jueves, 26 de mayo de 2022

Espigas Carmesíes

Me abres y cierras;
me tocas y arrancas;
tus manos me inyectan su misterio;
me consienten
y, aferrada a su fugacidad,
la zona despiadada entretiene el silencio
de escucharte toda la vida,
a bocanadas…

La ruta compuesta por mi piel,
viene divulgándote,
sin distancia
y, confusa,
la luz cometida,
con alevosía,
me confiesa que no hay momento alguno
en que mi aliento no te exhale…

No es extraño experimentar lo inefable,
cuando la ciencia del alma,
convierte en poesía mi sangre
y deja tu afluencia,
abrillantando sus efluvios
sobre mi pecho;
atando el temblor de las moléculas
a este rango de micelio
que me interconecta, de pies a cabeza,
con la sofocación del pensamiento
enrutado a tus ojos…

Alunados,
ebrios de improviso,
de un secreto a otro,
la concordia se inflama;
gatilla su propósito
que es el órgano de esta sinfonía…

Dejas que las aguas resistan
el desmayo del sol
y su inclinación seductora
cambie el color del lugar
que se deja ocupar por nuestra historia…

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