martes, 22 de febrero de 2022

Imbatible

Independiente del ánimo,
sopeso cristales y abismos
y se espesan mis manos en la niebla,
hasta que tu perfume mineral
se hace faro para mi espíritu…

Tu lengua es un relámpago
que se retuerce en mis palabras,
como un látigo sagrado…

Y, electrificada,
sonrío en los paraísos del tiempo;
los verticales nacimientos
me acomodan en sus vertientes
y el nadir recoge las ruinas
de una celeste incidencia…

Me vuelvo copiosa entre tus dedos,
excitación, vomitando sus raíces estelares…

Eres el lienzo que se abre
y se apodera de mis maniobras caligráficas;
acuarelas cuánticas,
cuyos trazos se petrifican
ante la maciza revelación
que se acrecienta cuando me tocas;
almidón de pericias orgásmicas
que, sólo tú, me provocas…

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