domingo, 13 de octubre de 2013

Mi Oportuna Penitencia

Resbalé del hielo de mis profecías;
de las derivaciones austeras
que siempre pretendieron
mi sed cautiva…

Encarnecieron las dolencias
de no enterrar en tus arenas
mi huella herida…

Sucumbí al apetito feroz de tus océanos;
al taladrar urgente de la espina…

Y corrí…corrí,
viendo como las olas negras hacían nido en mis oídos,
retumbando el luto de mi silencio…

Obstinado doblegó el olvido
nuestros bolsillos insatisfechos…

Vistieron de roca los soles
y la yedra apresuró su despistado ronquido…

Asesinaron mis dedos, los hilos
de un titiritero libidinoso…

Mi lengua raída
no halló reposo sino unos rotos cristales,
registro de mis males,
acallando las aves en las esquinas del agua…

No hubo papel que sostuviera
las burbujas de mi alma,
sólo caían a la red de la sordera
como héroes de la nada…

(27.02.12)

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