viernes, 24 de julio de 2020

Renacimiento

Como el anochecer al sueño del día,
se acomoda a tus ojos,
la redondez absoluta que ilumina tus renglones;
su prolongación simultánea en mi saliva
hace arder hasta mi sombra…

Y es que rueda,
azul abajo,
tu relámpago pulsátil,
encandilándome toda,
haciéndome desvanecer…

Al roce de tu sed,
me trago al universo de un sorbo
y en mi boca se queda tu noche interminable,
en un estremecer en el que refulgen las sujeciones…

En metamórficas sesiones se sustancian los suspiros,
como espejos advertidos por la luz...

De tu silencio al infinito,
una ruptura me atraviesa;
y nazco de nuevo,
librando el asombro de mi alma;
el despertar de los sentidos;
su genuina plenitud…

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