Vienes buscando
el brillo oculto
del impulso que arrastra
tu sed a mi saliva,
corazón de pez y amapola;
atiendes la lección
que escudriño
sólo para pasear por suelo ninguno,
mientras atento contra el rumbo
de la sensatez,
todas las veces que sea…
Te aplicas
para acceder a mi lengua
y soy
ración de marejada
de una galaxia adictiva,
jadeante en rompeolas;
nebulosa de papel,
cuya palabra viva
va redactando incendios;
transformando supervivencias
con la piel de la chispa,
vertiginosa;
hallando extravíos
en la mente de una esfera,
cuya insistencia te nombra…
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