domingo, 13 de octubre de 2013

Herida

Mi alma huérfana hoy agoniza,
deshilachado su perfume;
arrancado de raíz,
flamea mutilado el anhelo
de verme contigo feliz.

Arañado desangra los capítulos de la historia,
que en agudo crujido me recorren la estancia,
arrasando con feroz arrogancia,
hasta hacer caer al piso, un trozo de mí,
profundamente ajado.

Secos mis labios
de tanta sal derramada,
pronunciando océanos de sollozos;
arena se vuelven los ojos,
arde el fin de una novela cansada.

Y cuelga de mi pecho la herida,
en carne viva… que arde,
tan reciente… dolorosa,
que descose la era de las rosas,
sin alcanzar a resignarme.

La palabra imprime la fractura,
amasa vigorosa el triunfo de los truenos;
el silencio fracasado se fuga,
para escupir las cenizas de un tiempo de vuelos.

(06.02.11)

No hay comentarios:

Publicar un comentario