Hay un haz en tu pupila
que me interpela,
concediéndome un lugar privilegiado
para contemplar
la panorámica que estrenas
cada vez que te descubro,
mirándome…
Difiere a tu contacto insoportable
todo sentido,
surtidor de gracia;
sabes vencer y alimentar
la avidez del silencio
con fascinación
y se comporta distinto
el ritmo de mis colores
frente a tu estimación,
porque hay números que se esconden
en la fantasía encarnada,
arremolinada entre tus dedos;
en el ángulo del eje de tu pasión
y ardo,
me fumas;
me dejas clavada en el aire
entre volutas herbales;
envuelta en tu rotación,
puntal,
magulladura de la noche…
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