Estados Pletóricos

Maniobrando la marea lisérgica de mi trance
con este grado inolvidable,
sé que me sientes cerca;
sé que te toco y muevo;
me sabes incorregible,
telequinética…

Me desespero al darme cuenta
de que lo eres todo,
cuando se me escapa el aire
y entrelazas tu piel emocionada
a esta fiesta de mariposas
que se celebra en mi ombligo…

Bajo el cobijo de tu aliento
orillado,
literal,
me fijas a la estática
ante la que me rindo,
no reacciono
y un mensaje tuyo me hace colapsar…

Al crearme en tus planes, germina
un tatuaje en remolino,
laberinto mágico
que afina contarme en tus páginas,
como procedencia y destino…

Influyente hasta las masas
me devuelves los cristales preciosos,
embebida de algo que no distingo,
porque sigo arropada por tu resplandor frenético…

Me tienes cautiva de tu sueño;
proscrita en su ruedo antagónico,
armando la escena final
con una lengua espacial
que completa el ciclo del silencio…

Ay, esta borrachera compartida;
este firmamento en ondas,
agitándose sobre la aurora,
mientras salgo de mí, boreal
y afloro, embriagadora,
del ámbito de la eternidad…

Promesa Hiperbólica

Te siento rondar mi mente;
como una gota acaramelada de intenciones;
rodar, deliberadamente,
mientras el golpe me sacude
cada espacio
y me relamo su reactivo esencial
que aglutina cada idea,
mientras la distancia alista el resultado final…

Besas las ruinas que me definen
y, esta rutina insospechada,
me hace vibrar cada célula…

De repente, traes la noche a mi alcoba
la empujas contra mi lengua
y de tambores ancestrales
se visten mis movimientos
para arquear la ilusión,
como un ritual arcano…

El favor de tu gesto
conquista el papel que derriba el letargo;
potencia la mixtura,
la expansión
y, esparcida en tu expresión,
vas cavando mis ganas, levitando conmigo…

Te mueves de forma felina
diciéndome la intrepidez;
peregrinando el roce de mi piel,
con sigilo;
trepando el contacto ronroneante,
como hebras, electrizando anhelos,
cuyas metálicas emisiones se estampan en mi saliva…

Esta inercia destructiva,
altera el flujo de mi sangre,
dándome la clave de acceso
a todos tus portales…

Resultante

Te armas de tu lengua;
abres fuego en mi alma
y, a quemarropa, siento su impacto;
un agujero blanco
bebiéndose mi atmósfera;
confrontas el movimiento intencionado de tus ojos
que concentra mis instantes;
vibración visual y acústica
sacudiéndome entera…

Líquido flameante
que, al mismo tiempo,
curva el silencio
donde se balancea mi intimidad…

Catapultas toda visión a lo alto,
como potente espectáculo de luces,
fulminación que derriba los escudos;
donde no retrocede la autenticidad
más bien se aclara, reluce
en compatible redención
y me hace congeniar con tu embrujo…

Una serpiente petrificada
exhibe su esqueleto en plena calle
en su afán testarudo de sosegar tu avance
sin llegar a ahogar mi teoría
de concentrar la voz sucesiva
y arrancarte la filosofía del sueño;
envolverlo en el rango impreciso de mi cordura
con calculados verbos;
acumulados desde que te miro…

Me resuelve tu piel antojadiza;
colisionas mis vestidos
con el álgebra metafórica del roce
y, adusta invasora,
bebo el zumo de oro
de esta singular retórica que reconoce
la notas del ímpetu con el que me enamoras…

Sinérgicos

Quitas los frenos de mi mente;
abres caminos y puentes secretos,
haciendo de mis pasos un raudal de fugas…

Me atraviesa la ruta del mantra
con el que me tienes
atrapada;
el caligrama emocional del hallazgo
me hace adorar
sostenerme de tu aire;
no parar de mirarte;
poner mis estrellas en línea
para cruzar la franja fronteriza
que me transporta al roce de tus dedos…

Tu luz abraza mi lengua
para alojar el verso purificado,
sin renuencia…

Se desvanece el ardor de los astros,
cuando me das un beso;
flambeas los aguaceros
que me perturban al pronunciar tu nombre…

Tus ojos traen aromas de tono cambiante
enriquecidos de tanto pasearte
por los sueños;
y tentada, de ti, mi noche,
se decanta por tu gusto;
me invade el pecho un rumor
que me impulsa a tomar su curso…

 

Detonantes

Me hundo en el entramado cósmico,
cuando se derrite la órbita de mi avidez;
cuando, juntos,
resbalamos el guión gravitatorio del silencio
y, su delgado aire,
despliega el susurro donde se dejan caer,
de una en una,
las palabras que nos conjuran…

Qué deleite encadenar mi lengua
a la métrica liberadora de la tuya;
juntarnos en esa sinfonía
que muda de luz,
elevando a la psicodelia
mi desnudez…

Hay una especie de fallo;
una pausa, un interludio
iridiscente;
un frío que atraviesa mi espalda,
llevando a mi garganta el ascua
inmarcesible,
vaciando de pretensiones
toda perversión;
logrando un estado mayor,
cuyos virajes acampan en mi porfía…

Me consientes;
me haces inquilina del refugio de tu mente;
sujeta al pensamiento sagaz
al segar las posibilidades
que nos arrojan a la cúspide
sin rasguñar los escenarios…

Cargo las mareas de una noche en llamas;
los rieles de agua
que, escandalosamente,
trasladan las preguntas adecuadas,
como un aventón que sitúa los puentes
sobre el alma,
permitiéndome adentrar tus labios…

Hiperbórea

Sello en tu lengua la prístina canción
con la que te duermo,
intoxicado por la suavidad del mantra
que celebra su ritual suicida…

Una expresión de plata
que ilumina mi camino
y baña de un bálsamo translúcido
todo lo que siento,
con tanta delicadeza,
serpenteando mi interior,
ahora expuesto…

Te lo brindo,
como un sonido de la tierra,
irrumpiendo al petrificarse el tiempo
y sucumbir a la sabiduría;
marfil y oro
tu impecable deslizamiento
lleno de un sobresalto de poesía…

El paisaje de hojas flotantes
conserva el dinamismo del cosmos;
maneja las maneras sinfónicas del movimiento,
mientras un acopio de sosiego
hace brillar el llanto dulce
de esta alforja de estrellas nacientes
que desenfunda las facetas de una espiral de fuego…

Diálogo de Luz

Me interno y llego,
hasta el punto donde tu lengua
descubre mi sabor favorito;
con la intención, escurriendo
y, así puedas gozar el goteo
del dulzor más íntimo
y nades el riesgo,
conmigo;
le pronuncies
con el primer resplandor del silencio,
combinado con la manía
de hacerme caer en el eco simultáneo de tu pupila,
ceremonia de agua viva
y reviva la líquida reacción
de emprender
el ímpetu entelado del fuego cósmico,
dispar y perpetuo;
intuitiva fascinación
que se colma
de la malévola tendencia a propagarme
en la crisis de tu orden impuesto…

Andina

Te escribo en la corteza del silencio
mi corazón radiante;
con la precisión
que ejerce presión en mi alma,
como enlace intangible…

Y no me basta
con abordar tus tatuajes;
la osadía del caleidoscopio
me acumula
y, a resguardo de la luz,
asciendo por negros laberintos
para luego brincar sobre el dulzor irresistible
de tus ojos…

Con sutileza me conspiras
e inusitado se torna el tiempo;
se duerme la arena,
henchida de una quietud
que se exhibe poblada
de tu mágica lengua…

Deber dejar que arribe tu influjo,
fuego salvaje que nos enlaza,
se hace exigencia;
experiencia que me pinta los labios con tu brillo,
mientras le incrustas la sinfonía mineral
de una alusión que quema,
apreciando cada arpegio con la piel
en clave desigual…

El suelo limítrofe
y la sequedad del miedo
siembran su estancia marmórea y granítica,
donde se erige tu victorioso imperio…

Proyecciones Estelares

Tengo el deseo, haciendo aguas;
mi piel en franca sincronía con la tuya,
tanto
que mueve por el aire
y moldea la figura del silencio,
liberándola;
la suaviza y ondula,
mientras oigo el matiz más puro
que me afana por tu causa;
creo un oleaje gesticular que abre un portal
donde somos un único resplandor…

Caigo a tu cielo, a toda velocidad,
cruzando la ciudad extinta;
la distancia hecha trizas
me trae tu lengua
y, su divino sabor,
cristaliza el peligro…

Amansas mis sombras;
me alimentas con tu aura púrpura;
la esparces por mi carne
y tan agradable resulta dejarse llevar
por su saturación
que me arrasa, como la noche al día
y persigue el colapso elemental,
saboteando el palpitar y su ritmo en candor…

Eres el todo
enredado en el temblor de un reflejo:
átomo, partícula, molécula
que sostiene el mundo,
mientras lo escribes
sin más palabra que tu luz,
ese halo magnético
magnificado e ineludible…

Dentro de Poco

Apareces y pareces encandilarlo todo;
te me quedas mirando,
un instante,
y un blanco deja vú
atavía mi silencio...

Entonces, hasta el cosmos tiene tu acento
y, mientras me lees los escalofríos,
escucho un pellizco,
a tope de luz;
pizca de distorsión que me aferra
a la virtud de abrirte el techo de la mente…

Somos espíritus en llamas,
creando su intemperie…

Y, todavía, te atreves a soltarme
tus notas de café y luna,
merodeándome,
sin disimulo, la lengua;
tu voz etérea nunca tuvo este alcance;
el cubo de magia que me viertes encima
hace que perciba nuevos colores
y la noche valerosa se haga cauce,
conectando mis palabras con las tuyas…

Me tiene sin cuidado
que me engulla el desconcierto,
chance transitiva
que me hace lidiar con mis muertos
y construyo lo que desconozco;
recorro los circuitos que promueven la descarga
de una transmisión perfecta
que marca la pauta de lo novedoso
entre tú y mis carnes,
cuestión de asombro…

 

Crepitaciones III

Tu cercanía me ensucia de brillo
la sombra inmaculada;
mi sangre se inunda de tus ganas
y el melodrama de la piel,
sintoniza tu transmisión tan nítida
con el trágico mirar de este ser inacabado
que concilia un sueño, en común,
contigo…

Me aprietas el alma;
me haces
descifrar el simbolismo del silencio;
liberar el color más profundo;
el exótico perfume
que dulcifica toda forma…

Tu suave textura alcanza
las cumbres de mi piel,
creando, sin saber, recuerdos sensitivos;
un tótem acuñado por mi boca
y sus derivas, capturando
el abultamiento del desborde;
cauces convergiendo
en unos labios infinitos,
plenos de noche…

Inmanencia II

Los espejos de la noche me señalan
y, al abrigo de su amparo,
renuncio al acribillado disfraz,
aparcándolo sobre la náusea…

Al filo de su tacto,
se revuelve la señal del mundo;
su neurosis amaina;
la cúpula de plata se estremece
y luego el silencio
crece,
como el anuncio del alba
en la rotación de tu lengua;
me substraes;
me llenas de una labor creadora,
frenesí del alma…

Escarbo las dunas de aquello
en cuya frecuencia vibro
y reinicio;
veo venir la onda sonora de agua y aire;
su color es invisible,
hasta que su impacto libera tu magia
en mis pupilas
y me escribe los enigmas astrales;
lo inmenso se abalanza
latente;
refulge, inexorable,
la distorsión celada por el instinto,
el excedente de lo frágil;
el alarido excéntrico,
prominente,
cuyo exotismo exalta los suelos límbicos,
como átomos que consolidan la catarsis…

Alineación Narcótica

El redoble de los astros
yace en tu lengua
supraverbal;
se acomoda en el tacto jugoso
que brota de conjugar
la dulzura terrible que acuna
tu silencio y el arrebato de mi ojos…

Mientras me enseñas
el misterio de tu nombre,
audaz,
asciendo por la noche,
como un trazo premonitorio,
haciendo equilibrio
por las cornisas del alma…

Se me abre la palabra
y arropo cada línea
que, al vibrar, me remite tu idioma de carne,
la locura pasajera del relámpago;
me adelanto y soplo el carbón;
le reparto la chispa azarosa de mis dedos;
te enciendo el diamante en perspectiva;
émbolo y arista
para que me cojas del caos,
rebalsando de pasión,
inoculándome otra más de tus fantasías…

Sabes del énfasis que me confluye;
la excitación que conoce la cuantía
de la inclinación axial
que, a una voz,
me indica la rotación
donde comienza el latido del agua;
la sílaba concéntrica que me abarca
y ondea su poderío bañado de hipnosis;
dosis herbal de luz
que me consigue
pendiente de tu creación…

Fenómenos del Silencio

Hago contacto con tu lengua
e innumerables partículas elementales
se liberan,
diseñando un patrón de diamante
que estila hacer de puente
entre tu esfera y mi esfera,
como luz fractal…

Pongo encima todo el diagrama
y empujo el juego,
sembrando una estrategia sobrenatural;
hago un conteo
con un ábaco de estrellas
y caigo en cuenta
del trato implícito con mi silencio;
de cómo haces la magia,
encadenando, a mi alma, tus letras…

Doy con la perfecta armonía
que me sitúa a tu costado;
soy el resultado de abarcarlo todo
con el laborioso vendaval
que despliega
la secuencia macabra de todos los rumbos,
sin haber jamás un definitivo
y de tantos labios moviéndose
proliferan los despiertos en el sueño,
sonámbulos en la galaxia verbal
donde permites mi arribo…

Continuo II

Internado en mis campos visuales
sorteas énfasis y periferia,
complementas el panorama de mi mente,
lo enriqueces,
ideando una geometría imposible,
la rueda de colores de un mundo
que me deleita;
creando un lazo mágico
que fusiona y revoluciona
mi trama subversiva
y derrite el aire de mis palabras
que evolucionan;
se estiran en un fuego batiente
que enciende la noche
al saberme en tu lengua,
constelación de tu nombre…

Me place concederte
cada uno de mis gestos,
durante su instante mortal,
sin llegar a la parte
en que acabar,
desnude la euforia…

Tengo tu vibración alternando mis dedos,
como el compás inasible
de la canción que prefiero;
los muevo,
mientras el contagio de placer alcanza
hasta mi sombra
y tú vienes con tu cercanía de acero
a mostrarme mi derrota…

Concepción de Ti

Me lates en el alma;
me estás emborrachando el silencio;
me tienes flotando,
como un pétalo de plata
en el meritorio territorio de tu verbo,
laboratorio de ensueño
que me eleva
a la dimensión del placer…

Tu entrelínea me ampara
y entre las cuerdas,
sostenida,
una nota de agua
fija un salto a través del espejo;
el reverso de la mirada
y pongo el suelo en tu sentido;
doy un golpe de gracia,
parábola que tira de mi esencia
y me dicta
la metáfora que empuja
una reacción en cadena…

Sigo y consigo un clima multicolor
y me place pronosticarte lluvia;
moverme y promoverme en tu descuido,
consecución infalible del arcoíris…

La punta de la vida engarza mi carne
y un gránulo de fuego,
fecundado por tu mirada infinita,
incontenible, se expande,
alborotando mis latidos
que se orientan a través de la invisibilidad,
donde veo todo pasar,
vértigo y prodigio,
razón sin más razón que adorar
cada instante contigo…

 

Atípico

Me sueñas y me haces posible;
distracción apetecible
que te digiere;
me concede, tu lengua, el índice
de tu inusual vocabulario
que aprendo;
fuego índigo que quema mi mente;
lluvia de claridad, excediendo mis diques…

Puedes atribuirte mi sombra;
atribularla;
hacer crujir su terreno,
mientras brota el deseo de tus aguas eléctricas
y se elevan los grados al contacto
de alma y carne;
sal y arena
en aleación explosiva,
cimbrando entre mis ganas locas
de conmover el tiempo…

Trenzada a tu saliva;
ante la enorme fascinación de perderme
en los laberintos de tu encanto;
provocada por tus ojos,
disparate proverbial,
acabo moldeando colores;
recobrando la pureza
que me concentra en vaciarte y llenarte la garganta
de tentadoras oraciones
y, cuando digo demasiado,
hago que arda la tarde
nuclear,
mientras se consume, como mi alma
la polución que calibra las ideas,
conforme me comprendes…

El sol estalla en tu sonrisa
insaciable;
la necesaria destrucción me embarga
y la negativa sólo exacerba tu proceder;
tu para siempre me agrede
al pulsar el silencio y hace crecer
los retorcidos gritos de la luz
que me ambiciona y posee…

Levitaciones II

Me habla tu noche;
me escoge para sí,
mientras esculpe el firmamento,
su silencio redondo y constelado;
no para de asirse a mi lengua,
dejándome entrar en su jardín de astros
para que te cante…

Te iluminas en tu afán de procederme;
el flash de tu alma me captura;
circula mi sangre
y sangro tu esplendor florido…

Escudriñas el instante
cuando me derrito, completamente
y me absorbes,
creando burbujas alcalinas,
cuyo perfume incita las estelas dramáticas
del paladar,
emancipando las consecuencias
que configuran la moraleja esencial…

Prestigio Concedido

Te veo
observándome, fijo
y me encanta;
bañar tu lengua en mi numen,
lo busco;
tatuarme en tu mundo;
ser bocado ineludible;
explosión de sabores en tu mente,
mientras me acudes…

Lo noto y denoto que permaneces
seducido por los colores de mi alma;
por este tacto de nube
que te impide resbalar el abismo…

Seguirte concediendo un sitio
en mi alfombra mágica,
es darte oxígeno
y dármelo, también;
sucederte;
primar en tu pálpito:
volverme tu musa;
enamorarte con esta retórica pura
y dejarte contener mi deseo,
luego de frotar la lámpara del cosmos
y que seas prolongación de mi locura…

No parar de hacerte saber lo salvaje
que impera mi pecho,
es fecundarte la voz;
darle sazón
con esta rutina de ejercicios verbales,
atrevimiento que espera
volverte brillante en la exposición
de esta fuente única
que nos comparte…

Ración Telepática

Titila tu alma en la mía;
crepitan mis aguas,
cuando me disparas tus colores eléctricos;
un léxico que retumba
entre los símbolos celestes
pendientes de demostrar
que me tienes prendida
a tu aura;
a tu mira de aeronauta;
al loop alucinante,
cuya inmersión me hace náufraga
de tus mares de oriente…

Todo está bien
si me robas el aire;
esta adhesión me enciende la mirada
y veo llover los doseles cósmicos;
arder el filamento del silencio,
signo de consecución,
detallándome llena de calor,
eficaz simiente de luz…

Estimo que las variaciones
de estos canales insistentes,
en dirección de tu halo,
son un desgarro de magnitud
impensada
y que los acantilados de la mente,
como un tonel de encantos perfilados,
vuelcan la fiebre de la errancia
de un parto celeste que me reclama…

Salgo del prisma original
y otro me procura,
sin apenas contener su transitoriedad;
dirijo fulgores letrados
y, a manos llenas, la sed me irradia
y mi lengua untada
de tus charcos de energía;
de todos tus nombres pronunciados,
como un manifiesto de piel
me eleva y magnifica…

Espontaneidad

Descubro la vibración de un color
que se abre en el espacio
que me aproxima tu alma
y lo inesperado resalta contornos;
rastreador de mi silencio,
me interceptan tus ojos
y fluyo sutil;
me inclino ante la transparencia prismática
de esa rueda que me traspasa,
portando tu esplendor;
que se abalanza sobre mí,
hallando mi ubicación en tu lengua…

Me avecinas
y colindan estas ganas de perder la mesura;
de comprender la armonía del espectro
que nos comprende y acentúa…

Moteado de luces y espejos,
juega el sueño con la rima
en su carrusel de diamantes
y me pides la noche, con bravura,
revistiéndome de tu aire plateado,
como un rítmico enjambre de réplicas
que distribuyen, en oleadas de sangre,
la tertulia de los cuerpos
y su baile más preciado…

Impacto Provocativo

Llenarme de tu veta salvaje
es hallar la joya del infinito;
perder todos los límites;
armarme de un intercambio de esencias,
convertida en brillo;
intervalo ineludible
que penetra la conciencia;
ensamblaje con el canto de las piedras
en el sagrado ciclo…

El son yace en el silencio sublevado;
en el ejercicio libre del alma
surte efecto su melodía
que me arrastra por senderos ignotos;
me guía,
como un resplandor que me resume sin palabras;
la iridiscencia de los cuerpos
sumergidos en el vapor fundamental;
éxtasis sostenido en los ojos…

La eclosión del concepto me cala
inmoderado;
las ganas crecen y me expulsan a tus labios
como erupción subliminal;
poético reflejo
que dilucida el secreto irresistible de la sensibilidad…

Repletarme de tu encanto,
dejándote entrar
por cada hueco, surco, ranura;
por donde la fonética sucesión de gas me active
el punto de fuga,
es aniquilar la fase pasada
y el caudal de sucesos atávicos
confluyan para reforestar
la región del espacio adquirida de esa fuente de poder
infinitamente inacabada…

Sinérgica II

En ti, hallo el sabor de las nubes;
el canto dulce del arcoíris;
la velocidad que incendia el bosque fetal de mis ganas;
e incide en la tentación
de arrojarme al caudal de tu energía
y recorrerte el alma…

Se me filtran por los dedos
estas letras que tienen tu color;
un fulgor pendiente de destruir toda lógica;
estela camaleónica
que sigue soñando lo nuestro
y reluciendo en el círculo azulado…

Tengo un lugar sin rastro
y, aunque vamos andando el pasado,
la estrella pronunciada de tus mares,
me hace morir de vida;
atravesada
por un tono vibracional más alto…

Crees crear una atmósfera adecuada
al querer cargarla con tu lengua,
curiosamente enmascarada
y concluyes, en tu acierto;
me vuelves resumen de la noche
y corren por mis venas
tus convulsiones zigzagueantes;
se reparten en este silencio,
sin errar al descubrir
que me tienes atrapada en tu universo…

Como Tú

Tu lengua pinta mi espacio
de azules y violetas;
es una cajita de cristal
que concentra las notas del universo;
la configuración esencial
que vibra en mi frecuencia
y canto para ti
mis nubes;
el cielo de mi poesía;
mi tarde y mi noche,
porque siento el toque
de la incontenible pureza al despertar
el estupor de concebir el fin último de la existencia…

Las mordazas del tiempo
ceden a la libre expresión;
presencian el periplo del alma
y sus llanuras revueltas
en la simetría que restituye la incógnita…

Me asombra comprenderme en tu silencio;
perderme en el poder de la agitación perpetua
que nos señala tan cerca…

Estoy trenzada a tu paladar de poeta;
al ritmo claro que transcribe la astronomía
en tu forma de expresar
cuánto de luz nos acerca…

Claros Astrales

Hundida en la espesura de tus paisajes;
ese marco de luz,
siempre naciente
que explota lo insondable
y me hace verterme
en las fuentes de tu lengua…

Consigo que me consientas
y me des un paseo por tu perspectiva,
donde refinas toda secuencia que me toca,
pureza insaciable,
derramada en mi boca;
vuelco rediseñado de todo lo conocido…

Instante de fusión,
cuya pila de líquido silencio
resbala las escalas estelares,
mientras entonamos la visión del sol
y sus mágicos anillos…

Giro contigo en el disco flamante
que nos repite el modo
de trenzar tonalidades
y saboreo un alud de iridiscencias
que expone apareada mi esfera y la tuya
en un eterno remolino de lunas y cristales…

Implícita

Brillas
a través de los tatuajes que no tengo,
sino en el alma;
en cada silencio
que tu oleaje persuade para alcanzarme
con la rapidez que pilota tus aguas…

Mi arrebato te prefiere,
desde siempre;
el arrebol celebra con tinta violeta
el brindis del que hacen gala
las copas que nos contienen,
como dulce alquimia…

La histeria vomita nuestra conexión
y el instante metafísico
se hace torsión en las líneas
de aquello que te sobresale
y te eleva ante mis ojos
entre sedas hipnóticas…

Me impregna tu carisma
y, sin escapatoria,
se abren mis expedientes reservados
que demuestran la sinergia
al crearnos desde dentro…

Me relamo tus secretos;
la desmesura y el desarraigo
nos saborean
y somos
incorregible anzuelo;
irresistible presa…

Desembocadura II

Te precipitas, disuelto,
desde lo más alto;
te abres paso, despacio, por mi interior,
atendiendo el vocabulario espacial
que te hace abarcar mi caligrafía;
arrastrar todo lo que soy
hacia la inmensidad de tu oceánica saliva…

Encuentro la melodía de la noche,
el clima y el privilegio;
el atajo al jardín de los dioses;
turbulencia que remece hasta los huesos;
sensor del alma,
detectándonos despiertos…

Me procede la hecatombe
y, en consecuencia, voy directo a tu boca;
tu dotación de palabras
inaugura el instante perpetuo
que me invoca y arrebata…

Sin miedo me aventuro
a ese fuego tuyo que se acrimina
conmigo;
me abres la puerta del silencio
y se ilumina la sospecha
intuido, el viaje a tu mirada…

Vibración Exultante

Cabalgo las longitudes de onda
que permean tus manos abstractas,
mientras mueves mi aire
y choca tu luz con mi sombra
al beberme de un trago ese silencio
que coteja la explosión de tonalidades;
conjunción que alberga el placer esencial…

Me enfoca
el umbral ascendente
que afina mi piel a tu toque;
sextil que me vuelve riesgo
paralelo de tu noche;
sensación y reflejo…

Los jardines sinfónicos flotan en el cielo
y el colibrí de mi alma gesta su luz insomne
sobre los flujos alineados
que consolidan la mímesis;
flores blancas y negras
concitan la cuadratura de los astros;
la pulsión incombustible
que arrecia nuestras voces…

Cambiante, como las mareas,
me inhala y exhala tu roce,
lengua humeante que saborea
cada milésima parte de lo que soy…

Protagonizas el plan maestro,
cuyo resorte megaelástico
consolida las policromías aromáticas
de un sobresaliente te amo
con la mismísima expresión
que me abunda, balanceada, en los labios…

Rotundos

Eres capaz de transgredir cada plano;
transferirme, con ingente parpadeo,
tu impronta;
reservar almíbar para mi boca,
emprendiendo un trayecto
entre tus labios y los míos
con tono maestro…

Tu tino me seduce
y sobrepasa mis límites
y voy a parar a tus brazos,
cuando te me inyectas,
desinflando las sombras,
trágico axioma
que persevera en mi causa,
narcosis del silencio…

Me insta tu tacto;
tu pulso de arrecife,
dinamitando la travesía
que alcanza el nivel de energía,
donde bailo engarzada al desenfreno…

Me atraviesa el visor del ciclónico catalejo
que desvía y sostiene la postura
de los desplegados torrentes
que hacen que me refulja la mirada…

Y, con fervor, enamoro tu noche,
mientras la encuentro hurgando
la infografía de mi alma…

Ambos completos,
aclarando el gusto,
mientras llevo puesta tu osadía,
incondicional extracto de infinito;
diapasón de cristal,
rozando deseo y fantasía…

Trompo Magnético

Te me quedas cercando;
emulando el movimiento fractal del cosmos
y me acopio en el vórtice
que me abriga el corazón en llamas
con la mirada estrambótica
de lo que ha visto renacer cada noche
la ilusión de mi alma…

Te acoplas a las exhalaciones del frenetismo
que percibo, incansable;
girando, te deshaces de la cordura,
mientras lumbreras de agua
iluminan los suelos febriles
y apuntan mis arenas, tu nombre,
trama infalible;
furia agreste, enervando el tropel de emociones;
abotonando a mi lengua
el sondeo de la velocidad del júbilo…

Me conviertes a tu tacto de inflorescencias,
reservándome el feroz avistamiento
del plenilunio;
besando el arrebato de los colores,
velado segmento
que me hace verte incendiar mis labios;
contraer los crepúsculos
y desenvolverme sin freno,
ni supresiones
en tu propio escenario…

Pieza Selecta

Se hunden mis dedos
en la extensión suprema de la luz;
sus corrientes me dan de beber,
mientras mi lengua distorsiona el mundo
con su poder ondulatorio;
la plumosa expresión de mi alma,
desnuda el surco
y la distancia me aprende el ingenio,
extinguiéndose en silencio…

Incansable, te planto semillas de entusiasmo,
vilanos, flotando en tu mente,
dándome con todo lo que tengo,
ensortijada;
vértebra espacial,
relatando tantos capítulos de muerte…

El efluvio de tu verbo
no para de conmoverme;
profundidad que late
y me da vueltas, como la noche;
sintonía invertida para asegurar
mi polen;
la floración de mi sangre;
un universo de canciones,
alimentando estas horas transversales…