Un rumor de arcilla
aletarga el suspiro del ángel,
corre la elegía hacia sus labios
que lloran sin prisa,
aún apretando la espera…
Se seca la lengua del agua
y una lágrima rueda,
sepultando de a poco sus alas…
La expresión nítida difumina,
el silencio ennegrece
y calla queriendo encontrar
lo que ya no brilla…
La saliva se pierde
y la causa asegura mortajas de quebranto,
para un Edén que sostiene un taciturno canto
a tu azul encantado, ahora ausente…
(05.05.12)
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