Provista
de tu profunda atención;
de la proliferación de feromonas
que el silencio y su capricho,
me viene destinando,
sonrío
y es tu culpa el resultado,
por asirte a mis ojos,
tan despiadado,
como el embrujo felino
que estira cada recodo del silencio…
Moradora de tu espacio atemporal,
lo alimento
y qué impresionante
sentirme blandida por tu delirio,
en total deslumbramiento…
Te veo
hacer explotar mi universo
con la fricción de tu piel,
mientras devengo el corazón del tuyo
y confirmas
que te niegas a soltar
lo que constituyo…
Como titanes,
reinando el juego del placer,
sin impedimento alguno,
lo sustentamos, gozosos…
Amantes de lo extraño,
nos dejamos acontecer
en este mundo
y en otro…
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