domingo, 22 de mayo de 2022

Vaporosa

Se abre la noche,
como una corriente de agua,
cuando son tus ojos
violencia clandestina;
cuando ruge, áurea, tu perspectiva,
mientras me subo al volumen de su pestañeo,
desesperando cada parte que me transita…

Tu piel manuscrita despliega
el delito de tu silencio;
a sus pergaminos de seda,
se añaden túneles de humo,
donde se alinea tu voz con la mía…

Me poso en la brisa,
tragada por el futuro,
brillando en su epopeya mayor…

La tentación de sucederte por completo;
salir de una épica vibración
para despertar la siguiente
y del otro lado
girar los toneles de lágrimas muertas;
leer tu epigrama,
como un laser de júbilo
que se cabecea,
vislumbrando unos cielos metalizados;
salones de lavanda y menta;
marcar las promesas por debajo de la carne
y levantarme,
insoportable,
con perturbador desempeño
y perdurar en el rastro
que mantiene tu comandar…

La licencia de tus manos,
como instrumento de logro
y mis violines,
aturdiendo la equidistancia;
la luciérnaga y su rastro de antojo,
sólo vienen a consagrar
la luz que nos emana al mirarnos;
el tremendo milagro
de atribuirle, al amor, su facultad…

No hay comentarios:

Publicar un comentario