Maniobrando la marea lisérgica de mi trance
con este grado inolvidable,
sé que me sientes cerca;
sé que te toco y muevo;
me sabes incorregible,
telequinética…
Me desespero al darme cuenta
de que lo eres todo,
cuando se me escapa el aire
y entrelazas tu piel emocionada
a esta fiesta de mariposas
que se celebra en mi ombligo…
Bajo el cobijo de tu aliento
orillado,
literal,
me fijas a la estática
ante la que me rindo,
no reacciono
y un mensaje tuyo me hace colapsar…
Al crearme en tus planes, germina
un tatuaje en remolino,
laberinto mágico
que afina contarme en tus páginas,
como procedencia y destino…
Influyente hasta las masas
me devuelves los cristales preciosos,
embebida de algo que no distingo,
porque sigo arropada por tu resplandor frenético…
Me tienes cautiva de tu sueño;
proscrita en su ruedo antagónico,
armando la escena final
con una lengua espacial
que completa el ciclo del silencio…
Ay, esta borrachera compartida;
este firmamento en ondas,
agitándose sobre la aurora,
mientras salgo de mí, boreal
y afloro, embriagadora,
del ámbito de la eternidad…
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