A través de tu lengua
va produciéndose
una interminable ocasión de dicha;
la fusión que me sustrae,
por su causa,
me trae el ansia consentida,
estimada,
aclimatada a su rebeldía…
Emanado de tu instinto, el verso,
como pieza clave,
me hace brillar;
sentirme tan especial,
fundidor de mis metales;
orfebre de mi piedra cristalina…
Pules mis formas circunstanciales,
engarzando en tus pupilas
mi flor de plata…
Y no descansa el silencio de vernos
en inusitado incruste;
superar el reflejo
de tu aliento de obsidiana
con estigmas de ilusión,
flotando en la apertura del universo;
lugar y tiempo;
fusión...
Tu mirada es vértigo,
magnolia de nácar,
cuyo arrullo esmeralda
es una pizca del vicio de tu ser;
el padecimiento del alma,
cuando te escondes en mi piel
y mi voz en desvarío
te llama…
A través de tu lengua
va produciéndose
una interminable ocasión de dicha;
la fusión que me sustrae,
por su causa,
me trae el ansia consentida,
estimada,
aclimatada a su rebeldía…
Emanado de tu instinto, el verso,
como pieza clave,
me hace brillar;
sentirme tan especial,
fundidor de mis metales;
orfebre de mi piedra cristalina…
Pules mis formas circunstanciales,
engarzando en tus pupilas
mi flor de plata…
Y no descansa el silencio de vernos
en inusitado incruste;
superar el reflejo
de tu aliento de obsidiana
con estigmas de ilusión,
flotando en la apertura del universo;
lugar y tiempo;
fusión...
Tu mirada es vértigo,
magnolia de nácar,
cuyo arrullo esmeralda
es una pizca del vicio de tu ser;
el padecimiento del alma,
cuando te escondes en mi piel
y mi voz en desvarío
te llama…
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