Me das alcance,
frenético;
no te sosiega el hecho
de que sea tarde
o que el entresijo
pretenda acabar con tu propósito…
Escarbas pretextos y dramas
con el ímpetu de un terremoto;
pruebas que no hay más medio
que tu fin
para apuñalar mis ojos
y te vengas del atasco,
circunspecto…
Se ve que te tienta
la idea de
correr
desaforado
y, hecho trizas,
esparcir la alquimia de la luz,
como proyecciones
a través de tus dedos…
Diseñar el molde perfecto
que prueba que el caos
no precisa atenuantes;
que optimiza el recurso
de evaporarse en el latido universal,
mientras cobras
un profuso brillo de diamantes,
cuando te me das…
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