sábado, 2 de marzo de 2024

Precipitado

Con el elogio,
insinuándose,
como una racha imperceptible
que ocultas tan bien
y con la que me escoges,
distinguiendo el interés por arrojarse
sobre lo que desconoce tu efecto…
 
Te veo,
flotando a ras de mi piel,
con el cielo en los ojos
y, colisionando, con mis labios,
el rezo con tu nombre…
 
Eres estruendo,
versando, sin aditivos,
todos mis colores,
mientras mi lengua estalla en símbolos 
hasta que se calla la sombra
y puedo ver
que reconoces que coincido
con tu apetencia…
 
No obstante, a cuestas,
logro calibrar la interrogante,
haciéndose
carne, mi atrevimiento;
impulso irrefrenable,
para darnos lo que a ti y a mí
nos deleita los silencios…

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