Colmado de un aire místico,
presumo;
tu silencio danzante,
está lloviendo arcoíris,
porque no hay melodía sin sus colores
delante;
porque lo percibo
remontar a mis labios para darse,
como una travesía a lo inusual…
Viajero puntual,
a tus pies rueda el planeta
y tú, con la noche,
circunstanciado,
me escribes de tu cultura y lengua…
Se retuercen las formas
para atender la necesidad de penetrar tus hemisferios
y el logro se ve obligado
a responder, sin demora,
mientras ululan sus términos para empezar
a comprender que en el giro retórico
se halla la voz del acierto…
Tu piel es una alfombra de seda,
mis restos, el carpe diem,
vibrando en su capullo,
deseoso del impulso temprano
ante la urgencia
de protagonizarlo…
La estructura crítica se asegura
de captar el mensaje,
hacerle caso
a la anatomía del hambre
y animar su respuesta
al romperse
sin poder contener el desastre…
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