lunes, 12 de agosto de 2024

Engarzada

Mi voz abriéndose,
dibuja la luz,
reclamando su origen
y, tú,
con un leve parpadeo,
premeditado,
buscas que cobije
la insidia de tu silencio…

Enciendo el vacío,
y vienes a mí,
atribuida, toda mi piel,
para encajar el paralelo demencial
que alinea la conspiración en común…

Cautivada por quien eres,
lo admito,
estoy metiéndome en tu camino,
sin ningún reparo,
como quien anuncia,
sin dejar de serlo,
su ser más puro…

Enriquecida por tu lengua;
incrustándose en ella,
mi lamento,
empujo hacia el cielo,
arriesgando entregarme al suplicio
del fin;
inculcar el comienzo enfurecido,
desarrollando los movimientos
hasta ensamblarme en ti…

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