Tu noche me está arrancando
la melodía de las cuerdas
y proliferan palabras
que enriquecen el ritmo
que la sostiene…
Brillas,
como una cascada de escalofríos
que me recorre entera
e invita a despegar a tu altura,
mi lengua
y sellarme en su carne desnuda…
Conectada al gozoso dolor
de adorarte
con el ímpetu en redoble,
me derramo en la agitación irremediable
que incendia la nada;
campana de humo,
impregnando de pulso y reacción,
el ligero esbozo,
esculpido en luz alterna,
envolviéndolo en un plateado tornasol…
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