Me regalas
un cachito de tu temporalidad;
un copo de misterio,
para hacerlo rodar por lo que percibo
en avalancha…
Allanas,
sinestésico,
mis suelos sensoriales
y corro por tu bienestar
hasta que el propio erotismo
se reconoce
preparado para ganar terreno
en esta realidad …
Sobresales por tu magnetismo
en el que acabo confinada
de tal modo
que, cuando me tomas,
con tanto dulzor,
expones la evidencia
física y mortal
de que sólo en tus brazos,
permanezco implicada…
No me arrepiento
de la consecuencia de tu obsesión
y es que
especial el prisma que me refracta;
espacial la vorágine roja y azul;
la dedicación distintiva
de tu forma
de unificar la luz,
dócil y deleitable;
de excitar la interioridad
de mis gestos y su motivación más pura…
Pasa que eres
demasiado tierno,
demasiado sexi,
demasiado tú
y yo, incapaz
de alejarme de esta plenitud en fuga…
No hay comentarios:
Publicar un comentario