Continuar,
sin apartar la vista
del quiebre inminente del silencio;
hacerme seguir,
hasta el final,
ciegamente,
el sendero de una estrella fugaz
para poner,
en suspensión, mi sensatez
y llenarme de tu foco,
muerta de placer,
es lo que quieres…
Mi sensibilidad se vuelve fortaleza
que revoluciona tus vibraciones;
mi debilidad,
consternación cardinal
donde reverbero
delante de tus ojos…
Te quedas todas mis pausas
y rodeo tu rostro, con suavidad;
me deshago en atenciones
hasta que siento el alma,
como un cuerpo cósmico
con tendencia a la claridad…
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