Tengo la voz demacrada,
lastimada la dicha…
Llena la piel de caricias asfixiadas…
Y esconde lo alto
la prisión desgarbada
de tu silencio…
Se sacude cada crepúsculo,
que con tanto ahínco
fui recogiendo de tus labios eternos…
El viento nieva en mi boca
y es tan gélido su aliento,
que no acabo por musitar tu aroma…
Me ha encerrado el vaivén
de este último día
en que agoniza la esperanza de verte…
Y se disuelve la guarida…
Se desangran mis suspiros,
van heridos de muerte…
Y llueve,
llueve la golondrina
y el agua dolorida
inunda el sitio que escogí para ti…
La rama seca tiende un puente
cruje al paso y se desprende
en llanto…
Y no te quiero llorar,
pero aún mi cuerpo tanto
te llora …
Se pasea por mis ojos
el quebranto…
Te traigo en el hondo respirar
de mi destrozo que por tu regreso implora…
(21.04.12)
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