Al sacarme de mí,
desde mi propio portal
y llevarme por el corredor de los sueños,
constato que logras liberar
lo insospechado
y me deleito…
Eres incomparable
al crear uno o más paisajes
con los que coincido,
especialmente…
Sofisticarlos
de manera de saborear
un dulzor constante,
pintando una panorámica de nubes;
eternizando un derrumbe literario…
Y puedo vivenciarte,
esporádico y festivo,
en periodo de expansión,
como un resuello elegante
o un frágil ronroneo;
tan libre, como el rapto
a un lugar superior,
apilada,
aspirando la propiedad cambiante,
mientras labras el surco de mi corazón…
Implícito, tu mensaje,
lo sellas en mi lengua,
como algodón de azúcar,
con el refinamiento estruendoso
de quien disfruta
que coexistan eco y dilema…
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