los senderos exhaustivos del alma…

Complejidad donde tirito,
violentando las sombras
y apilo lo insólito
que me trae con el arrobo en carne viva…

Me intoxicas,
a golpe de palabras,
insospechado apremio
que descoraza el ruido
y, mecida por el insaciable néctar de tu verbo,
puedo
tocarte;
rebautizarme mágica;
vestir de una piel violeta
lo que me conecta con la siguiente vida…

Mediante tus ojos,
fuego húmedo y maleable;
contorsión del infinito,
la apertura y alcance del adn poético, se revela,
porque, al coincidir con mi verdadera profundidad;
ebrio del instante que nos conecta,
me conduces por un musitar riesgoso,
distrayendo el mismo paso
entre adoquines azules,
mientras me proyecto
segura,
pura y dramática
entre tus luces aromáticas
que me sorprenden, sin parar,
flameando en tu sombra,
como privilegio de inmortalidad…

Emanaciones Psíquicas

Tras la ocurrencia superada,
tus concesiones hablan por sí solas;
me tienes
entera;
sumida en el trance del agua;
adulada por tu lengua;
en la perfecta deconstrucción
de la que aprendo tu boca
y del roce complementario
con el que me revelas lo absoluto…

El acto de reflejarme,
sostiene el mágico receso,
como ninguno
y el rumbo de la luz me proyecta
a un instante sin igual;
paraísos que me inculcan tu veneno;
la aplicación térmica
que cosecha el fenómeno de salirnos de la piel;
la ejecución de los sueños magnéticos
al tocarnos en la superposición
de un relámpago de miel …

Parpadeos Nucleares

El imán de tu lengua
estimula eléctricas concordancias
y estimo que la polaridad,
tuerce la ruta, hasta obtener mi rumbo;
sueltas, sobre mí, palabras,
como partículas
que descifran el ritmo cósmico
entre giros y saltos,
perpetuando el latido puro del alma…

Al escribir, en éxtasis,
dejo que me pases;
que me interceptes
y me sientan tan bien
las frecuencias de tu magnetismo
que me conectan y amplifican,
indiscretas,
sobrenaturales…

Te pones en frente,
impetuoso,
lanzándome señales
y un apagón de realidades
se subordina a las igniciones de tu aliento…

Puestos a encendernos,
rebaso las membranas dimensionales,
mientras las colisiones nos siembran en las manos
la fricción de un espejismo
y viajamos en un tumulto
efusivo y pensante…

Te internas y me encandilas;
me lo das todo,
marginal,
entre brillantes nubes de polvo,
que aluden un estado primordial…

Bandido

Desde el fondo de mi ser,
puedes hacerme llegar al colapso,
porque al entrar en mí,
como jugando,
alteras toda probabilidad de escape…

El placer de tus apariciones,
trae sin calibrar la ruleta del silencio;
su innecesario barullo esconde
un as en el espacio;
unos dados asimétricos
que hacen fiarme del resultado…

Conmovido por la serenata de chispas,
el rostro tímido de la atracción,
secuestra el balance;
el titubeo de cada palabra
recrea un mosaico,
cuyas esquinas de cristal
se sirven de una fuga en rosa
o del trago humeante de tus labios,
cuando conjugas la pasión;
ese néctar periódico
me importa saberlo pegado a la silueta
que completa esta tentación…

Ideado para matar el instante,
dejas que corra el eco de las sombras;
que se vacíen de todas sus formas
y descubran un planeta
en donde somos sólo tú y yo…

Cultivos Sublimes II

Tu silencio me comprende
de tal forma
que, al zambullirme en su piel,
cultiva, en ella,
mi seda hidropónica
y, al devanarme,
con su hebra continua,
tus iris albergan las semillas
que van a germinar después…

Este origen nuclear
desbarata toda inteligencia;
consigna la idea de que con sólo pensarte,
se multiplica la reflexión de verme
caer rendida a tus pies
y, en la locura de atravesar la oscuridad
con el brillo del agua
y el calor,
crecer como red de diamantes;
arquitecta fractal
en repetición infinita;
emisiones de un acople
con todo el poder del cosmos…

Te dejo que me brotes de los ojos
y puedo entender
cómo gruñe el ansia, su guarida;
lo imposible de resistir,
permeable a tu hechizo,
la opción de florecer de dicha…

Vertientes Traviesas

Tus cumbres expelen su pureza
con un silencio que moja
y rueda,
junto al dejo de un temblor continuo;
riegas el pilar del viento
y se estremece el blanco de sus moléculas
derretidas;
huelen la preñez de mi pecho;
la entrelínea que se antoja
de mi frente
y me tratas, tan suave,
que conozco la parte de ti
que me entrelaza
y me falta tan poco para verterme
en esa pista foránea…

Qué valioso el instante
que afina el despilfarro
que me tiene al filo de la locura,
porque me invierto, al final;
apilo todas mis sombras,
como una fuente adictiva,
próspera e incondicional
que te procura, afanosa,
como la viva ocasión de amar…

Zumos Verbales

La luz cenital,
aludiéndote,
optimiza el acto del disfrute;
me toca tu olor
que sabe a tonos frenéticos,
extrayendo la dulce electricidad
del cuerpo y la mente;
exprimes hasta el último rincón
de los márgenes que exceden
el empeño por dejarte saber
que la mayoría de mi vértigo
feroz y sanguíneo,
viene de tu garbo…

Al deslizar tu silencio,
perorata que impulsa cada reflejo
a lloverme en tus ojos de gato,
crece mi inspiración…

Y me declara tu boca llena de saliva,
ahora que la figura de tu tacto,
sostiene el placer compartido;
el osario de intenciones fallidas,
contando con la permisión
por donde me desperdigo
tersa y efusiva,
expulsada de la inercia…

La soltura con la que me abrazas,
me surte de toda clase de indicios,
dejando expuesta en la lengua
tu eterna conquista…

Abstinencia

Mientras se me sale de los labios,
el alma,
veo volcada la tinta
que me soplan tus ojos;
percibo tu silueta enigmática,
tocándome por dentro
y me acopias en tu entorno,
destilándome,
como un cúmulo de ganas…

Revuelves mi luz con ecuaciones aromáticas;
testeas el oxígeno que almaceno;
todo los grados de magia
que, de tanto tocarnos,
como cuerpos digitales,
descontrolan el tiempo…

Viertes la información
llena de las conexiones que nos atraviesan,
sin palabras
y, aturdida, la intrusión externa,
haces que vacile su perspectiva…

Te siento moverte
y me regaña la distopía;
las estepas de un instante frenético,
resbaladizo,
viene a reclamar mi lengua de poetisa…