Alfa Rubí

La fuerza del disfrute
que le obsequias
a cada uno de mis átomos,
dispone un estado de arrobo
que comporta
el resultado de su eficiencia,
como ducha alcalina
que recorre hasta mis partes más secretas…
 
Es que me miras a través
y, sin opción de evitarlo,
estás,
complicando domesticar las palabras
que se escurren,
después de variar el modo
de revelar sólo el ápice
que retiene en mi lengua
todo lo demás…
 
Me significa controlar
los huecos escarmentados
por la fascinación del deseo autónomo
con el que alcanzas tu fin…
 
Tu edén relampagueante
y mi flor sanguínea,
se deleitan en la peripecia
de expandir sus testimonios,
sin equiparar el núcleo
que convierte en privilegio
hacerme presa de tu abuso,
repentina convergencia de mentes;
insistencia que reparte obstinación
en su versión fugitiva,
no obstante, reincidente...