domingo, 27 de marzo de 2022

Detonantes

Me hundo en el entramado cósmico,
cuando se derrite la órbita de mi avidez;
cuando, juntos,
resbalamos el guión gravitatorio del silencio
y, su delgado aire,
despliega el susurro donde se dejan caer,
de una en una,
las palabras que nos conjuran…

Qué deleite encadenar mi lengua
a la métrica liberadora de la tuya;
juntarnos en esa sinfonía
que muda de luz,
elevando a la psicodelia
mi desnudez…

Hay una especie de fallo;
una pausa, un interludio
iridiscente;
un frío que atraviesa mi espalda,
llevando a mi garganta el ascua
inmarcesible,
vaciando de pretensiones
toda perversión;
logrando un estado mayor,
cuyos virajes acampan en mi porfía…

Me consientes;
me haces inquilina del refugio de tu mente;
sujeta al pensamiento sagaz
al segar las posibilidades
que nos arrojan a la cúspide
sin rasguñar los escenarios…

Cargo las mareas de una noche en llamas;
los rieles de agua
que, escandalosamente,
trasladan las preguntas adecuadas,
como un aventón que sitúa los puentes
sobre el alma,
permitiéndome adentrar tus labios…

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