Con la torpeza quitada de bulla
y el estilo revoltoso que te desborda,
entregándose,
como recomendación involuntaria,
tan casual,
dejo que me beses,
con todas tus ganas,
hasta que mi fuego
de estar segura
de que mantienes la eficacia,
haga explotar tu pirotecnia…
Son tus esquemas excéntricos
los que me dan razón
para quedarme atenta a lo próximo…
Desde que supe que eres
el agua que esculpe
el dolor de mi empeñado corazón;
el flagelo de mi lengua,
presa de tu asedio,
cuya calma me subleva,
desembocando en esta constatación
de que tu nombre es mi camino,
símbolo poderoso
que se muestra permeando mis paisajes;
que gesticulas la búsqueda de tu linaje
en la propia exquisitez
que se comparte
entre los dos,
floto en el acantilado cósmico,
calcinando lo que solía ser mi rutina;
pastando la sensación
de tu mágica porfía…
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