lunes, 16 de mayo de 2022

Ínsula II

Enmudecida, la noche;
engarzada
al este coronal de tu lengua;
a ese torrente
que va tallando peces de oro
para ahogarlos en su textura mágica…

Sin apenas tocarme,
me haces merecedora de la cósmica curvatura
que recorre de ida y vuelta
tu alma,
como golondrina de agua
para luego desvanecerse
en su ciclo rotatorio…

Un lobo en mi boca
sangra una luna, llena del hambre de vislumbrar
el brillo del riachuelo,
cuyo trayecto va embarcando
la naturaleza liminar
que me transporta a esa parte sin tiempo,
donde, directo, percibo tu contacto;
el pulso de lo insondable;
la insoportable gotera del caos
que va reuniendo mis puntos cardinales…

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