Poco a poco,
los atuendos que componen
la tesis de las mareas,
desvisten esta intensidad liberada…
Mi desnudez de arena
y sus desgarros,
comparten su inmersión con tus ojos,
propulsión llena de plata…
Cultivas mis descalabros
con tu manera
de tocarlo todo sin tocarlo;
empuñas mi corazón sin ningún impedimento,
mientras la noche encuentra
la luz de tu silencio
y mi daga oscura,
sangrando…
Bailo en la rueda de cada palabra
y, su apuñalado resuello,
es la ruta de una espontaneidad
sin precauciones…
Me escribes el pensamiento,
leyéndomelo;
trayéndome un éxtasis,
precipitado…
Ensamblados para correr por el aire
que expone las ganas,
como un fluido impalpable,
desbordando la tentación de un pecado…
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