Junto con saberme
alabada por tu afán;
preparada
para encarar,
de manera perspicaz,
tu cercanía;
para succionar aquello
que derrochas, a sabiendas…
Exploras el terreno
que amplía mi tesón,
donde arde mi temperamento
y carisma de mi lengua…
Y no lo resisto,
los dejo fluir por tu interior,
para que la luz escurridiza
se meta por donde quiera,
mientras pones música en mis ojos
y yo los cierro
para que no apartes la vista
de la suavidad
con la que te nombro…
Te enteras
de que soy la causa
de verte apasionado,
lleno de amor y deseo;
funambulista de mi alma…
Te inhalo y eres
mi respiración;
el soplo tierno sobre el lago
que, envolviéndose en la piedra,
acapara su ondulación…
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