martes, 2 de mayo de 2023

Principal

Embeberse de cada esfera
que te compone;
resurgir con ellas, molecular,
como un pellizco a la red sonora
que custodia tus suspiros
y, sin más,
caer presa de tu captura masiva,
me hace tocar el infinito
al que me empujas
sin ninguna consideración…

El hondo desfile
de una tormenta de acuarelas,
me confina a la irritante sensación de tus colores
que masajean mis fondos espaciales,
adjudicándose el logro
de lo que me trae
inserta en el hito implacable de tu cobertura…

Te atraigo y seduzco,
con locura;
no puedes aguantarte hacerme
florecer;
flotar sobre tus ojos, tocando otras aguas;
arrastrarte en mi piel,
mientras voy fraguando un fuego natural y agitado,
como epifanía de integración…

Imposible detener
los dominios del amor
que van amplificando todo esfuerzo;
esbozando, en sus mallas solares,
nuestra propia consagración…

Beber de tus aguas ardientes,
caída del génesis del cosmos,
me enmarca en los arcos de la noche
entrante
que, de a poco o de golpe,
me enseñan
que la realidad es confusa;
que no todo lo visible es real;
que marchamos lo impreciso de cada instante,
sin poderlo reparar…

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